Capítulo 271

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Amaia Domínguez García

León, Guanajuato, México

Yo terminé con lo que tenía que hacer de lo del Tec y, ya que Axel supo lo de la fecha del inicio de su juicio de divorcio con esa mujer, él llamó a Cris y a la güera para que vinieran al depa y para juntos poder preparar todos de manera correcta y bien el caso, todo nos iba a salir bien y de eso estaba muy segura. Yo estaba preocupada porque justamente la próxima semana, iba a empezar mis prácticas profesionales y no quería descuidar para nada a mi Axel, eso sí que no.

–Axel, mi amor – Lo abracé con ternura – Voy a preparar café para cuando vengan Cris y la güera, ¿Qué más necesitas?

Quiero que él no esté preocupado por nada, yo me ofrecía a acomodar y buscar todo lo que necesitaba, no me gustaba verlo estresado, no se merecía que estuviera pasando por todo este problema.

–Te necesito a ti, mi reina – Axel me abrazó – Te amo Amaia y no quiero que te preocupes por el juicio, ni por nada. Mejor dime de tus prácticas ¿Ya tienes una fecha?

A pesar de estar con su preocupación sobre el juicio, también estaba al pendiente de mis asuntos del Tec. Las prácticas son de vital importancia y no podía saltarme ese requisito y empezaba lo antes posible.

–Sí, mi amor. Ya tengo una fecha, empiezo el lunes y es eso lo que me preocupa que yo no quiero dejarte solo con todo esto del juicio, sabes que quiero estar contigo mi rey todo el tiempo.

Sé que las prácticas me van a quitar algo de tiempo y no lo quería dejar a mi Axel, ni por un momento, tengo que estar para él para cualquier cosa que se pudiera llegar a necesitar. En mal momento tengo que cumplir con eso en el Tec. Ya que es de vital importancia.

–Eso lo sé de sobra, cariño y te lo agradezco mucho que quieras estar conmigo, pero sabes que me importan mucho las cosas de tu educación y te pido que confíes en mí y en la güera, para sacar esto adelante.

Desde luego que confiaba en él y en la güera, que saldrían vencedores sobre Cecilia. Pero esa mujer es muy mañosa y saldrá con cosas que estoy segura de que ni existieron, y habrá gente que se prestará para poner a Axel por el suelo, en estos casos esas mujeres recurren a todo, con tal de salirse con la suya.

–Sí, confió mi amor, pero no sé algo, me da miedo – Confesé – Miedo a que por algo ese juicio vaya mal y que esa mujer termine dañándote, eso no lo podré soportar.

–Amaia, mi reina en lo único que me puede dañar esa mujer es en que me separe de ti, ya viste que el dinero lo podemos y lo vamos a recuperar muy fácil en caso de que me quite todo, pero lo que no me puede quitar es que tú me ames.

Eso no va a pasar nunca, lo amo a pesar de lo que pase, a mí no me da miedo empezar de cero con el hombre que amo. Axel tiene demasiado potencial como para dejar a sus clientes, me alegraba que ellos les estén dando una nueva oportunidad y que no lo dejaran por algo que nada tiene que ver con su desempeño como abogado.

–Eso sí, mi amor. Yo te amo, muchísimo.

Axel y yo nos sentamos en la sala, él me sentó como siempre en sus piernas y nos conectamos mirándonos a los ojos con mucho amor y ternura, hasta que me perdí en el verde de sus ojos por completo, amé esa forma suya de mirarme con tanto amor que apenas me besó y me derretí por completo, mientras su boca con ternura besaba la mía y la consentía con esos besos maravillosos que me daba, lo amaba y deseaba que me hiciera suya antes que llegaran la güera y Cris, pero sentí algo que me escurría de la nariz y de pronto nos separamos del beso.

–Amaia, cariño estás sangrando de la nariz – Axel se asustó – Te llevaré a recostarte, ¿Te sientes mal cariño?

De repente me empecé a sentir muy mareada como si me fuera desmayar. No me gustaba sentirme así de débil, y menos ahora que mi Axel debía estar tranquilo. Esperaba que esto se me pasara lo más rápido posible. Pero me empezó a doler la cabeza, aunque no muy fuerte, no quería que se empeorara.

–Estoy un poco mareada, mi amor – Le respondí preocupada – También me duele un poco la cabeza.

Me empezó un sangrado nasal de esos que me dan cuando me encuentro bajo mucha presión y preocupación. No era momento para ponerme mal, esperaba que pasara pronto, pero este dolor de cabeza no auguraba nada bueno. Lo que menos deseo es que mi Axel se vaya a preocupar demasiado.

–Vamos a la recámara, te llevo en brazos para que no camines. Te amo, Amaia.

–Te amo, Axel.

Mi rey me llevó en brazos a nuestra recámara, me acostó en la cama, y me puso cómoda ahí, luego fue por lo necesario para atender el sangrado de mi nariz, y después, me colocó papel y me estuvo poniendo compresas en la frente y ayudando con masajes y con hielo a que se me quitara el sangrado.

Me siento muy afortunada de estar así con él, tan cuidada y tan amada como solo él lo sabe hacer y eso me relaja totalmente, lo amo tanto que estar con él, es todo lo que me importa en esta vida. Cuando pase lo del juicio sé que vamos a respirar con toda la tranquilidad que lo amerita.

–Amaia, ya está cediendo la hemorragia. Es por todo el estrés, cariño – Dijo mi Axel preocupado – Ya no quiero que te inquietes, es verdad lo que te digo que todo va a salir bien.

Esperaba que pasara pronto todo lo del juicio, necesitaba ver a mi rey bien, sin preocupaciones, y que el inicio de este proyecto traiga toda la paz que él se merece. Cecilia no va a poder con nosotros, y si se queda con todo el dinero de Axel, con el sudor de nuestras frentes, lo vamos a ir recuperando poco a poco.

–Lo sé, todo va a salir bien mi rey. Confió en ti y en la güera para que este caso salga adelante y yo estaré a tu lado en todo lo que necesites porque te amo.

No lo pienso dejar por nada el mundo, aunque Cecilia quiera que eso suceda, no va a ser posible. No le tengo miedo al resultado del juicio, pero confío en Axel y en la güera.

–Yo también te amo, eres mi mujercita hermosa y por ti quiero que todo se resuelva bien, para que ya nada nos impida estar así para siempre.

–Nada lo impedirá, ¿Te acuestas conmigo?

–Claro que sí, mi reina.

El socio de mi padre Cap 199 en adelanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora