Narra Gaby
+ Quiero que seas sincera conmigo.
Reclamo su atención y de inmediato se incorpora para fijar sus ojitos color chocolate en los míos.
+ Vuelve aquí, anda.
Tiro de ella con suavidad para volver a dejarla apoyada en mi torso aún desnudo recibiendo cosquillitas. Tras nuestro asalto nos hemos estado regalando mimos y arrumacos. Nadie diría que llevamos prisa porque ha sido un polvo de buena mañana y la rutina llama a nuestra puerta. El día promete ser una vorágine, pero es que entre sus brazos me quedaría toda la vida.
- Jo, es que me lo sueltas así y no sé de qué me estás hablando.
Se queja con voz aniñada.
+ He estado pensando en nuestra luna de miel.
La posición me impide verla, pero intuyo una sonrisa de esas que enamoran a cualquiera asomando por sus labios.
- ¿Y que has pensado?
+ Aquí es donde necesito que seas sincera.
Su silencio me invita a explicarme.
+ Podemos planificarla juntos.
Propongo.
+ Escoger el destino, el hotel, y todo lo que nos apetezca hacer.
- ¿O?
Se apresura a averiguar la segunda opción.
+ Que me lo dejes todo a mi, y me permitas sorprenderte.
- No sé.
Reflexiona dubitativa.
- ¿Tu que quieres?
+ Hacerte feliz.
Prometo ganándome un beso que me sabe a gloria.
- Yo te tengo que querer.
Sonríe aún en mis labios.
+ Piénsatelo, anda, y luego me lo dices.
Dejo un beso en su comisura.
+ Que tengo algunas ideas y depende de ti si quieres enterarte o me lo guardo para mi.
Esta vez pellizcó su culo y me río travieso.
+ Vamos a levantarnos, tira.
- No.
Se aferra con fuerza a mi cuerpo como una niña chica que no quiere separarse de sus padres.
+ Anda, que Cami ya debe de haber acabado con el desayuno mucho más rico que le has traído en vez de mi Cola Cao con grumos.
Finjo estar ofendido.
+ Y no tardará en subir.
- Que va, traje churros para mantenerla ocupada toda la mañana.
Alardea su triunfo y sus brazos me rodean firmemente.
- Y yo estoy muy a gustito aquí contigo.
+ No me lies.
Suplico. Yo si que me quedaría sintiendo su piel en la mía para siempre.
- Porfi, cinco minutillos más.
+ Eres una manipuladora.
- Puede.
+ Y una consentida.
- Ya.
+ Y una...
- Lo que tú digas.
Me interrumpe.
- Pero me amas y sabes que en ningún otro sitio vas a estar más a gusto que aquí conmigo.
Ríe flojito saboreando su victoria. Tendría que ser gilipollas para negarme a pasar otro ratito junto a la mujer que me roba el sueño para convertirlo en realidad.
+ Te equivocas.
La corrijo.
- ¿Ah sí?
Pregunta desafiante.
+ No te amo, te odio.
Atrapo su cara entre mis manos para poder besarla a gusto.
- Vale, yo también te odio.
Asegura en mi boca. La falta de oxígeno nos obliga a separarnos y son esos los instantes que utilizamos para regalarnos una mirada cómplice. Una mirada que empieza en los ojos del otro, pero inevitablemente baja a los labios, atrayéndonos una vez más para sellar nuestros "buenos días" de la mejor manera.
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Solo el amor nos salvará (cuarta parte)
FanfictionNovela inventada. La historia de amor de Malú y Gaby, una pareja que enamora. Por la cantidad de capítulos he tenido que continuar la novela como una nueva historia. Espero que os siga gustando.