Amaia Domínguez García
León, Guanajuato, México
Mi hermana Enedina y el licenciado, estaban que se los llevaba el diablo y la verdad, no era para menos, pero ambos habían causado todo esto que estaba pasando ahora mismo y ellos mismos también lo habían causado. El abogado se había metido donde no debía.
Axel, con todo el derecho del mundo, podía cargar en contra de ellos más agravantes por estarnos molestando en todos lados, ellos no tenían nada que hacer aquí y conociendo a Axel, él le llamaría a mi padre para darle quejas sobre Ale, por decirle a Enedina dónde vivimos. Porque nuestro domicilio es privado y no tenía por qué estar en boca de todo el mundo.
– ¿Qué esperan para irse? – Les exigió Axel – Aquí no pueden venir, no es su propiedad. Es la mía y ustedes la están invadiendo.
Mi novio está en lo cierto, ellos se han venido a invadir propiedad privada y el abogado más que nadie sabe eso, no entiendo como esas dos mujeres con poco seso hayan podido lavarle la cabeza a este abogado de quinta, de seguro ni sabe qué delitos ha cometido a venir a hostigar a los demandados, esto amerita una contrademanda.
–Ya nos vamos, Axel – Dijo Enedina – Únicamente fíjate bien a quién estás defendiendo. Amaia es una zorra, es una mujer que no vale la pena y aquí te lo digo delante del abogado, dejaste a una dama por una puta.
Enedina es una desgraciada, no sé cuál es el odio que me tiene, se ha puesto del lado de Cecilia, ni Ale, ni ellas se están comportando como mis hermanas, más bien tengo un par de enemigas de las que me tengo que cuidar muy bien. No cabe duda que muy pocos de tus familiares te van a querer ver bien y mi caso se acopla perfectamente a ello.
–Tu opinión, no me interesa – Dijo Axel furioso – Váyanse antes que me hagan que los mande sacar, les repito que no tienen nada que estar haciendo aquí.
–Está bien, vámonos, señorita Enedina – Dijo el abogado – Buenas tardes, licenciado Vega.
Ellos se fueron y de inmediato, me refugié en los brazos de Axel. Ya no quería saber nada más de nadie ese día, quería subir a nuestro nido de amor para recostarme con Axel y para estar juntos sin que nadie nos estuviera molestando. Esto de mi hermana había superado todos los límites habidos y por haber y Ale no tenía que mandar a Enedina para acá. Axel me llenó de amor, de besos y de abrazos y al fin, subimos a nuestro nido de amor.
–Cariño, te llevaré a que te recuestes – Me dijo Axel tomándome de la mano – Quisiera que descanses un poco, en lo que yo hablo con Mauricio. Esto de tus hermanas, ya se pasó de la raya.
–Axel, mi rey como tú digas – Respondí – Solo que te acuestes conmigo y de ahí lo llamas. No quiero separarme de ti, entiéndeme, por favor.
Mis hermanas harían todo lo posible por verme hundida, la una por esos celos que siempre ha sentido por mí y la otra porque el hombre al que yo amo, jamás le hubiera prestado atención. Porque no creo que eso lo sepa Cecilia, que ella había estado interesada de Axel, desde hace mucho tiempo. Eso Cecilia siempre lo había sospechado.
–Yo tampoco me quiero separar de ti, Amaia. Te amo mucho, pero sí tengo que poner al tanto a tu padre, de las tonterías de tus dos hermanas.
–Claro, mi rey, mi padre debe saber que sus hijas no saben hacer más que meterse en problemas. No puedo creer lo lejos que Ale ha llegado.
Axel y yo entramos a nuestra recámara y él, tal y como me lo prometió, me recostó en la cama y se recostó a mi lado abrazándome. Pronto no supe más de mí y solo sé que más tarde abrí mis ojos y vi los hermosos ojos de mi amado Axel, él me veía como solo me podía ver un hombre que realmente ama a una mujer. Nos dimos unos besos muy tiernos y después, él me contó lo que había hablado con mi papá.
–Lo siento, mi rey – Me disculpé – Me ganó el sueño y no escuché lo que hablaste con mi padre.
–Sí, cariño, no te preocupes – Respondió – Yo solo le dije que calme a tus hermanas y que yo no estoy para estar solapando las tonterías de ninguna de ellas dos. Ya me tienen harto.
Esas mujeres no hacían otra cosa que darse a aborrecer, yo no podía creer que estuvieran actuando de esa manera, las dos son unas víboras y sumándose a Cecilia son de la peor calaña. Se juntaron solo para causar más daño del que ya esa mujer había causado.
–Espero que te haga caso, siento venir de esa familia asquerosa en la que no se respeta a nadie. Yo no sé cómo a Prudencia se le llena la boca de decir que son gente de primera, esos son los peores.
Esa señora había criado a esas dos mujeres con los peores sentimientos, han sido de lo peor en sus vidas y a mí es la que viene a juzgar. Esas culebras venenosas tienen cola que les pisen. Ahora se tendrá que actuar por lo legal, me gustaría que pasaran unas horas en cerradas en una delegación. Ellas se lo han buscado si Axel las quiere denunciar y por supuesto espero que lo haga también con el abogado.
–Ya cariño, no te alteres hermosa. Tu padre me ha dicho que, si tengo que denunciarlas a ellas también, él no me detendrá. Ellas se están metiendo en cosas que no les conciernen.
Por supuesto que mi padre había actuado de forma razonable, aunque llegué a pensar que él iba a defender a sus hijas, ellas solo se merecen que les den un escarmiento para ver si así dejaban de meterse en la vida ajena. Me alegraba ellas no iban a estar bajo la protección de nuestro padre.
–Es lo mejor que puede hacer, no ponerse del lado de sus hijas porque ellas hacen puras cosas que no vienen al caso. Te amo, mi rey. Todo estará bien.
Ellas van a pagar por haberse juntado y ponerse de lado de Cecilia, dejaré que Axel las denuncie, no me importan nada, nunca fueron las hermanas que la gente piensa que fueron conmigo. Deseo que paguen todo el daño que le están causando a mi Axel.
–Sí, lo estará. Te amo, Amaia y lo único que quiero por el resto de esta tarde es pedir comida, quedarme así contigo y no soltarte jamás.
Nadie tenía que venir a interrumpir nuestra paz, Ale había cometido una gran imprudencia al dar la dirección dl departamento y tendrá que pagar las consecuencias, si Axel las denuncia que paguen.
–Yo también quiero estar así contigo, te amo Axel. Es el mejor plan para esta tarde, el de estar así acostados y juntos.
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El socio de mi padre Cap 199 en adelante
Romancecontinuación del socio de mi padre a partir del capitulo 199 hasta llegar al fin