Capitulo 686

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Narra Malú

- ¿Te das cuenta que me has robado mi ratito de reflexión de cada nochebuena?

Pregunto graciosa calando de mi cigarro al sentir los pasos de José saliendo al jardín solo unos minutos después de haberlo hecho yo.

J: Pues se ha convertido en nuestro ratito.

Me corrige encogiéndose de hombros divertido. Ya son años desde que las reflexiones las hago en voz alta, junto a mi hermano que siempre tiene la palabra adecuada.

J: Anda, cuéntame que pasa por esa cabecita hoy.

- Uf, ni me creo todo lo que está pasando.

Prometo.

- Veras como me pongo a hablar y nos darán las uvas de nochevieja.

Exagero. Los dos nos reímos.

- Mejor esta vez, cuéntamelo tú.

J: Pues ahora mismo solo pienso en emborrachar a tu maromo en la despedida de soltero.

Carcajea señalándole mientras consuela a Lucía. La enana está agotada pero se niega a dormir, por lo que cada disgusto es una rabieta.

- Mira, mejor que ni me entere de la que estáis montando, que estoy ataca'.

J: No pensaba decírtelo.

Alardea.

J: No puedo creer que vas a casarte.

Me mira lleno de orgullo.

J: No sé por qué.

Ríe.

J: En plan, mi comentario no tiene sentido, si sois una familia y todo seguirá como ahora.

Reflexiona.

J: Pero hace nada eras un mico que se enamoraba de mis amigos y te ponías súper pesada.

Recuerda nostálgico.

- ¿Te acuerdas de lo que le hacías a Julián?

Me hace reír.

- Vaya imagen.

Niego avergonzada. No sé como mi guitarrista me aguantaba por aquellos años.

J: Y dentro de unos días estarás en el altar, y eres madre de cuatro.

- Yo que pensaba que solo Danka me iba a llamar mamá.

J: Eres tonta, en serio.

Me da un guantazo en el hombro.

- De verdad, ¿no te acuerdas como estaba hace unas pocas navidades?

J: Claro que sí, pilladísima por Gaby que no te hacía ni caso y pensando que estaba casado.

- Menudo ridículo hice.

Las imágenes de nuestro primer beso al enterarme que me tenía que operar resurgen en mi cabeza. Fue torpe y suave, nuestros labios apenas llegaron a rozarse, pero en ese momento supe que sería adicta a ellos para siempre, y no me equivocaba.

+ Siento interrumpir.

Aparece por el gran ventanal.

J: Hablando de Roma.

+ Me imaginaba que me estabais poniendo verde y he venido a evitarlo.

Bromea divertido.

- Jo, pero no hemos acabado.

Le sigo el juego.

- Vete que me quedan cosas horribles por contarle a José.

+ Mira, si hasta casi me río.

Mantiene la ironía.

- Iba totalmente en serio.

Le pico.

+ Pues os tendréis que buscar otro momento, porque Pepi está por coger la escoba y venir a buscaros.

Nos hace reír. Recuerdo a mi madre separarnos a escobazos cuando éramos unos críos y nos tirábamos de los pelos. Quien iba a decirnos que de mayores seríamos los hermanos más unidos del mundo.

+ Están a punto de brindar por nosotros.

- ¿Podemos quedarnos aquí?

Pregunto llena de vergüenza. No me gusta ser el centro de atención.

+ Ya le he dicho yo a tú madre que no iba a hacerte entrar ni de coña.

Contesta muerto de la risa. Mi progenitora ya se encamina hacia nosotros con una escoba en la mano y una copa en la otra.

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora