El socio de mi padre Cap 199 en adelante

Capítulo 320

Amaia Domínguez García

León, Guanajuato, México.

Cris y la güera habían llegado ahí con nosotros y yo sabía que ellos también iban a despedirse de mí, algo que agradecía mucho. Los dos se han vuelto unos de mis mejores amigos y hemos compartido los 4 muchas cosas hermosas en el tiempo que compartimos y en las experiencias que vivimos. Ellos se quedaron mirándonos y me sorprendí demasiado porque vi una maleta junto a ellos, era muy extraño que ellos también fueran a irse o eso pensé yo antes que la güera se acercara a mí y me diera un inmenso abrazo.

–Amaia, no pensabas que no te ibas a despedir de mí – Dijo ella un poco triste – Eso estaría mal, de por sí nosotras empezamos con mal pie y ahora sí te ibas sin despedirte, imagínate.

La güera ahora es mi mejor amiga, pero las cosas habían sucedido tan a las apuradas que casi no me había dado tiempo de digerirlo todo y por poco ellos no me alcanzan, pero aun así había pensado en despedirme de mis dos mejores amigos.

–Hola, güera, claro que no me iba a ir sin despedirme de ustedes – Les dije a ambos – Solo que por poco y no me alcanzan porque ya estaba por irme. De hecho, ya todo está en el auto.

Era como si me fuera para siempre, solo dejaba mi corazón, porque a dónde iba no me servirá si mi Axel no está a mi lado. Pero eso no se lo podía decir a nadie. Me dolía estar en esta situación.

–Hola, Amaia – Cris me saludó – No todo está en el auto. De hecho, tendré que pedirte que me abras el maletero. Necesito subir mi maleta.

Me quedé sin entender que era lo que me estaba pidiendo Cris, no sabía por qué me pedía que abriera el maletero, a no ser que la güera y Cris hayan tomado la decisión de irse conmigo a Mexicali, no lo comprendía.

–Chicos, Amaia y yo apreciamos mucho esto, pero ella ya está consiente que debe irse y lo hará sola – Dijo Axel – De cualquier modo, les agradecemos mucho este gesto de querer ir a acompañarla.

Me tomaba por sorpresa que ellos me quisieran acompañar, que no me querían dejar sola, era un gesto muy bonito de parte de los dos, pero me doy cuenta de que Axel no quiere que lo hagan, no lo entendía en verdad. Si mis amigos me acompañan, aunque sea por unos días se los agradezco de todo corazón.

–Amigo, estás muy estúpido – Dijo la güera – Yo me quedaré contigo, para que sobrevivas sin Amaia, cosa que dudo que hagas, pero haré el intento y Cris, bueno, quiere hacer un viaje largo en carretera y ahora se le da la ocasión para ir a conocer el norte de México.

Me agradaba como lo estaba manejando la güera, por supuesto que ella no iba a permitir que Axel se quedara sufriendo por mi partida, cosa que él mismo estaba aprobando y casi me estaba mandando a qué me fuera lo antes posible, pero por otro lado no podía hacer nada, ya le había rogado y no había funcionado.

–Así es – Dijo Cris – Quiero ir a conocer Mexicali, nunca he estado allá y siempre ha sido mi sueño, pisar todos los estados de mi hermoso México y así de paso Amaia no se va sola, claro, a menos que ella no me quiera llevar, tendré que irme por mi lado.

Por supuesto que apreciaba su sugerencia, nos iríamos los dos a Mexicali, aunque sabía que eso de ir a conocer todo el país le venía ahora como anillo al dedo, lo hacía también para acompañarme en este infinito dolor.

–Cris, no sé qué haré contigo – Dije llorando – Gracias, claro que quiero que viajes conmigo. Eres bienvenido siempre que quieras.

Le abrí el maletero a Cris y mientras él subía sus maletas y se despedía de la güera, yo volví a despedirme de Axel, con un beso y un abrazo lleno de nostalgia, de dolor, con un beso que solo decía solo eso... adiós.

Cris y yo, nos subimos a mi clásico y empecé a conducir lo más rápido que pude dejando atrás la vida que tuve y sobre todo dejándolo atrás a él, a mi Axel, a mi rey, al amor de mi vida, pero nada pudo evitar que eso pasara y yo me odiaba a mí misma por todo, por la mala suerte que siempre me ha perseguido y porque nunca he podido tener mi final feliz. De pronto, Cris tomó mi mano y me miró con ternura como solo me podía mirar él, uno de mis mejores amigos. Entendiendo a la perfección lo que yo estaba pasando.

–Amaia, todo pasará. Sé que ahora lo ves todo mal y es por eso que no quise dejarte que viajaras sola – Cris me dijo con ternura – Quiero que estés bien, Amaia y verás que nos la pasaremos genial allá en Mexicali.

Adoraba ese lindo gesto que él y la güera estaban haciendo por Axel y por mí, no nos querían dejar solos en esta separación, pero ellos ahora iban a estar en las mismas condiciones que Axel y yo, iban a estar separados y todo por mi culpa.

–Muchas gracias, Cris, pero no tenías que hacer todo esto – Le aseguré – De todas maneras, mil gracias por no dejarme viajar sola. Espero que tengas razón y que la pasemos bien y siento si por mi culpa, tuviste que separarte de tu novia.

Para mí hubiera sido preferible que no hubieran tomado esa decisión, que me lo hubieran consultado antes y tal vez esto fuera diferente, pero en realidad si voy a necesitar de un hombro donde poder llorar mis penas.

–Descuida, Amaia. Ella fue la que me propuso que me viniera contigo, los dos sabemos que no soy un santo de la devoción total de tu Axel y por eso ella me dijo que era mejor que yo te acompañe y que ella se quede allá con Axel.

Los dos estábamos en deuda con la güera y con Cris, ellos siempre pensando en el bienestar de nosotros, no les importaba separarse por un tiempo por cuidarnos a nosotros de este duro golpe que la vida nos estaba dando.

–Sí, fue lo mejor. No quiero que él sufra, no quiero que esté solo y no quiero que esté con otra mujer – Dije muriendo de celos – No quiero que otra se gane su corazón.

Mi mente no dejaba de pensar en que podía haber la posibilidad de que Axel encontrara a otra mujer y que se olvidara de mí para siempre. Eso me dolería en el alma.

–A él debe de pasarle lo mismo, pero si lo de ustedes es la clase de amor que yo sé que es, van a regresar Amaia. Verás que sí.

–Ojalá que sí, sea así. Aunque ya no lo sé, la mala suerte es la única que siempre me acompaña.