Capítulo 212

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Amaia Domínguez García

León, Guanajuato, México

Mi Axel se sabía defender y por supuesto que ellos no iban a estar dando un espectáculo delante de la gente, no por ser supuestamente amantes, tenían que estar casi desnudándose delante de los demás, mi hermana y Gustavo eran de mentes muy enfermas.

–Pues, yo no me trago eso de que ustedes andan – Volvió a decir Ale – Lo siento, pero no les creo y voy a investigar, ¿Quién es la zorra con la que realmente andas, Axel? Te lo juro.

Mi hermana no quería quitar el dedo del renglón si ya estaban ellos mostrándose a todos, y también ya lo sabía Cecilia, por qué mi hermana quería a toda costa buscar a otra persona, me molestaba su terquedad, y me molestaba que se expresara así, ella también es mujer y tiene dos hijas. A mí no me gustaría que nadie se exprese así de mis sobrinas.

–Me importa un pepino, lo que pienses Alejandra – Se impuso la güera – Yo, no me quería exhibir con mi hombre, por respeto a ti que, aunque estás casada, siempre has deseado a Axel, pero como lo pides a gritos, espero que con esto te baste y te sobre, para darte cuenta de que Axel y yo, tenemos una relación, vamos a satisfacer tu curiosidad, Alejandra, para que dejes de estar molestando.

Axel me miró muy preocupado y yo, bajé la mirada para no ver sus ojos y ponerme a llorar, y bien me daba cuenta de que, a Cris, le pasaba lo mismo. La güera abrazó a mi hombre como tantas veces lo he abrazado yo y él, le rodeo la cintura con sus brazos, la güera lo besó con una pasión increíble y en ese momento yo sentía que iba a morirme, sentía que me habían disparado directo al corazón y sentía que me faltaba el aire y Cris, sé que sentía lo mismo.

Axel le correspondió el beso de novela con una seguridad impresionante que nos dejó a todos con la boca abierta y cuando el beso terminó, todos estábamos en shock, incluyendo a la misma Ale, pues se habían dado un beso muy apasionado, así como o había pedido mi hermana.

–Ya debes estar contenta, Alejandra – Dijo Axel – Espero que con eso que has visto, no te quede ni la menor duda, no tenemos que estar demostrándote nada, pero solo para que veas que es real.

Ese beso había sido muy convincente, a nadie le iba a quedar dudas de que ellos tenían algo y que eso hacía desde hacía mucho tiempo, ya mi hermana esperaba que se quedara tranquila, yo no iba a soportar si ellos se dieran un beso igual a ese que se habían dado y creo que lo mismo le estaba pasando a Cris, nos habíamos quedado de verdad asombrados.

–No nos queda duda a nadie – Dijo Gustavo – Felicidades Axel, tienes a tu lado a una mujer muy bella, espero que la sepas cuidar, alguien te la puede robar.

Creo que mi hermana y Gustavo estaban cortados con las mismas tijeras, no le importaba estar alabando a la mujer de otro delante de mi hermana, esto se estaba tornando bastante denso y muy raro para mí. Me gustaría no haber presenciado ese beso, porque no estaba preparada para tanto.

–A ti, ¿Qué te pasa, gusano? – Le reclamó Ale – Te recuerdo que tú, vienes conmigo. Y tú Amaia, ¿Qué onda con este chico?

Mi hermana actuaba siempre con su doble moral, por un lado, acusando a la güera de lo de ella con Axel y ella queriendo ser Ivanna, aunque estuviera ahí su esposo, o ya no sé ni de que iban ellos, me sacaban de onda los dos, echándole él también echándole el ojo a la güera.

–Me llamo Cris y Amaia es mi novia – Dijo Cris dejándonos mudos a todos – Tu hermanita, es una mujer encantadora.

Cuando pensé que las cosas no podían estar peor, se pusieron mucho peor. Axel me miró con una cara de molestia que no podía con ella, la güera le agarro el rollo a Cris y yo, no sabía qué hacer y no pude pensarlo mucho cuando Cris, me envolvió en sus brazos y me besó sin verlo yo venir.

Fue un beso lento, suave y tierno y yo, se lo correspondí, no sé si por vengarme de Axel y de lo de la güera o simplemente por inercia, el caso que cuando nos separamos del beso. Axel, ya no estaba ahí y se había metido a la casa de Bin Laden.

–Wow, eso estuvo muy bonito, ahora no tenemos una pareja, sino a dos.

Dijo mi hermana para empeorar las cosas, me di cuenta de que la güera estaba más de lo normal, pues ella si se había metido en su papel y esperaba no tener ningún problema con ella por haberle respondido a Cris,

–Bien que te lo tenías calladito Amaia, no me habías contado nada de tu novio. Bienvenido Cris.

Ale y Gustavo, estaban felices riendo y platicando con Cris, la güera platicaba con Bin Laden y su amante y yo, tuve la oportunidad de entrar a buscar a Axel, él estaba enojado y poseído de coraje, yo lo conocía y se había encerrado en el baño y cuando logré que me abriera, no pude decir nada, él me levantó la falda y él se liberó la erección, me pegó a la pared y me hizo el amor de un modo muy cruel, como nunca me lo había hecho y mientras me embestía, yo lloraba desconsolada.

No entendía por qué me trataba de esa manera, si él y la güera también habían actuado delante de los demás, para demostrarles que, si estaban en una relación, que eran amantes, no esperaba que esto lo de Cris lo tomara a mal, todo estaba actuado por el beneficio de todos.

Me empezó a besar de una manera muy cruel, sin sentimientos, como si me estuviera marcando, como si quisiera arrancar de mis labios ese beso que me había dado Cris, mientras seguía embistiéndome y mis lágrimas resbalaban por mis mejillas, esto no era hacerme el amor.

–Deja de llorar, que eso no te queda ahora.

De repente, me volteó de frente a la pared, separó mis piernas y me siguió embistiendo, no supe ni en qué momento terminó todo, solo que salió de mí, así como había entrado, escuché un gruñido sordo y su semen lo sentí en mis piernas, luego escuché como se cerraba la puerta y me dejaba ahí, sin saber, ni que pensar, ni que sentir.

Había ultrajado mi cuerpo, y todo por algo que él había hecho primero con la güera y eso que el beso que me había dado Cris, no fue ni la quinta parte del que le había dado Ivanna a él. Esa había sido una violación a mi cuerpo y a mis sentimientos. No creo poder perdonarle esto a Axel, no me tenía que haber castigado de esta forma.

El socio de mi padre Cap 199 en adelanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora