Capítulo 313

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Axel Vega Lazcano

León, Guanajuato, México

Mi hermosa mujer, ya se había recibido como ingeniera industrial y como se lo había dicho, estaba orgulloso de ella. Siempre le tuve fe y sabía que saldría con el mejor resultado posible, ella tiene una mente privilegiada y yo sabía que lograría este resultado, salir con mención honorífica de la carrera y por supuesto que, aunque ese día fuimos a comer con nuestros amigos más cercanos, por la noche yo tenía preparado algo muy especial para mi hermosa mujer, pues ahí es dónde iba a dar inicio nuestra celebración privada y dónde también sería la última vez que estuviera con ella, al menos por un tiempo.

–Mi hermosa Amaia, estoy tan orgulloso de ti – Le dije a mi mujercita – Me haces sentir que soy el hombre más afortunado del mundo.

Mi preciosa Amaia no tiene una idea de todo lo que la amo y de lo que soy capaz de hacer por ella. Daría mi propia vida con tal de verla feliz, de verla sana y salva, de que nada ni nadie pueda hacerle daño. Jamás dejaría que algo le suceda.

–Gracias mi amor, aunque solo hice lo que tenía que hacer. Terminé mi carrera y cumplí con mi sueño de titularme, no puedo creer que ya soy una ingeniera industrial.

Me encantaba verla así, sin que nada perturbara su tranquilidad, me alegraba que hubiera dejado su nerviosismo y que saliera triunfante del examen que tanto le había quitado la paz. Yo no podía verla en ese estado y que perdiera la confianza en ella misma.

–Yo sí lo creo. Eres maravillosa y es por eso que esta noche, será especial para los dos.

–Gracias, mi rey. Aunque sabes que no necesito de un festejo, sabes que solo quiero estar contigo en dónde sea que podamos estar.

Desde luego que yo también lo deseaba, pero le daría todo lo que esté a mi alcance, ella se merece todas las celebraciones del mundo. Es la mujer perfecta y me tiene dispuesto para lo que quiera. Soy tan afortunado de haberla tenido a mi lado.

–No te preocupes, hermosa. Eso yo lo sé de sobra, pero esta noche no te pienso admitir negativas y saldremos, Amaia. Un logro así en tu vida, no pasará desapercibido.

–Está bien, mi amor. Será cómo tú me digas, yo encantada y ya lo sabes. Te amo, Axel.

Yo tampoco dejaba pasar ninguna oportunidad de decirle mis sentimientos, la adoro y que todos se enteraran de que es la mujer de mi vida, a la que siempre voy a tener presente en mi corazón.

–Y yo te amo a ti, cariño. Además, te tengo una sorpresa que está en nuestra recámara.

Tomé a Amaia de la mano y entramos juntos a nuestra recámara. Ella sonrió con mucha felicidad y muy enamorada de mí al ver que ahí, en la cama, estaba un hermoso vestido dispuesto para ella y un par de zapatos muy hermosos dispuestos para la ocasión también. De inmediato se dio la media vuelta y me abrazó con mucho amor.

–Axel, muchas gracias. Es hermoso este vestido, pero no tenías que molestarte para nada, eso lo sabes muy bien– Dijo ella riendo un poco – El que traigo puesto también es nuevo y hermoso.

Pero yo la quería ver en ese vestido para tener un hermoso recuerdo de ella. Quiero guardar estos momentos junto a ella, la necesito a mi lado como no tiene una idea, pero no puedo ponerla en peligro, tengo que protegerla a toda costa, aunque las cosas no parezcan las mejores, es la decisión que ya he tomado y no me puedo echar para atrás, la amo demasiado y mi intención nunca va a ser lastimarla.

–Nada es suficiente cuando quiero darte el mundo, mi hermosa Amaia – La besé dulcemente – Te mereces, eso y más y sé que te verás hermosa con él. Póntelo preciosa y tomate tu tiempo, yo voy a arreglarme también para esta noche.

Le voy a dar su espacio para que se ponga más hermosa de lo que ya es. He vivido con Amaia los mejores años de mi vida y quiero que sigan siendo los mejores. Nada me va a quitar los sueños que he tenido con ella, los momentos más felices que hemos vivido juntos.

–Gracias, mi rey. En serio muchas gracias, por todo lo que haces para que yo sea feliz, esto es lo que quiero para siempre, poder estar contigo.

Abracé a Amaia y le regalé un apasionado beso. Ella, como siempre, se estremeció ante mi beso y nuestros cuerpos, de inmediato, como siempre pasaba, pedían a gritos que se diera algo más. Pero, me separé de ella aun sin quererlo porque tenía que cambiarme y además no quería que Amaia se diera cuenta de mi tristeza. Porque sería la última noche que yo la tendría así para mí, la última noche que sería para los dos, porque por su bien yo estaba ya decidido a dejarla ir. Ella no podía pagar por las consecuencias de las amenazas de Cecilia y cuando estaba más metido en mis pensamientos, entró a mi teléfono una llamada de la güera.

–Axel, sé que ya vas de salida a lo del festejo de Amaia – Dijo la güera – Por favor, no hagas una tontería. No dejes a Amaia, ella te ama y mucho.

Yo también la amo y la necesito a mi lado para toda la vida, pero no me puedo arriesgar a que Cecilia lleve a cabo su amenaza, ella es muy capaz de hacerle daño a la mujer que más he amado en toda mi vida.

–Hola, güera – Respondí – Tranquila, no será eso que dices hoy. Sin embargo, será lo mejor y ya está decidido. Ella no tiene por qué pagar por las tonterías de Cecilia.

Nunca me voy a arrepentir de poner en primer lugar a Amaia. Ella es mi prioridad y debo protegerla contra cualquier cosa que la perjudique. Evitaré que le suceda cualquier cosa si está en mis manos protegerla y eso es lo que voy a hacer. Cecilia no va a tener ninguna oportunidad de hacerle algo malo.

–Axel, espero que no te arrepientas después de lo que estás haciendo, amigo. Tienes que pensar bien las cosas.

Mis prioridades son ella y su bienestar, Amaia tiene que estar lejos de mí para que pueda estar lejos de todo peligro, no la quiero exponer a nada y si tenemos que sufrir para que eso suceda, tomaré todas las precauciones que sean necesarias. Mi dolor a cambio de su bienestar.

–Pensadas están ya – Dije al borde del llanto – No dejaré que Amaia sufra por mi culpa, no cuando yo puedo evitarlo.

–Está bien, amigo. Siendo así y sabiendo que no vas a desistir, te digo que disfrutes esta noche con ella. Le encantará lo que le tienes preparado, hoy será una noche inolvidable y hermosa para los dos, ya verás.

Desde luego que será una noche memorable. La amo demasiado y siempre la voy a proteger.

El socio de mi padre Cap 199 en adelanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora