Axel Vega Lazcano
León, Guanajuato, México
Después de conseguir el valioso testimonio de Ismael y de saber que él estaba dispuesto a ayudarnos en lo del juicio de mi divorcio con Cecilia, me pude sentir un poco más tranquilo. Había valido la pena que hasta Amaia hubiera faltado al Tec y habiendo quedado ya con Ismael, que cuando se le requiriera él iría a declarar y que estaríamos en contacto, nos despedimos de él y también de la güera y de Cris.
–Qué buena onda lo de Ismael – Dijo mi amiga – No puedo creer que Ismael nos va a ayudar con todo lo que eso conlleva.
–Así es, güera. Les dije que esto iba a funcionar – Dijo mi hermosa Amaia – Gracias por todo lo que hacen por mi Axel, a los dos y lo digo en serio.
Los chicos están trabajando a todo lo que da en este que es mi caso, afortunadamente ya teníamos muy buena información aportada por Ismael. Tanto la güera, como Cris, han hecho un excelente trabajo y por supuesto que estábamos muy agradecidos Amaia y yo.
–Sí chicos, estaremos siempre en deuda con ustedes – Les dije a ambos – Muchas gracias por todo, ¿Vienen a cenar al depa? Hoy por la noche para celebrar esto.
Vamos a celebrar este gran paso que estamos dando hacia el triunfo, ahora me siento con más tranquilidad, y si la güera consigue los datos de esa persona que mencionó, ya será otro aliado más para nosotros. Cecilia tiene que bajarle a su drama, debe dejar de actuar como la víctima que nunca ha sido.
–Claro que sí, allá los vemos y vamos, los llevamos porque Cris y yo tenemos que trabajar.
La güera, Cris, Amaia y yo, nos fuimos caminando hasta llegar al auto de ellos y nos subimos para que nos llevaran al depa. Yo tomé la mano de mi Amaia entre la mía y volteaba a verla cada vez que podía, Amaia estaba feliz por este importante avance que tuvimos con lo de Ismael y eso se debía a ella en gran parte y al llegar a nuestro nido de amor y encontrarnos solos, no perdí la oportunidad de demostrarle mi agradecimiento.
–Amaia, te amo cariño – La besé y la abracé – No sé lo que hicieron Cris y tú, pero en serio que buen poder del convencimiento tienen ambos. De verdad que no entiendo ¿Cómo es que no quisiste ser abogada?
A pesar de no haber estudiado la profesión, es muy buena en lo que hace, pues obtuvo la información de Gustavo, la que pensé que no le iba a dar y luego Cris había hecho su parte convenciendo a Ismael y hasta un desayuno había programado. Ellos dos hacen un buen equipo, así como lo habíamos sido Ale y yo. Pero no voy a traer esos recuerdos a mi mente.
–Axel, es simple persuasión y ya me conoces. Lo aprendí de ti y de mi papá y estuvo bien porque ahora, podremos respirar un poco más tranquilos.
Desde luego que todos ya estábamos respirando con más tranquilidad, gracias al ingenio de mi bella Amaia y el de Cris. Habían conseguido lo que en un principio creí imposible. No mucha gente está dispuesta a ir a declarar en estos casos, pues se exponen muchas verdades que algunos preferían que se quedaran en el olvido, prefieren que nunca salgan a la luz,
–Claro que sí, preciosa.
Acosté a mi hermosa Amaia en el sillón de la sala y me recosté sobre ella, la besé intensamente y mi mano de inmediato, agarró camino y se deslizó debajo de su falda, ella empezó a desesperarse y lo mismo me pasó a mí y muy pronto, me encontré deslizando una de mis manos dentro de sus bragas y haciéndola contraerse en ese celestial contacto.
Mis dedos estaban mojados y se deslizaban con una exquisitez en su interior, haciéndola gozar con cada embestida que recibía de mis dedos. Los dos necesitábamos liberar toda esa tensión que se nos había acumulado. Quiero que ella disfrute toda la pasión que le voy a dar. Quiero que esté relajada para mí. Seguí torturándola hasta que logré su primer orgasmo.
–Axel, mi amor hazme tuya – Me suplicaba – Estoy desesperada, te amo.
Amaia se movía a mi encuentro y sé que está lista para recibirme como es debido, pero ahora la estoy disfrutando de esa manera yo también. Que haber esperado tanto valga la pena, tenemos toda la noche para demostrarnos nuestro amor. La amo, ella lo es todo para mí.
–También te amo, cariño. Debes tener un poco más de paciencia, te pienso torturar un ratito ¿Quieres?
–Sí, claro.
Mi mano seguía en lo suyo y mi boca, también, la besaba con mucha ternura, con pasión, con deseo y con amor. Era una sensación gloriosa sentir a Amaia así, correrse en mi mano y sentir sus contracciones, era algo que despertaba en mi muchas sensaciones poderosas, dulces y también maravillosas. Estaba a punto de concederle a Amaia su deseo, cuando nos tocaron muy fuerte la puerta del departamento.
–Axel, ábreme – Era Ivanna – Te exijo que me abras, sé que están aquí y no me lo niegues. Tienes que darme la cara.
Nuestra amiga quería tirar la puerta, pero ahora que estábamos Amaia y yo en lo que estábamos, no me quería despegar de ella. Deseo que la güera desista a lo que ha venido a hacer y que nos deje terminar lo que apenas está comenzando. Quiero hacerle el amor a mi chica como es debido.
–Mi amor, no me dejes así – Suplicó Amaia – Por favor, estoy desesperada.
Tengo que ir a atender lo que quiere la güera, los vecinos se pueden quejar del escándalo y lo que menos quiero en estos momentos es otro problema, con el del juicio ya tengo para varios años. Ahora cero de estar metiéndome en más líos.
–Cariño, escucha yo...
La güera siguió tocando la puerta del departamento y yo, sin querer hacerlo, tuve que soltar a mi mujer y ella me miraba muy enojada. Odiaba que pasara esto, pero si casi habíamos dejado a la güera y a Cris y mi amiga estaba tocando como loca la puerta del departamento, eso solo quería decir algo, que había ocurrido algún contratiempo o que ellos estaban en problemas y no me equivoqué.
–Ivanna, pero ¿Qué escándalo es ese? Nos acabamos de ver, ¿Qué pasa?
Si ella y Cris nos acaban de dejar en el departamento y se iban a trabajar a su firma, no entendía que pudo haber pasado para que no esté en su oficina y esté aquí de nuevo. Tiene una cara de muy poco amigos y de seguro algo la hizo estar de tan mal humor.
–Pasa que ya no puedo estar calmada, cuando la loca de Cecilia me sigue dañando – Me reclamó – Y si no me crees, te pido que bajes para que veas como chingó una de las camionetas del despacho.
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El socio de mi padre Cap 199 en adelante
Romancecontinuación del socio de mi padre a partir del capitulo 199 hasta llegar al fin