El socio de mi padre Cap 199 en adelante

Capítulo 244

Amaia Domínguez García

León, Guanajuato, México

Axel se quitó su ropa y quedó al igual que yo, solo con el bóxer puesto y después me tomó de la mano y me recostó en la cama y él se despojó del bóxer y se puso protección para poder hacer, lo que yo tan desesperada estaba que hiciera, solo él me hacía olvidar todo lo que pasaba a mi alrededor, solo éramos él y yo. Los demás dejaban de existir.

Él me besó desde el tobillo hasta llegar afuera de mis bragas y fue subiendo besándome hasta abajo del top, después me levantó las manos para sacármelo y finalmente, mientras me robaba apasionados besos, me quitó las bragas y se introdujo en mí haciéndome ver el mismísimo cielo en ese momento, no quería a nadie más en mi vida, con Axel lo tenía todo.

–Te amo, cariño. Te amo, muchísimo.

Me tenía en sus manos, con cada embestida que me daba me elevaba cada vez más, me encantaba estar en sus brazos, me volvía loca de pasión, lo envolví con mis piernas haciendo que esa unión fuera gloriosa, yo quería cada vez más, necesitaba que los dos saliéramos de este mundo, arqueaba mi espalda para que pudiera entrar más profundo.

–Yo también te amo, mi rey.

Nos perdimos en ese momento, Axel entraba y salía de mí deliciosamente y yo sentía que volaba al cielo y que acariciaba las nubes en cada embestida, él colocó mis manos encima de cabeza y las inmovilizó con una sola de sus manos y no dejó de besarme ni por un momento, hasta que uno a uno mis orgasmos fueron saliendo y cuando sentí no poder más, él se sincronizó conmigo para alcanzar el cielo al mismo tiempo y soltó mis manos justo en ese momento para que yo pudiera abrazarlo.

–Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, Amaia, nunca vayas a olvidarlo, eres lo que siempre había esperado del amor, te amo y nunca me voy a cansar de decírtelo.

Nuestros cuerpos vibraban en uno solo, es maravilloso eso que sentimos al llegar al mismo tiempo, todo mi amor se lo daba en cada entrega, lo amo con todo mi ser, y deseo que no le pase nunca nada, porque no sé qué haría si un día llega a faltarme, Axel es mi todo. Cerré fuerte los ojos pidiendo para que lo del juicio pasara pronto y sin ningún inconveniente, se tenía que ganar.

Luego de esa entrega apasionada y poderosa, Axel me besó tiernamente y después se retiró de mí. Me quitó con cuidado mis zapatillas y se recostó a mi lado y nos tapamos con una de nuestras cobijas, él me acomodó en su pecho y yo apenas lo hizo, me sentí de maravilla, eso era lo que nos había hecho falta, ahora estamos los dos relajados.

–Yo tampoco me voy a cansar de decírtelo. Te amo, Axel. Esto ha sido maravilloso, pensar que hemos pasado varios días sin esto que no sé, ni cómo pudimos aguantar.

Habíamos dejado pasar tanto tiempo que esto era lo que nos hacía falta y siento que ahora lo sentí más cercano, como nunca antes lo había sentido, lo había extrañado mucho, no quiero que estemos muy separados, nos necesitamos más que nada en estos duros momentos de incertidumbre.

–Porque yo me forzaba a hacerlo, cariño. Pero, te prometo que ya no lo haré más, quiero tenerte así todo el tiempo. Amaia, te necesito más que nunca, no voy a permitir que te apartes de mi lado, te he extrañado demasiado.

No quiero que vuelva a hacer eso, los dos estamos para apoyarnos, no debe esperar hasta que la angustia acabe con él, estamos los dos en esto, yo quisiera que nada estuviera pasando, pero lo tenemos que afrontar con toda la fortaleza que se requiere, sé que tenemos que estar unidos sea el resultado que sea.

–Yo también te necesito a ti, Axel. Solamente contigo puedo ser feliz y sentir esto que acabo de sentir, amo todo de ti. Amo ser tuya mi rey y tengo miedo de perder esto, de que Cecilia pueda separarnos, no podré vivir sin ti, no quiero perderte.

Axel es el motivo de mi felicidad, y tampoco quería perderlo, estos días en que los dos hemos estado tan ausentes, lo he extrañado también, y lo peor de todo esto, es que hemos estado juntos, pero sin haber tenido un acercamiento como el que acabamos de tener.

–No lo perderás preciosa, no nos vamos a separar, te lo prometo. Te amo mucho, eres la mujer de mi vida. Amo estar así, relajándome contigo y después de haberte hecho mía. Nunca pensé que estaríamos así.

Tampoco lo había pensado, solo lo había soñado, pues siempre había sido mi amor platónico, que no había pensado que un día se hiciera realidad, habían pasado muchas cosas desde que me había fijado en él, pues eso había sido desde hacía mucho tiempo, cuando era prohibida para él.

–Yo tampoco, aunque siempre lo deseé Axel. Tú me gustabas mucho desde hace mucho tiempo y si no dije nada entonces, era porque no pensé que me fueras a querer.

Llegué a pensar que Axel me iba a rechazar, siendo yo muchos años menor que él, y la hija menor de su socio, pensé que nunca se iba a fijar en mí, además de ser un hombre casado y yo en ese tiempo tenía novio. El que pensé que nunca me iba a dejar, pero las cosas suceden por algo, porque ahora estamos Axel y yo demostrándonos nuestro amor.

–Siempre te quise y ahora te amo, eres lo más hermoso que me ha pasado ¿Quieres dormir un poco, cariño? Antes de salir con Cris e Ivanna.

No me había olvidado de ellos, pero si tenía que descansar, aunque fuera por un rato, tanta tensión me tenía de los nervios, pero con este encuentro, había desahogado toda la frustración que traía acumulada, Axel siempre va a ser el que logre relajarme por completo. Lo necesito para siempre en mi vida.

–Sí, mi rey – Dije cerrando los ojos – Me empezó a dar mucho sueñito, estoy demasiado cansada, y deseo dormir en tus brazos, mi amor.

Estaba agotada, había hecho demasiado esfuerzo tratando de relajarme estos días sin haberlo conseguido y ahora estoy lista para dormir en los brazos del amor de mi vida, Axel ha sido lo mejor que me ha tocado, me siento afortunada de que él se hubiera fijado en mí.

–Descansa, preciosa. Pondré una alarma para que descansemos un ratito y después ya saldremos para ver lo que pedirán de cenar Cris y la güera.

Era lo mejor para los dos, él también necesitaba descansar, ahora me doy cuenta de que se había mantenido alejado de mí porque no me quería agobiar, pero estaba muy equivocado, esto es lo que necesito y voy a necesitar siempre. Sus brazos son mi lugar favorito.