Axel Vega Lazcano
León, Guanajuato, México
El día se me pasaba muy lentamente sin ir a la firma, pero ahora que con Amaia habíamos empezado a darle forma de nuevo a mi situación y a empezar a agendar de nuevo citas con clientes, el ánimo me había vuelto. Ella me contagiaba esa alegría por salir adelante, siempre me decía que yo podría levantarme y que podríamos volver a tener todo lo que me fuera a quitar la estúpida de Cecilia en caso de que ella ganara el juicio de divorcio. Estaba muy metido en la organización de mis clientes, cuando tocaron la puerta del departamento.
–Axel, ábreme – Dijo Ivanna – Traigo las manos ocupadas, por favor.
–Claro que sí. Ya voy – Respondí y le fui a abrir – Ivanna, traes muchas cosas. Permíteme ayudar, pensé que venías con Cris.
La güera venía en verdad muy cargada, no sabía si traía lo de mi caso o todos los de su firma, pero eran demasiados. Tomé de sus manos las carpetas, y veo que vamos a tener mucho trabajo que hacer. Pero no importa todo sea por el bien del caso y que esto nos ayude mucho.
–Cris fue a resolver un asunto y gracias por la ayuda. Es que no sabes lo que se me ha ocurrido – Mi amiga estaba muy misteriosa – Conseguí todo esto que nos puede servir en el caso contra tu ex.
–Son demasiados documentos, veremos lo que hay en ellos. Pasa, güera.
Tenemos que encontrar la solución del caso entre tantos documentos, la información que necesitamos debe estar en ellos. Sé que la güera no se va a dejar vencer por ese abogado que ha contratado Cecilia.
–Gracias, Axel. Veo que Amaia tampoco está, lo que me lleva a pensar que ella y Cris deben andar en lo mismo y juntos, con razón él no me llamó para que pasara por él.
–No lo creo, Amaia me dijo que saliendo del Tec ella iba a ir a buscar a Gustavo para ver qué podía conseguir de Ismael Herrera.
Mi preciosa Amaia es muy buena sacando información, por eso todos habíamos pensado que ella elegiría la carrera de derecho, pero nos salió con la sorpresa de que quería estudiar ingeniería. De todos modos, ella es buena en cualquier cosa que se proponga y sé que conseguirá esa información que de seguro Gustavo le dará.
–Es oficial, Cris debió alcanzarla allá – Dijo muy segura mi amiga – Está bien, espero entre los dos logren obtener esa información que te puede servir de mucho, amigo mío.
–Sí, me va a servir de mucho. Esperemos que la consigan, ahora veamos todo esto que has traído.
Ni idea de que se trataba todo esto, pero conociendo a Ivanna, todo lo que traía consigo nos va a proporcionar lo que queremos, así que confío en lo que ella considere prudente mostrar en el juicio.
–Sí, tenemos que verlo sin que Amaia esté presente. No quiero que sufra por todo tu pasado sombrío – La güera se estaba riendo – Son los expedientes secretos de varias mujeres que has tenido en la cama, amigo mío.
Pensé que mi amiga lo decía de broma, a la güera le encantaba andarse riendo de mi pasado sombrío como ella le dice, pero la verdad yo tengo que aceptar que no he sido precisamente un santo, sino todo lo contrario. Me la pasé antes de estar con Amaia, de cama en cama y de mujer en mujer. A la que me gustaba me la llevaba por ahí y ahorita que estaba viendo fotos de algunas de ellas, recordé que nunca tuve un buen gusto y me empecé a reír sin ganas.
–Sí que has tenido tus pasiones bien buenas, amigo – Dijo Ivanna – Ahora, vamos a probar quienes, de ellas, de las que conocen a Cecilia, están dispuestas a testificar contra ella.
–Ella seguro que sí – Dije señalando a Maricarmen una hermosa salvadoreña que vive en México – Ella fue amiga de Cecilia, pero luego se pelearon y seguro que me ayuda.
Esta mujer, después de haber tenido esa pelea con Cecilia, juró que nunca más en su vida le volvería a hablar y es la candidata perfecta para que testifique en contra de Cecilia. En menudo lío me voy a meter con Amaia ahora que salgan todas estas mujeres a la luz.
–No me asegures, me remito a los hechos – La güera me dio el teléfono – Vamos amigo, llama a Maricarmen.
Tengo mis dudas si en verdad me llegue a contestar, pues yo he cambiado mi número de celular y ella es de esas mujeres que están muy ocupadas y de seguro no le interesará contestar un número desconocido. Pero de todos modos voy a hacer el intento, nada pierdo si hago esa llamada.
–No sé si me conteste, güera – Dije mientras sonaba el tono de llamada – Espero que lo haga.
–¿Diga? – Escuché la voz de Maricarmen.
De milagro que me tomaba la llamada, así que seré lo más rápido y conciso que se pueda, ella nos tiene que ayudar. Ya no es amiga de Cecilia y aunque ella nos haya encontrado en una situación muy comprometedora, debe estar dispuesta a estar de milagro.
–Hola, Maricarmen soy Axel Vega, ¿Te acuerdas de mí?
–Claro que sí, ¿Cómo estás, Axel? Supongo que no debo ni de preguntártelo. Ya todos sabemos lo de tu situación.
Por supuesto que todos ya estaban enterados de lo que está sucediendo, si ahora debe ser el tema de conversación de todas las reuniones, Cecilia no se iba a quedar callada y de seguro ya todos me tienen en la peor de las consideraciones, debo ser el peor de todos. Deben estar hablando de mí y de Amaia hasta decir basta.
–Bien, ¿Cómo quieres que esté entonces? Estoy desesperado y necesito de tu ayuda, ya que sabes lo de mi situación, me ahorro los rodeos y voy al grano – Le dije muy nervioso – Necesito saber si tú, serías capaz de dar tu testimonio en el juicio, en contra de Cecilia y a favor mío.
Ya estaba dicho, de ella depende si acepta o no, esperaba que fuera lo primero y me apoyara en el juicio, Cecilia no se iba a esperar que sacara a su examiga como un testigo clave en su contra.
–No sé cómo quieres que haga eso, Axel – Maricarmen pareció negarse – Cecilia nos encontró en la cama cuando hicimos el trío con Corine su amiga de Estados Unidos.
Esa había sido una situación muy difícil de tratar, Cecilia nos había encontrado a los tres en la cama y de seguro se acuerda de eso también. Pero ellas no habían quedado en buenos términos y por ahí hubo hasta amenazas de parte de Cecilia.
–Eso es cierto, pero pasando por alto eso ¿Tú, me ayudarías? Sé que tú tampoco te llevas ya con Cecilia desde aquel entonces.
–Axel, el que ya no me lleve con Cecilia, no quiere decir que yo quiera tener problemas, escucha, no puedo atenderte ahora. Fue un gusto saludarte.
ESTÁS LEYENDO
El socio de mi padre Cap 199 en adelante
Romancecontinuación del socio de mi padre a partir del capitulo 199 hasta llegar al fin