Amaia Domínguez García
León, Guanajuato, México
Me arrullé en sus brazos, con las caricias tiernas que mi Axel me daba mientras íbamos en el auto y cuando menos lo pensé cerré los ojos y cuando los abrí Axel me estaba mirando muy enamorado como siempre lo hacía y me sentí muy apenada de inmediato. No me gustaba siempre hacerlo esperar para que yo me despertara, pero era lo que siempre pasaba, que a mí siempre me ganaba mucho el sueño, y es un difícil que me despierte de inmediato.
–Amaia, cariño ya hemos llegado – Anunció Axel lleno de felicidad – Quiero que veas todo lo que hay aquí. Te va a encantar el lugar.
–Sí, amor, muchas gracias.
Nos bajamos del auto y Axel me tomó de la mano, el lugar se veía hermoso, muy tranquilo y había zona de muchas albercas privadas, eran una especie de aguas termales y todo se veía de primera, además lo mejor de eso era que no se veía que hubiera casi gente. Es lo mejor de todo, íbamos a estar en total privacidad.
–Amaia, estamos en escondido place – Dijo Axel – Espero que te guste, es aquí cercano a San Miguel de Allende, esta es la zona común, pero no te preocupes que para nosotros tengo reservada un área que es privada.
Qué emoción al escuchar esas palabras de Axel, vamos a tener más privacidad, lo que estamos necesitando en estos momentos, sin que nadie sepa nada de nosotros, es lo mejor, olvidarnos del resto del mundo y pensar solo en nosotros dos. Amo todos estos hermosos detalles. Nunca me imaginé que lo mío con Axel llegara hasta estas dimensiones, nuestro amor es único.
–Axel, esto está bellísimo y gracias por traerme. No se ve que esté muy lleno el lugar y me encanta.
–A mí me encantas, tú. Ven, vamos a registrarnos en dónde nos vamos a quedar.
El lugar es elegante y se nota la tranquilidad, se respira paz y es lo mejor para nosotros que venimos muy estresados de toda la semana que hemos pasado. Lo bueno es que nadie sabe a dónde nos hemos venido, no tienen por qué saber de todos nuestros movimientos.
–Claro mi amor, hagámoslo.
Axel me tomó de la mano y caminamos juntos y muy felices recorriendo el hermoso lugar. No sabía que algo como eso existiera aquí en México y eso era porque yo nunca había salido mucho hasta que un exnovio mío me había sacado a ver el mundo y ahora, claro, Axel mi rey me estaba llevando a conocer las maravillas de nuestro país, que eran hasta ese momento desconocidas para mí.
–Amaia, nos hospedaremos aquí detrás del parque. Te va a encantar el lugar, te digo que es una zona privada y también vendremos aquí donde acabas de ver.
–Yo encantada, mi amor.
Todo con Axel era una aventura y me sentía de lo mejor estando a su lado. Él es único, traía una contraseña y entramos a un hermoso departamento que tenía su propia alberca con una pequeña cascada, un jacuzzi y todo estaba de super lujo que hasta eso hacía que lo que acababa de ver, fuera muy insignificante para mí, Axel siempre me sorprendía y esa era una de las razones por las que me sentía plenamente enamorada de él y feliz.
–Amaia, este es el lugar en el que vamos a estar – Dijo Axel – Es pensado para pasar estos días de lo mejor que se pueda.
Con gusto no me movería del lugar, está precioso todo y los días los pasaremos dándonos todo el amor, así es que me gusta estar con el hombre de mi vida. Solos sin que esas mujeres nos arruinen los días.
–Axel, esto es un sueño. Me encanta el lugar, gracias por esto mi amor y por todo lo que haces por mí.
Pasaremos nuestra luna de miel en este lugar, como había dicho Axel, él y yo merecemos todo esto, la vida no puede ser tan mala con nosotros que lo único que hacemos es amarnos, no le hemos hecho daño a nadie. Cecilia desde hacía tiempo le tenía que haber dado el divorcio a Axel y nada del show que ha montado hubiera pasado.
–Siempre haré lo mejor que pueda para hacerte feliz, siempre haría y daría todo por ti. Sabes que eres lo mejor que me ha pasado en mi vida, Amaia.
El para mí también es lo mejor que me ha pasado y volvería a hacer todo lo que he hecho con tal de estar así. No cambiaría nada de lo que hemos vivido hasta el momento y que estoy segura de que nos quedan muchos años para seguir siendo felices. Nunca voy a dudar del amor que Axel me ha dado, nada, ni nadie podrá volver a hacernos daño.
–Gracias, Axel. Tú también eres lo mejor de mi vida.
Nos empezamos a besar apasionadamente y cómo siempre nos prendíamos al contacto más mínimo de nuestros labios. Ambos deseábamos hacer el amor para empezar bien el día y poco a poco nos fuimos desesperando, pero ambos nos separamos cuando vimos que aquello amenazaba con convertirse en algo más y nos dio al instante un ataque de risa.
–Te amo, cariño y aunque yo quisiera hacer lo que ambos queremos, es mejor que salgamos a disfrutar el día – Dijo Axel muerto de risa – Para que podamos disfrutar bien el lugar y ya tendremos tiempo en la noche.
Tiene razón, tenemos que aprovechar el primer día del lugar, ya tendremos toda la noche para amarnos como nosotros queramos. Pero tenemos un pequeño problema, yo no sabía a dónde íbamos a venir y no he traído nada para que nos podamos meter al jacuzzi, se me había olvidado preguntar.
–Sí, amor, es mejor – Admití – Es que, si hacemos otra cosa, no vamos a aprovechar bien el día. Solo que no traigo traje de baño, mi rey. No sabía a dónde íbamos a venir.
No sé si me vayan a permitir meterme en el jacuzzi con ropa interior, no tengo vergüenza al estar desnuda delante de Axel, pero aquí, aunque estemos en un área privada, no sé cuál sea el reglamento del lugar. Con gusto me metía sin nada.
–Ese no es problema, Amaia. Te amo, mucho cariño y ya traje todo lo que tú necesitas, por eso no te preocupes preciosa, pues traje varios para que puedas estar a gusto y escoger con el que te sientas bien.
–Gracias, mi amor. Por eso te amo, porque siempre estás pendiente de mí y de mis necesidades, eres lo máximo para mí Axel.
Lo confirmo siempre que salimos a algún sitio, no tengo necesidad de preocuparme por nada, Axel es un gran organizador y nada se escapa de su vista. Ahora solo nos vamos a dedicar a disfrutar de nosotros dos sin que nada nos preocupe.
–Tú también para mí, cariño. Escoge el traje de baño que gustes y te cambias para salir.
–Sí, mi rey.
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El socio de mi padre Cap 199 en adelante
Romansacontinuación del socio de mi padre a partir del capitulo 199 hasta llegar al fin