Capitulo 710

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+ No te pongas de mala leche.

Advierte. Venimos bajando del avión y los periodistas nos esperan como buitres a su presa.

- Tarde.

Aseguro molesta avanzando con prisa unos pasos por delante de él. Es tarde y Manu ha venido a por nosotros, ocupándose también del equipaje, por lo que únicamente arrastro una pequeña maleta conmigo.

- ¿Pero y esto, que ha pasado?

Me quejo. Detesto cuando invaden nuestra privacidad.

P1: ¿Qué tal Malú, como lo habéis pasado?

Continuo mi camino sin detenerme a contestar sus preguntas.

P2: Nos has contado que estás preparando tu nuevo disco, ¿tienes algo para adelantarnos?

- Dentro de muy poquito.

Agradezco que se centren en mi música.

P1: Bueno, te sonríe la vida en todos los aspectos; salud, trabajo, amor, ¿Qué le pides a la vida?

- Yo me quedo muy bien como estoy, gracias.

P2: Nos hemos enterado que este viaje no sólo ha sido una escapadita romántica, sino que vuestra luna de miel, ¿tenéis planes de agrandar la familia?

- Las once de la noche.

Me quejo mirando el reloj.

- Y las preguntas que me haces recién llegada de un vuelo.

Respondo borde. Agradezco que el coche esté cerca y me monto cerrando la puerta dejando que sean Gaby y Manu los que guarden nuestras pertenencias.

M: Me he traído a toda la tropa.

Ríe Manu burlón.

M: ¿A que no te esperabas semejante recibimiento, jefa?

Veo por el espejo retrovisor como Gaby intenta no reírse, pero acaba descojonandose.

- No sé que os hace tanta gracia.

Alego. Ellos siempre se toman estas cosas con humor.

M: Bueno, a ver si a mi me lo contáis, ¿Cómo lo habéis pasado?

Se interesa.

- Bueno...

+ Más o menos.

Contestamos al unísono riendo.

- Súper bien.

Confieso.

M: ¿Sabes que mañana paso a las 10 a por ti?

- Sí, Sol ya me lo ha dicho.

M: ¿Necesitas que llegue sobre las ocho a despertarte?

Achino los ojos mirándole con un fingido enfado.

- ¿Estas insinuando que soy una dormilona?

+ No, cielo, no lo está insinuando, ha sido súper claro.

- Hala, yo mejor me voy cotilleando las redes que a vosotros no hay quien os aguante.

Refunfuño cogiendo el móvil. Llevo todos estos días usando el iPhone únicamente para hablar con nuestras hijas, por lo que las notificaciones están acumuladas y opto por ignorarlas.

M: Buenas noches, pareja.

Se despide de nosotros. Las perras están dormidas y nosotros agotados, por lo que sin hacer ruido dejamos las maletas junto al mueble del recibidor y subimos las escaleras silenciosos. Mi madre ha salido a recibirnos, pero tras varios abrazos y achuchones vuelve a la cama. Entre una cosa y otra nos han dado más de las dos de la madrugada.

- Lo que las he echado de menos.

Musito feliz de poder depositar un beso cuidadoso en los mofletes de Sofi. Me muero por despertarla y llenarla de mimos.

+ Mírala como ha crecido.

Valora observándola dormir embobado.

- Está enorme.

Le doy la razón en un susurro y me sonríe orgulloso.

- Vamos a ver a Lu.

Me dirijo a la habitación de nuestro bicharraco, si hasta sus trastadas las he echado de menos.

- Parece un angelito.

Acaricio su carita y se remueve incomoda, sin despertarse.

+ Cuando está dormida.

Ríe acomodándole el edredón para que no tenga frío. Madrid nos ha recibido con temperaturas súper bajas.

- Y ahora a mi angelito.

Entorno la puerta para dirigirnos al dormitorio de Cami, encontrándonos con una preciosa estampa. La niña duerme acurrucada con su hermana, y Alba la abraza con fuerza, llenándola de protección.

Solo el amor nos salvará (cuarta parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora