- ¡Lu!
Zarandeó su pequeño cuerpo con fuerza gritando su nombre repetidas veces. Un par de segundos o tres que me saben eternos le lleva reaccionar. Me mira y vuelve a romper en llanto.
- Ya, cariño.
Procurando no dejar de acunarla limpio la sangre que sale a borbollones de su boca.
- ¿Estas bien?
Indago sin conseguir mayor respuesta que sus lloros.
- Tranquila.
Le pido sin poder estarlo yo. Cojo mi móvil y llamo a Gaby. No me lo coge hasta el tercer intento.
+ ¿Ha pasado algo?
Mi insistencia no pasa desapercibida.
- Lucía.
Intento hacerme oír entre el llanto de la niña.
- Que se ha dado con tu mesita de noche en la frente, y luego ha perdido la conciencia por algunos segundos.
+ ¿Cuántos?
- No lo sé.
+ ¿Cómo está ahora?
- No me habla, es que no deja de llorar, Gaby.
Advierto nerviosa.
- Ni de sangrar.
+ ¿Se ha abierto la frente?
Pregunta alterado.
- No, creo que al desmayarse se ha dado en la boca, pero es que todo fue tan rápido, que no estoy segura.
+ Tráela al hospital.
Ordena y yo me dispongo a obedecer sin rechistar.
Busco la ropa que más a mano me queda y me cambio con prisas. Torpemente porque solo tengo una mano disponible coloco hielo en el labio de la pequeña mientras con la otra la siento en su sillita, y ya en el coche llamo a mi madre. Necesito que se ocupe de Camila. La he dejado sola en casa con Carmen.
Conduzco con toda la prisa que puedo. Mi móvil vuelve a sonar, siendo la voz de Gaby que se cuela por el altavoz.
+ ¿Ya estáis aquí?
- No, dentro de diez minutos.
+ Vale.
Narra Gaby
+ Enana.
Intento cogerla de su sillita.
= Mami.
Se retuerce como un gusanillo, negándose a mis brazos. Es Malú quien la coge mirándome agobiada y nerviosa. Cojo su mano y entrelazo nuestros dedos andando con prisa para entrar en el hospital, no es momento para nuestros desencuentros.
+ Ya veras como no es nada.
Le transmito calma acariciando la cabecita de la pequeña. Su labio ha dejado de sangrar, aunque lo tiene súper inflamado.
+ Pero un desmayo después de un golpe en la cabeza hay que verlo.
Asiente muda. Noto el intento que hace por mantener la compostura, pero le tiembla el cuerpo.
- Dime que va a estar bien.
+ Está bien.
Aseguro sonriendo y acaricio su mejilla dulcemente. Una tímida sonrisa esboza tirando de sus comisuras y puedo ver en el brillo de sus ojos que disfruta del tacto. Hace días no nos dedicamos gestos cariñosos.
+ ¿Cuántos dedos ves aquí, Lu?
Yo mismo empiezo a examinarla a la espera del pediatra.
= Catro.
+ Muy bien, ¿Y ahora?
= Doz.
# Lucía Martínez Sanchez.
El médico nos llama y solamente ver aquel delantal blanco provoca un llanto desesperado que podría oírse desde el otro lado del charco.
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Solo el amor nos salvará (cuarta parte)
FanfictionNovela inventada. La historia de amor de Malú y Gaby, una pareja que enamora. Por la cantidad de capítulos he tenido que continuar la novela como una nueva historia. Espero que os siga gustando.