Capítulo 242

38 0 0
                                    

Axel Vega Lazcano

León, Guanajuato, México

Aprecio y admiro, lo hermosa que se ha puesto, pero es prohibida y eso me pone cada vez peor, porque quisiera romper las reglas, acercarme a ella y mostrarle como es la vida.

–Huelo peligro, amigo y uno bastante grande, cuando una mujer se mete en el radar de Axel Vega, pasan dos cosas – Decretó mi amiga – Una, se va contigo a la cama, lo disfrutan los dos y listo, y dos, después de ir a la cama, se vuelve tu amante o la botas y vas por la que sigue.

–Qué bueno que te tengo de amiga, que me encuentro en tu lista de personas que te caen bien, doy gracias a Dios, por eso.

–Sí, debes dárselas. Ya me veo contigo, planeando tu divorcio por haberte tirado a la hija menor de tu socio y ya veo el escándalo social y que Cecilia te querrá dejar en la calle, porque eso es lo que va a pasar.

Eso para mí es irrelevante, puedo volver a tener el dinero que quiera, le pediría el divorcio a Cecilia para estar con la mujer que en verdad me interesa, Cecilia había sido un error de dimensiones estratosféricas, debí haberla dejado desde hace tiempo, pero no sé por qué no lo había hecho, ahora estuviera libre para hacer una vida con Amaia.

–Eso no me importaría, sé que sí Amaia y yo tuviéramos algo, eso sería, sin duda, algo más que solo sexo, de eso estoy plenamente seguro, ella va a ser mía y de nadie más – Declaré – Ella me gusta, güera. Me gusta mucho, además de la parte física es muy inteligente, me encanta su forma de ser y aunque sea un poco problemática, sé cómo tratarla, la conozco de toda la vida.

La he visto crecer, pero en cuanto cumplió los 18 años, mi interés fue en aumento, no supe ni en qué momento mis percepciones hacia ella cambiaron de una forma absoluta, su inteligencia me tenía cautivado, es un genio para aprenderse todas las cosas, incluso cuando pensábamos que no estaba prestando atención.

–Sí, lo sé, recuerdo que me contaste esa parte, un IQ más alto del normal, siempre de promedio sobresaliente, memoria eidética y siempre dando problemas en las escuelas porque no es como los demás niños y supongo que la mujer maravilla tiene novio.

Desafortunadamente, ya tiene novio y ya llevan varios años, y la cosa va muy en serio, pero yo no voy a perder las esperanzas, ese chico no va a aguantar que ella sea más inteligente que él, eso suele suceder cuando les gana el ego, que una mujer no puede ser mejor que ellos.

–Sí, supones bien. Anda de novia con un chico español y según Mauricio va muy en serio la cosa, ese tipo es muy afortunado y lo peor es que creo que el tonto no lo sabe, yo estoy interesado en ella, sé que es la hija menor de mi socio, pero en el corazón no se manda. No quiero tener ningún problema, pero en cuanto la deje ahí estaré.

No me considero un mal hombre, me gusta Amaia, y un tiempo pensé que yo no le era indiferente, pero vino este chico español y se hicieron novios, yo debí haberme divorciado, ahora yo sería el que fuera su novio, o su esposo, yo a Amaia no la quería de amante y además Mauricio no lo iba a permitir.

–Desde ya, contrátame. Como te dije huelo peligro, huelo problemas y que, si ella y ese chico español terminan, tú no te quedarás quieto y sin importarte nada te lanzarás por ella.

Desde luego que ya debería estar buscando la forma para divorciarme, la güera me conoce perfectamente y yo ya puse el ojo en Amaia, voy a estar muy al tanto de su noviazgo, ese chico es un tonto si termina con ella, pero yo estaré ahí esperando por ella.

–Serás mi primera opción como abogada, güera, para estar con la hermosa de Amaia, debo estar divorciado, ella me interesa demasiado y debo brindarle una estabilidad emocional al estar yo libre.

No iba a comenzar una relación con la hija de mi socio estando yo aún casado, Mauricio va a poner el grito en el cielo y yo quiero hacer las cosas bien esta vez. Con Amaia lo quiero todo, pero debo estar libre para ofrecerle lo que ella se merece, estoy seguro de que el españolito no me llega ni a los tobillos, yo soy un hombre de verdad.

–Yo creo que debes ya empezar a preparar los documentos para tu divorcio, tu socio no va a permitir que tengas a su hija de amante, si es que ella deja al chico español que me dices.

Fin del Flashback

Me reí de recordar aquello, la güera definitivamente sí que me conoce y estuvo totalmente en lo cierto. Solo que no le adivinó que la que se lanzaría a proponerme la relación iba a ser Amaia y no yo a ella, Ivanna al parecer también se reía de lo mismo y Amaia y Cris se nos quedaban viendo pensando que habíamos enloquecido.

–Chicos, es un asunto aquí entre mi amigo y yo – Dijo Ivanna – Pero, que podemos compartir con ustedes. A mi amigo siempre le gustaste Amaia, desde que andabas con tu ex, con David.

–Sí, cariño. Era imposible no haberme enamorado de ti – Abracé a Amaia y la senté en mis piernas – La güera, fue una especie de gurú que me dijo que pasaría esto. Ella me echó la mala suerte con lo de Cecilia.

Pues del divorcio se había hablado mucho antes de que yo aceptara salir con Amaia, si le hubiera hecho caso en ese momento nada de esto estuviera pasando, mis propiedades no estuvieran en juego, y sería un hombre libre y mucho más feliz con mi bella novia.

–Un momento, amigo. Yo no te eché la mala suerte, yo te dije lo que pasaría que es muy diferente, tú no podías pretender a Amaia y no eras libre ¿Qué querías que te dijera? Tu esposa estará feliz, en una relación poliamorosa con la hija de tu socio y su marido, pues no ¿Cierto?

–Sea como sea, las cosas pasan porque deben pasar – Dijo Cris – Ahora, tenemos que buscar una solución. Amaia y yo, pensamos saber todo tu pasado Axel, desde que estás casado con Cecilia, para poder armar tu defensa.

Esa es una buena iniciativa, se debe conocer prácticamente todo del cliente, para ver de qué manera se van a llevar los sucesos, mucha gente va a querer testificar en mi contra y si Cecilia daba con ellas, estoy más que perdido.

–Mi pasante ha aprendido bien de mí – La güera le aventó un beso a Cris – El problema es, que Axel no ha dejado mujer con vida en este mundo y esperemos que eso, no lo tenga también en mente Cecilia, ahora que está con unas ganas locas de perjudicarte.

–Está bien, empecemos con nombres – Dije decidido – Ustedes tomen nota y veremos qué sale de esto.

El socio de mi padre Cap 199 en adelanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora