Capítulo 251

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Amaia Domínguez García

León, Guanajuato, México

Me sentí feliz, al saber que no solo era yo la que tenía celos de Axel, mi rey también se había puesto celoso al verme abrazando a Cris y a pesar de saber que Cris no lo hizo de mala intención, me agradaba saber que a Axel le daba algo de temor verme con alguien más, eso me demostraba que él me amaba más de lo que yo podía pensar o sentir y eso me hacía sentir especial. La güera, obviamente después de ese momento de risa colectiva, se fue a lo que nos interesaba del caso del divorcio de Axel con esa mujer.

–Bueno, ya pasó la hora de reír – Nos dijo la güera – Ahora tenemos que pensar, en la estrategia que vamos a seguir en el juicio.

–Sí, eso es lo que nos debe de interesar ahora – Dijo Axel – Ya pudiste ver por ti misma que Cecilia no piensa aceptar ningún acuerdo de los que le presentaste y en todos ella salía ganando.

Cecilia definitivamente lo que quería era molestar a los demás, si en cualquiera de los acuerdos que se le habían presentado, ella salía favorecida en todo, no entendía cuál era su afán de alargar tanto esta cuestión y por más que le insistían se quería ir a juicio.

–Esa mujer está loca de atar – Dijo Cris – Yo, por menos del 50% de lo que pensabas darle Axel, me habría dado por bien servido. Más sabiendo que ella tuvo sus asuntos también con más hombres.

Nosotros también teníamos nuestro as bajo la manga, en cuanto el primero de los amantes de Cecilia empezara a hablar, íbamos a buscar a los demás, Ismael Herrera tenía que ayudarnos en la defensa porque él iba a ser de mucha ayuda en el juicio. Así que entre más rápido lo localizáramos iba a ser mucho mejor, Cecilia no se imaginaba por dónde le iba a llegar el golpe.

–Axel, debes ir a buscar a Ismael Herrera – Declaré – Ese hombre fue amante de Cecilia varios años y a lo mejor él le puede servir a la güera en tu defensa si lo convence de declarar lo que ellos tuvieron.

Ella también tenía cola que le pisaran, que no se hiciera la santa, porque esas escenas de estar llorando delante del abogado se iban a ir muy lejos, porque Ismael Herrera tenía mucho que contar de todo el tiempo que había durado siendo amante de Cecilia.

–Me parece brillante, el problema que tiene mucho que no sé nada de Ismael Herrera, cariño – Axel lucía preocupado – Quién debe de saber de él es Ale, tu hermana. Ella tuvo ahí una situación con un hermano de Ismael.

De lo que me venía a enterar ahora sobre Ale y siendo así, si mi hermana era la única que pudiera saber algo de Ismael Herrera, eso de todos modos no nos ayudaba en nada. Estaba muy preocupada porque ella no me hablaba y tenía que ver la forma de ayudar a mi rey a encontrar a ese tipo y entonces Cris, como si leyera mi mente, dijo.

–Amaia, tengo una idea – Cris alzó las cejas – Ivanna puede localizar a Ismael, ella va al mismo club que Cecilia y más de alguna persona puede saber ahí de ese hombre.

Cris tenía razón, alguien tenía que hablar, a Ismael no se lo pudo haber tragado la tierra, debe estar en alguna parte y tiene que salir a declarar.

–Eso está genial, Cris – Respondí – De todos modos, yo no me pienso quedar de brazos cruzados. Mañana iré a buscar a Gustavo, él debe saber algo de Ismael.

Mi cuñado es muy bueno en eso de indagar y más si Ale estuvo involucrada con el hermano de Ismael, él nos iba a ayudar y mucho. Porque no me atrevía a ni siquiera sugerir que le preguntaran a mi hermana, ella menos que nadie iba a estar a favor de Axel y más por como él la ha tratado.

–Así quedamos, entonces chicos – Dijo la güera – Mañana nos vemos aquí cuando salga de la firma y nos ponemos a compartir la información que obtengamos. No tenemos premura en el tiempo, mientras no hayan puesto aún fecha para el juicio.

–Claro güera, gracias a los dos – Dijo Axel – Que descansen y que pasen buenas tardes.

La güera y Cris se fueron del departamento. Ellos tenían que irse a la firma de la güera a hacer su trabajo y Axel y yo, por ningún motivo, queríamos que dejaran de hacerlo. Ya bastante nos habían ayudado en todo y también necesitaban tiempo para ocuparse de sus cosas, pero al quedarme sola con Axel, mi rey lucía muy pensativo y eso me preocupó.

–Axel, mi rey ¿Qué tienes? Me preocupas, estás muy callado y no quiero que te desanimes, estoy aquí contigo.

Para nada me agradaba verlo así de aislado, tenía que levantar ese ánimo, no todo estaba perdido. Con que encontráramos a Ismael y que lo convenciéramos para que declarara ya teníamos una ventaja, pues Cecilia ni se iba a imaginar que sabíamos de sus andadas con Ismael. Solo tenemos que buscar bien las pruebas de su infidelidad.

–Lo sé, cariño – Axel me abrazó y me sentó en sus piernas – Lo que pasa es que me duele, que tengas que estar preocupada por mí, en tu último año que vas a la Universidad, lamento todo lo que no has vivido por estar aquí encerrada conmigo.

Yo no me preocupaba por eso, encantada de estar todo el día con mi rey. No me estaba perdiendo de nada de lo que pudiera suceder allá afuera, si todo lo que necesitaba lo encontraba en sus brazos, el único lugar donde quiero pasar el resto de mi vida. Axel es lo mejor que me ha pasado y sin él no sabría, ni podría vivir.

–Mi rey, parece que me conoces de ayer. Yo no he perdido nada, porque para mí todo lo que quiero está aquí. Por cierto, ¿Cuándo empezaremos a buscar a tus clientes? Algún día debes sacar de la caja que trajiste del despacho, todo lo que necesitamos para levantarnos.

Tenemos que poner en práctica ese plan, nada ganábamos si el tiempo pasaba y las cosas se iban enfriando, los clientes debían saber que seguimos en pie de lucha. Que lo de Cecilia es solo algo pasajero y que resurgiríamos con mucha más fuerza que antes. Mi rey es uno de los mejores abogados y sus clientes lo saben.

–Amaia te amo, eres la mujer perfecta para mí. Aún no empieza el juicio y tú, ya estás pensando en los clientes.

Desde luego que tenía que pensar en todo, no voy a estar esperando para después, por lo menos que se dieran cuenta de que el proceso tan complicado de divorcio que saldría pronto no nos estaba derrumbando. Tenemos que seguir firmes en nuestro propósito de que él levante su propio negocio.

–Hay que pensar en todo, mi amor y creo que es buen momento para empezar.

El socio de mi padre Cap 199 en adelanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora