Capítulo 225

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Axel Vega Lazcano

León, Guanajuato, México

Pensé que todo se iba a ir calmando poco a poco, pero estaba demasiado equivocado, porque a pesar de no haber tenido ya noticias de Cecilia después de que ella rechazara el acuerdo de divorcio mejorado que le presenté, supe que iban a haber más problemas y más tragedias por venir, lo que no sabía era cuando y eso me ponía un poco nervioso y Ale, que seguía enojada conmigo por lo de la güera, no dudó en preguntármelo.

–Axel, sé que esto no es asunto de trabajo, pero me mata la curiosidad por preguntarte algo – Dijo Ale – Quisiera saber ¿Estás dispuesto a perder todo por Ivanna?

Ale no se cansaba de traer el tema a cualquier conversación o en cualquier sitio, ella debía superar esta etapa de su vida y comprender que yo no la iba a aceptar nunca, y a ella no le importaba que iba a hacer yo con respecto al juicio que se me venía encima, no tenía ni un poco de empatía hacia mí.

–Ale, no quiero hablar ahora de Ivanna ni de nada que no sea de trabajo – Dije tajante – No quiero volver a pelear contigo y sé de sobra que no estás de acuerdo para nada en mi relación con Ivanna, hay que dejarlo así mejor. Por favor.

Si ya sabía a lo que yo me iba a enfrentar, por qué traer siempre las malas vibras, por qué preguntar sobre las cosas materiales, si Cecilia ya tenía la sartén por el mango, ganas tenía Ale de venir a meter el dedo en la herida, yo estoy seguro de que un juez no va a estar de acuerdo en que Cecilia me deje sin nada, por lo menos podemos llegar a un acuerdo, claro donde ella salga beneficiada.

–Está bien, tú ganas Axel. No siempre vas a poder evadir mis preguntas y creí que éramos amigos tú y yo.

Amistad que ella ha querido echar a perder, yo no tengo ningún problema con ella, nunca le he faltado al respeto y mucho menos me he metido en su vida, la he considerado mi amiga a pesar de que ella ha atentado contra esta amistad, pero ya no quiero tener más enfrentamientos con ella, mejor dejar las cosas de ese tamaño.

–Lo somos Ale, pero la situación no es nada fácil. Tú no soportas a Ivanna y siempre te ha gustado estar hablando mal de ella y como comprenderás nosotros tenemos una relación y eso me resulta incómodo.

Aunque yo no tenga una relación amorosa con Ivanna, me molesta sobre manera la forma en que Ale se expresa de ella, no le veo por qué tenga que insultarla cada vez que le da la gana, creo que una mujer no debe expresarse así como ella lo hace de otra mujer, porque la considera una rival o porque piense que ella le ha quitado el amor que se merece.

–Ya, está bien – Se dio por vencida – Entonces, hablemos de Amaia. No me has dicho lo que piensas de ese chico, de Cris, su novio.

Claro ahora venía a querer saber sobre la otra parte, piensa que me va a sacar algún tipo de información, si ella no estaba hablando con cualquiera, cree que me va a poder interrogar y sacar algo sobre Amaia, no era tan tonto como para caer en su trampa, que ella misma averiguara sobre el novio de su hermana, yo no soy ningún chismoso.

–Pues, no puedo opinar nada de la vida de tu hermana. Eso lo aprendí desde que ella andaba con el español y le molestaba que hablara o comentara algo de él, mejor me reservo mi opinión.

Ale se levantó de su silla y se asomó por una de las ventanas de su despacho que era dónde estábamos trabajando. Yo pensé que estaba en busca del cliente que teníamos que atender juntos, pero después que estuvo ahí de pie un rato junto al ventanal, ella cerró la puerta de su despacho y entonces supe que estábamos por entrar a una plática más que sería o no se tomaría la molestia de cerrar la puerta.

–Axel, eres un muy mal mentiroso y Amaia también lo es – Dijo Ale molesta – Mira, te vas a molestar, pero a estas alturas eso ya no me importa.

No estaba entendiendo nada de lo que dice, si sabe algo que lo diga, que no empiece a querer darme la charla de cualquier cosa, como si yo necesitara de sus consejos.

–Ale, no entiendo ¿A dónde va tu enojo? Tú y yo no somos nada y veo que desde que sabes lo mío con Ivanna, andas de muy mal humor y no tienes por qué estar así. Yo nunca te prometí, más de lo que tenemos, solo hemos sido amigos.

Creo que esta conversación la he tenido millones de veces con Alejandra, porque a mí en lo particular no me cabe en la cabeza que ella siga en las mismas, como si me quisiera convencer de que tengamos algo, eso está fuera de toda lógica, mis sentimientos son sinceros hacía Amaia, además a mí nunca me ha gustado Ale, es mi amiga y así va a seguir siendo hasta que me canse de sus ataques.

–Es verdad, no me lo prometiste, pero me lo debes – Me miró enojada – Axel, yo te amo y no sé sinceramente ¿A qué juegas con Ivanna?, ¿A qué juega Amaia con Cris?

Por qué tiene que meter a otras personas en esto, tanto Cris y Amaia, que se quedaran fuera de todo esto. Ellos nada tienen que hacer en lo de mi relación con la güera, si es lo que tanto le preocupa a Ale, que deje de estar metiéndose en mi vida, y que acepte de una vez que, aunque haga lo que quiera yo no voy a tener nada en lo absoluto con ella.

–Ale, estás desviando las cosas y no entiendo tu punto – Me defendí – Amaia y su novio, son harina de un costal ajeno a mí. Si tienes algo que decir, dímelo directo para qué le das tantas vueltas al asunto.

Alejandra se estaba metiendo en camisas de once varas, o en verdad sabía algo o estaba metiendo hilo para sacar hebra, ya era mucha su insistencia en que Amaia y yo teníamos algo, porque sus insinuaciones ya me estaban haciendo perder la paciencia,

–Pues, para empezar o tienes una relación muy abierta con la güera o ella te engaña con Cris, que es el novio de mi hermana o todo esto es una mentira que encubre a la verdadera mujer con la que tienes un amorío.

Ale sabía algo, esto que estaba haciendo eran más que simples especulaciones y a estas alturas, me molestaba demasiado la postura que ella estaba tomando. Afortunadamente, llegó nuestro cliente y ella se tuvo que calmar en lo que atendíamos el asunto con él, pero inmediatamente después de que se fue nuestro cliente, ella volvió a seguir con la conversación donde la habíamos dejado.

El socio de mi padre Cap 199 en adelanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora