Capítulo 299

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Amaia Domínguez García

León, Guanajuato, México

Lo que hizo la güera en el juicio fue brutal y también fue demasiado contundente. Ella ayudó demasiado a que las cosas mejoraran y, ya que la juez se dio cuenta de lo que estaba pasando con el abogado de Cecilia, con mis hermanas y con la misma Cecilia, estaba segura de que este juicio poco a poco lo íbamos a ganar nosotros y que, de eso, no habría duda alguna.

–Amaia, mi novia ha estado brutal – Dijo Cris – Eso es todo por parte de la güera, ella es una abogada increíble.

–Sí que lo es, Cris – Respondí – Ella es talentosa, muy inteligente e increíble como abogada.

Le había dado la vuelta a todo el juicio y ahora Cecilia estaba cada vez más hundida. Lo que hizo su abogado con mis hermanas la estaba llevando cada vez más del otro lado. Qué bueno que esta vez la verdad estaba saliendo a flote. Ahora no iba a poder hacer nada, todo estaba en su contra.

–Por eso me tiene tan enamorado de ella y cada vez que estoy a su lado, el tiempo se detiene para siempre, me tiene hecho un estúpido.

–Ya somos dos estúpidos Cris, Axel me tiene igual a mí.

Salimos de la sala y caminamos fuera de ahí, la sesión había terminado con éxito y yo estaba de lo más contenta, ya queriendo irme al depa con mi Axel a descansar y a olvidarnos del mundo entero y sé que a él le pasaba lo mismo, porque ambos solo queríamos vivir para estar solos, felices y juntos.

–Axel, mi amor – Lo abracé, ya que estuvo fuera de la sala – No puedo creer lo increíble que estuvo Ivanna.

–Sí, cariño – Axel me besó tiernamente – Ella estuvo increíble y sé que esto nos va a ayudar mucho en el caso.

Desde luego que sí, este interrogatorio estuvo todo de nuestro lado, el abogado pensó que me iba a apabullar, pero fue todo lo contrario. Ahora Cecilia debe estar jalándose los cabellos. Pues todo les había salido mal, me alegraba que estuvieran muy confiados de que me podían destrozar en cuanto él me empezó a interrogar. El tiro les había salido por la culata.

–Claro que sí, Axel. Yo sabía que mi novia haría de tu caso un éxito más para su carrera – Dijo Cris muy orgulloso – Propongo que nos vayamos a celebrar esto, porque no puede pasar desapercibido.

Todos estamos muy contentos por el triunfo de esta sesión, el juicio estaba llevándose de la manera más provechosa, pero de nuestro lado. Y en verdad esto se tiene que celebrar o hacer algo porque la ocasión lo amerita.

–Sí, es cierto – Dije emocionada – Yo no soy mucho de celebrar nada, pero eso, sin duda alguna, se merece todas las celebraciones.

Los apoyaba en todo lo que quisieran hacer. Aunque no me gusta celebrar mucho, esto es un logro muy grande de parte de la güera, todos se habían quedado de piedra, cuando respondí las preguntas que ella me hizo. Ahora llevamos mucha ventaja en el caso.

–Claro que se las merece, completamente – Dijo Axel – Ya que salga Ivanna, le decimos que vayamos a comer a dónde ustedes escojan.

–Mi amor, pasaré al servicio – Le dije a Axel – Antes de irnos, más vale prevenir.

–Claro, cariño.

Axel se quedó con Cris ahí afuera del juzgado y yo me fui al servicio, pero lo que no vi venir para nada era que no estaría ahí sola y cuando salí para lavarme las manos en el espejo se reflejó el rostro del despecho, el de mi hermana Ale que me miraba como si quisiera quitarme la vida ahí mismo. Tenía una mirada de una persona demente, mi hermana estaba totalmente loca.

–Amaia, no puedo creer tanta estupidez de tu parte – Se burló de mí – Acabas de hundir a Axel, de dejarnos en mal a Enedina y a mí. Creo que estás más estúpida de lo que pensé.

Yo solo dije la verdad, la güera me preguntó y yo le di la respuesta que estaba esperando. Yo no iba a mentir por ellas, si se han puesto en mi contra y yo nunca les he hecho nada. Ellas están del lado de Cecilia, pues ya no es mi culpa si ellas mismas se echaron lodo encima. Yo voy a defender a Axel, es el hombre que amo y no lo voy a dejar solo con esas víboras.

–No Ale, no quiero pelear contigo y tú lo sabes – La enfrenté – Nunca quise que saliéramos mal, pero tú y Enedina han llegado muy lejos poniéndose de parte de Cecilia, lo mejor que podían hacer era no tomar parte por nadie.

Se hubieran mantenido neutral, pero ella por estar enamorada de Axel, se ha puesto del banco contrario, yo no tengo la culpa que se haya dejado embaucar de Cecilia y su abogado, me queda claro que ella no ha aprendido nada de nuestro padre.

–Deja de decir estupideces, Amaia, eres una tonta – Me gritó – No puedo creer que solo te quepa en la cabeza pura mierda. Si no querías que saliéramos mal, nunca debiste meterte con Axel, sabiendo que yo lo amo.

Ya estaba cansada de decirle que yo no sabía eso, que si ella me lo hubiera confesado yo jamás me acercaba a Axel. Quiero mucho a mi hermana como para hacerle un daño aun sabiendo lo que ella sentía por Axel. Se le había pasado la mano al juntarse con Cecilia y atacar de esa forma al hombre que según dice que ama.

–Ale, no sé cómo quieres que te diga que yo no sabía que tú lo amabas. No sé en qué idioma quieres que te hable y que te lo diga, parece que estás mal tú y que no quieres entender razones. Yo no soy adivina para saber que tú estabas enamorada de Axel.

Ale me dio una cachetada y me volteó la cara al hacerlo, yo me toqué la mejilla dolorida con la mano y estaba cada vez más sorprendida porque no podía concebir que mi hermana me estuviera pegando nuevamente, ella parecía no entender y no sé qué pretendía pegándome, yo de cualquier modo, nunca me iba a separar de mi Axel.

–Ale, ya no te lastimes más – Le pedí – Yo no quiero que salgas más dañada, no se puede cambiar el pasado y aunque yo no existiera para Axel, tú no le interesas. Es mejor que lo comprendas.

Me dolía tener que decirle así las cosas, pero ella ya lo sabía, el mismo Axel se lo dijo en varias ocasiones, nadie tiene la culpa de que ella siga aferrada a eso, para él nunca hubo un pensamiento de esa índole, hacía Ale. Ella no es de su tipo y eso no lo entiende.

–No comprenderé nada, porque no hay que comprender. Te metiste con mi hombre por el que perdí a mi esposo, a mis hijas y mi dignidad. Eres la peor de las hermanas.

El socio de mi padre Cap 199 en adelanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora