Axel Vega Lazcano
León, Guanajuato, México.
Esto iba a ser más difícil de lo que pensaba, no podía más con mi alma, no podía más con mi vida y no podía más con nada. Estaba muy agradecido con mi amiga Ivanna, porque siempre ha estado ahí para mí, en mis mejores y en mis peores días y porque sé que aunque ella no me lo diga, estos días que ha estado sin su amado Cris, han sido un infierno porque lo extraña como yo extraño a mi reina, a mi Amaia, pero la única diferencia es que ella pronto volverá a ver a Cris y yo no sé cuándo volveré a ver a mi reina o sí es que la volveré a ver. No quiero que sea tarde y que cuando eso pase, ella ya se encuentre enamorada de otro, eso no puede y no debe de pasar. La güera, sabía lo mal que me encontraba y me sirvió un vaso de whisky y se sirvió uno para ella, para compartir conmigo.
–Amigo, ¿Cómo quieres empezar a arreglar tu vida? – Me preguntó la güera – Espero que me des una respuesta, te recuerdo que cuanto antes lo sepas, antes volverás al lado de Amaia.
Eso lo tenía en el pensamiento, pero a la vez no sabía ni por dónde empezar, pues con todo esto por lo que estoy pasando he estado muy decaído, sin ganas de nada. Pero tengo que hacerlo, es lo mejor, para así poder reunirme con Amaia lo antes posible.
–No he tenido tiempo, ni ganas de pensarlo – Admití – Pero, tienes razón. Tengo que arreglar pronto mi vida y tú vas a ayudarme, Ivanna.
Siendo ella mi representante legal, tenemos que poner en marcha todo lo relacionado con la separación de Cecilia. Si ella pretende quedarse con todo lo que tengo económicamente, que así sea, pero no será tan fácil como ella pretende. Para esto debe dejar que viva mi vida, en sana paz.
–Claro que sí, no puedes hacer nada sin mí – Dijo riéndose mi mejor amiga – Siempre me has necesitado y ahora no será la excepción.
Por supuesto, ella me conoce muy bien y sabe que la necesito y más ahora para que ponga en cintura a esa demente, si Cecilia quiere todo mi dinero que se quede con él. Pero bajo mis condiciones. No le será nada fácil si piensa que puede seguir chantajeándome.
–Exacto, tú si sabes – Me reí un poco – Lo primero que harás es que vas a arreglar todo para darle a Cecilia todo lo que quiere de mí económicamente y quiero que redactes un acuerdo que vamos a firmar ante un notario para que ella me deje vivir en paz una vez que le dé todo lo que demanda de mí económicamente.
No me importa empezar de cero con tal de que esa mujer me deje en paz para siempre. Así como obtuve todos esos bienes, los voy a tener de nuevo, ni Cecilia, ni ninguna otra mujer, va a lograr separarme de mi hermosa Amaia, por ella soy capaz de darlo todo.
–Axel, ¿Estás seguro? Digo, no es que esté mal, pero no creo que esa mujer se detenga, aunque le des todo lo que demande. Además, he luchado mucho porque no te quite un peso y ahora tú se lo quieres dar todo, así nada más.
La güera, negaba con su cabeza y yo no podía culparla, pero era así. Yo le iba a dar todo a Cecilia y sé que ella iba a dejar en paz a Amaia a cambio de todo eso y más por lo bien que la conozco y porque sé que su ambición es algo que no tiene y no tendrá límites nunca y confió en eso para poder volver en paz al lado de la mujer a la que yo tanto amo.
–Está bien, Axel. Vamos a redactar ese acuerdo y tú tienes que ver lo que harás con las propiedades que le darás a esa loca – Dijo mi amiga – Que no van a ser pocas, conociéndola, te dejará solo en calzones con tal de dejar en paz a Amaia y de salirse con la suya.
Si eso es lo que quiere Cecilia, que así sea, yo lo único que necesito es estar bien, física y emocionalmente para poder regresar al lado de mi preciosa Amaia. La necesito ahora más que nunca, y aunque eso no es posible, va a valer la pena pasar por todo esto para cuando nos reencontremos.
–A este punto no me importa, solo quiero hacer todo lo que sea pertinente pronto para poder ir a buscar a Amaia – Dije desesperado – Es lo que más me interesa, poder ir a buscar a la mujer que amo y recuperar este tiempo que estamos pasando separados.
Cecilia piensa que el dinero va a poder más que todo el amor que le tengo a Amaia. Está demasiado equivocada si piensa que por unas propiedades yo voy a dejar a la única mujer que le he entregado el corazón. El amor que siento por Amaia, no tiene precio.
–Está bien amigo, ya me puedo morir en paz – Dijo mi amiga riéndose – Porque me tocó verte muy enamorado y perdiendo el piso por alguien. Algo que nunca esperé que iba a ver.
Algo que ninguno de los esperaba ver en esta vida, pero fue lo que sucedió, el estar al lado de esa mujer que supo hacerme sucumbir a sus encantos y caer rendido a sus pies con todo el amor que ella despertó en mí.
–Ni yo esperé sentirlo, pero así es el amor. Es locura, es intensidad, es fuego. El amor es lo que conocí al lado de mi hermosa mujer, de mi Amaia, de mi reina.
Soy un hombre sumamente afortunado al tenerla como la dueña de mi corazón y por ende de mi felicidad. Esperando que Cecilia deje de molestarnos una vez que obtenga lo que tanto ha peleado. Que se quede con todo lo material, que yo me voy a quedar con lo mejor, el amor de mi preciosa Amaia.
–Eso me alegra amigo, por un momento pensé que ibas a ser el eterno desgraciado e infiel toda la vida. No es que eso estuviera mal, pero siempre quise que encontraras a esa mujer que te enseñara lo que es amar.
–Y la encontré, güera, y por eso quiero luchar con todo lo que soy para poder estar con ella, para volver a su lado y empezar a vivir nuestro amor del modo que ella se merece, del modo que nos merecemos los dos.
Por eso estamos separados, para poder realizar todo lo que se viene con Cecilia, para que nos deje en paz de una vez por todas y que disfrute de todo el dinero que este divorcio le va a dar. Prefiero ser pobre y estar al lado de la mujer que amo.
–Esa voz me agrada, ambos se merecen toda la felicidad y saben que cuentan conmigo y con Cris, por siempre.
ESTÁS LEYENDO
El socio de mi padre Cap 199 en adelante
Romancecontinuación del socio de mi padre a partir del capitulo 199 hasta llegar al fin