Capítulo 310

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Axel Vega Lazcano

León, Guanajuato, México

Amaia siempre ha sido maravillosa, tanto que a ella no le importa que yo no sea el causante de sus éxitos, ha sido ella sola con esa mente maravillosa que tiene y con su esfuerzo y dedicación que ha logrado salir adelante en su formación académica y eso es uno de los motivos que me hacen amarla demasiado. Ella es una estudiante maravillosa y una excelente mujer y por ese motivo yo estoy loco de amor por ella. Estuvimos un rato dándonos amor y consintiéndonos y después yo me puse a trabajar también un rato que perdí la noción del tiempo y al quedarnos por un buen lapso de tiempo completamente en silencio y no me di cuenta de que Amaia se estaba quedando dormida.

–Amaia, cariño – Me levanté de mi lugar y fui a abrazarla – Siento mucho que no me diera cuenta, pero te estás durmiendo y no quiero que te caigas de la silla.

Estaba a punto de quedarse dormida y no había tomado la precaución de irse a acostar, por mí no había problemas, porque sé que de un momento a otro tenía que tomar un descanso, ahora es el momento antes de que caiga rendida al piso. Amo toda la dedicación que le está poniendo a su estudio, pero tiene que descansar.

–Axel, mi amor – Dijo ella tiernamente con sus ojos cerrados – Ya me siento un poco cansada, pero quise aguantar lo más posible. Tengo ya poco tiempo antes de presentar mi examen y siento que me falta un mundo de estudiar.

No debe preocuparse por eso, ella lo puede todo, saldrá adelante con todo el estudio. Debe de pensar en que el tiempo está a su favor. Descansar ahora le va a favorecer, no se debe esforzar demasiado, para que no canse su mente, ella tiene toda la información en su preciosa cabeza. Es la mejor en todo lo que se proponga.

–No preciosa, aún queda tiempo y además tú tienes todo en tu cabeza. Es todo lo que has estudiado en la carrera y te va a ir muy bien, eso te lo aseguro. Ahora, es importante que no te canses de más y tienes mucho sueño.

–Sí, mi amor. No te lo puedo negar, me pesan mis ojitos.

Ya había sido demasiado por el día de hoy. El descanso es bueno para ella en estos momentos, dejar que su mente tome un respiro y ya después puede retomar el estudio, aún falta mucho tiempo para que llegue el día del examen.

–Ven, preciosa.

Levanté a Amaia de la silla y la tomé en mis brazos y así con ella entré a la recámara de ambos y me quedé con la mujer de mi vida sentada en mis piernas. Ella se veía tan tierna cuando le daban esos ataques de sueño y eso lo amaba mucho, poder verla en todas sus facetas porque en todas y en cada una de ellas, yo la amaba, cada día más.

–Amaia, preciosa, ya no te preocupes por nada – La besé con ternura – Tú has estado estudiando mucho y te irá muy bien. Solo día a día debes darle un repaso y con eso pasarás.

–Axel, no quiero solo pasar. Ya me conoces y quiero titularme con excelencia, quiero ser la mejor.

Ella es la mejor y por supuesto que va a obtener la mejor calificación, la excelencia es lo que siempre ha sacado en lo que lleva estudiando. Admiro su inteligencia, ha sido la mejor en todo, sus estudios son dignos de llevarse la admiración de todos. No debe tener miedo, pues no va a fallar en su examen, es la mejor.

–Lo serás, cariño. Te amo, verás que así será.

El tiempo se nos comenzó a ir muy rápido a Amaia y a mí, tanto que sentíamos que no corría, sino que volaba y eso a veces hasta daba miedo, porque de ese día que mi hermosa mujer estaba tan nerviosa, pasó el tiempo tan rápido que llegamos a ese día tan temido por ella, el día de su examen recepcional. Ese día por supuesto que yo no hice planes de nada y con nadie, porque mi prioridad era poder estar todo el día en el día más importante de la vida de mi mujer y ella no lo veía venir, pero le compré un hermoso atuendo para ese día especial y así la sorprendí.

–Cariño, quité la ropa que habías elegido para tu examen y espero que no te enojes – Le dije tiernamente – Te amo, preciosa. Eres la mujer de mi vida y quiero que hoy te luzcas, en todos los aspectos. Te he comprado esto para que lo uses hoy.

Se tiene que presentar como la triunfadora que es. Debe ir perfecta para la ocasión, hermosa, segura de sí misma, porque va a obtener con honores su examen recepcional. Amaia se merece todos los títulos y regalos por presentar y salir triunfando de ese examen.

–Axel, mi amor. Muchas gracias, pero no es necesario. Además, ya me conoces y me quería poner mi ropa de la suerte, si no la uso estaré más de los nervios.

Se debe calmar, todo está en su bella cabecita. Toda la fe está en mi corazón y en mi alma de que saldrá muy bien librada de ese examen, los maestros deben estar asombrados al saber de quién se trata. La mejor alumna de todo el Tec.

–Mi reina, no te voy a imponer nada, pero al menos ve lo que te compré y si no te gusta lo suficiente, te llevas lo que ya tenías pensado, pero solo te diré algo. Tú no necesitas la suerte porque tienes contigo, todos los conocimientos.

Todas las respuestas, ella las sabe, solo se tiene que concentrar y dominar esos nervios para que no le jueguen una mala pasada, que estoy seguro de que no va a tener ningún inconveniente, saldrá con la mejor de las calificaciones, es la mejor y no debe tener miedo en sus conocimientos.

–Gracias, mi rey. Sé que los tengo, pero tengo miedo. Me van a preguntar de toda la carrera y no descarto que algo pueda salir mal y eso me llena de miedo, he estudiado toda mi vida para llegar aquí.

Todo saldrá muy bien, confío al cien por ciento en ella que es lo que debe hacer también, creer con los ojos cerrados que los dejará asombrados como sé que ha sido siempre, la mejor alumna no va a fallar en esta prueba, lo que bien se aprende no se puede olvidar.

–Y por eso mismo, lo vas a hacer de lo mejor, preciosa. Ya lo verás. Te va a ir muy bien, solo tienes que confiar en ti.

Todo lo que llevó durante toda la carrera está en su cabeza, un prodigio de mujer, que obtendrá la mejor puntuación que se pueden imaginar. Yo tengo toda mi fe puesta en ella y debe confiar en que saldrá victoriosa.

El socio de mi padre Cap 199 en adelanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora