Axel Vega Lazcano
León, Guanajuato, México
Amaia se había desmayado en mis brazos y apenas la alcancé a sostener, ella estaba tan débil que se hubiera ido directo al piso, de no haberla tenido abrazada yo. La cargué en mis brazos con mucha ternura y amor y con cuidado y con ayuda de Cris, la recosté en la recámara de nuestro departamento. Ella estaba completamente suelta y esto no debía estar pasando, todo como siempre era por mi culpa de no saberme comportar como es debido con ella.
–Axel, tranquilo. Amaia hace rato que nos fuimos a tomar el café, se empezó a sentir mal – Dijo Cris – Por eso tardamos un poco, no quise que saliéramos así temiendo que esto pasara y lo bueno que alcanzamos a llegar aquí al departamento.
Qué bueno que habían llegado a tiempo, no sé qué hubiera hecho si Cris no hubiera venido con ella, le hubiera pasado una desgracia en la calle, no dejaré que le pase nada, yo soy el responsable de ella. Debo protegerla como no lo he estado haciendo, es mi deber el que se encuentre sana y salva a mi lado.
–Muchas gracias, Cris – Le agradecí – Por todo lo que haces por ella y también por nosotros, por la relación.
Yo era el que no debía tener malos pensamientos con respecto a lo que pasaba entre ellos, si solamente son amigos que se apoyan mutuamente, le agradecía el que hubiera estado con mi mujer en esas horas donde se salieron del departamento.
–Axel, sé que la amas y sé que ella, aunque esté muy herida, también te ama a ti. Solo debes pensar que ella es muy sensible y no aguantó ser tratada como la trataste.
Cris tiene razón y no lo niego, no debía tratarla de ese modo tan dominante. Pero me había ganado el coraje al ver que no obedecía en nada de lo que le dijera. Ella no podía ir a deshacerse de Cecilia, la podían meter a la cárcel, cometer un delito como ese, es condenarse para toda la vida.
–Toma Axel, ponle el alcohol – Dijo la güera – Cris y yo, vamos a la sala. Te daremos privacidad con ella, vas a ver que pronto reacciona.
Espero que así sea, no me gusta verla así de desmejorada y pensar que yo soy el gran culpable de que ella esté así. Deseo que reaccione y que me perdone por el mal que le he hecho sin pensar, sin medir las consecuencias, ella no se merece ser tratada de esa forma tan vil y cruel.
–Gracias a los dos.
La güera y Cris salieron de la recámara y me quedé solo con mi hermosa mujer, le puse sus piernas en alto bajo una pila de cojines y le di a oler el alcohol. Ella tenía sus ojos completamente cerrados y estaba demasiado fría, yo quería que mi amada Amaia pudiera entrar pronto en calor, la amaba demasiado y ella tenía que reaccionar. Me recosté a su lado y la llené de tiernos besos, buscando que ella volviera en sí.
–Amaia, cariño debes despertar, yo te amo – Le dije conteniendo el llanto – Perdóname, he sido un infeliz, un tirano y un mierda. Tienes razón en todo, por favor mi reina, despierta.
Ella no reaccionaba y yo me desesperé, la volví a besar, la abracé y mis lágrimas mojaron por completo su rostro y ahí me di cuenta de que su cuellito tenía también las huellas de mi crueldad, no pude más y lloré con más desesperación que nunca, ella no podía quedarse así, ella tenía que reaccionar, tenía que volver de este desmayo o yo me quería morir con ella.
Me odio de la misma manera que ella me debe estar odiando ahora, he sido un bruto sin sentimientos que no había visto su dolor por lo que le estaba haciendo y solo busqué mi placer personal, soy un hombre de lo peor, pero le prometo que esto no va a volver a suceder, lo juro.
–Amaia, cariño. Por favor, mi reina, abre tus ojitos, preciosa – La besé varias veces en los labios – Te amo, tienes que volver. Tenemos que estar juntos, yo no puedo vivir sin ti.
Ella no despertaba y eso me iba a volver loco, la abracé contra mi pecho y lloré como un tonto, porque por mi culpa ella estaba así. Por mi culpa, Amaia se había desmayado por no haberla sabido tratar, ella empezó a mover una de sus manitas y después abrió un poco esos hermosos ojos que yo tanto amo, entonces sentí que podía volver a respirar al ver que la mujer que amo, había reaccionado.
–Amaia, cariño. Menos mal que has despertado – Le dije roto en llanto – Te amo, por favor perdóname. Por favor, quédate conmigo, yo no quiero perderte, no me dejes nunca, mi amor.
Si ella tomaba la decisión de irse de mi lado, no sabría qué hacer, la amo demasiado y no puedo vivir sin mi amada. La notaba muy débil y eso había sido todo por mi culpa, necesitaba que me perdonara, juro que no la voy a volver a poner en una situación como esta.
–Axel, me siento muy mal – Me dijo débilmente – También te amo, pero creo que debemos dejar esto aquí. Yo no soy la mujer que quieres para ti y tú no eres ese hombre tierno que yo necesito.
Por ella yo seré ese hombre que necesita, le prometo que yo no le vuelvo a hacer lo que le hice, le doy mi palabra de que no se repetirá, la amo y no quiero volverla a ver sufrir y menos si soy yo el que le hago daño.
–No preciosa, esto que pasó no volverá a repetirse – Le prometí – Te amo, ahora sé que jamás debí tratarte así. Amaia, eres lo más importante para mí. Eres la mujer de mi vida.
No podía dejar que Amaia se fuera de mi lado, ella es lo más importante, lo más puro y verdadero que he tenido en mi vida. Sin mi preciosa mujer no voy a poder sobrevivir, sin mi Amaia, no soy nadie. Juro que nunca más la pondré en una zona de vulnerabilidad. Necesita ser tratada con ternura como ella me está diciendo y yo seré por ella lo que me pida.
–Axel, no hagas esto más complicado – Me dijo llorando – Yo no quiero volver a sufrir, ya me dejaron una vez con el corazón hecho pedazos y no aguantaré pasar por lo mismo, una segunda vez.
Quiero ser esos brazos protectores en los que ella quiere refugiarse y estar, me recrimino el haberla tratado de esa manera tan abominable como la había hecho pasar, pero no la iba a dejar ir tan fácilmente de mi lado, es mi mujer y la amo demasiado, sin ella no voy a poder vivir, sin Amaia no soy nadie en esta vida.
–No cariño, eso no pasará. Te pido por favor, que me escuches. Solo eso, mi reina.
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El socio de mi padre Cap 199 en adelante
Roman d'amourcontinuación del socio de mi padre a partir del capitulo 199 hasta llegar al fin