Capitulo 696

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Narra Gaby

+ Esposa.

Abro la puerta de la habitación del hotel, dejándola pasar antes que yo con una reverencia, como un caballero.

- Marido.

Una risa fresca escapa de su boca. Si ella supiera lo feliz que me hace oírla reír.

- Como me gusta llamarte así.

Promete sin perder el tiempo. Sus labios atacan los míos invitando a nuestras lenguas aterciopeladas a continuar con un baile perfectamente sincronizado. Con dificultad cierro la puerta y entre trompicones llegamos a la cama.

+ Soy el hombre más afortunado del mundo.

Asevero mirándola a los ojos y dejando una dulce caricia sobre su mejilla. Pretendo hacer el amor hasta que caigamos saciados y exhaustos, pero no quiero que ese deseo tan carnal se pierda entre la más absoluta de las verdades.

+ Te amo.

- Yo si te amo.

Asegura, aunque son sus ojos los que le dan más sentido a sus palabras. Siempre nos hemos entendido con la mirada, y hoy únicamente destellan amor.

Con delicadeza bajo la cremallera del vestido blanco, acariciando su piel que se eriza con el tacto. Sus manos también se cuelan entre mi ropa haciéndome estremecer.

+ Eres una jodida diosa del Olimpio.

Recorro con besos libidinosos su cuerpo cubierto únicamente por un conjunto blanco que no pienso quitar con el mismo cuidado que su vestido.

- Ven aquí.

Tira de mi pelo obligándome a besar sus labios. Los míos ya les echaban de menos.

Sin miramientos se despoja de la poca ropa que me queda, convirtiéndola en parte del decorado es la habitación. Nuestros cuerpos arden de deseo y buscan el contacto entre cada trocito de nuestra piel.

La noche se nos hace corta. Nos hemos dedicado a sentirnos con parsimonia y a amarnos con lujuria.

- ¡Agh!

El quejido que acompaña al último orgasmo de la noche me da la libertad para alcanzar el cielo junto a ella. Han sido tres asaltos los que nos han hecho enloquecer, y es un beso tierno el último que recibo antes de sentirla apoyada en mi torso, con la respiración acompasada y una felicidad inmensa por saberla mi mujer, tan solo unos segundos antes de dormir. El día de nuestra boda ha acabado.

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora