Capítulo 241

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Axel Vega Lazcano

León, Guanajuato, México

No estaba muy seguro de haber tomado la decisión correcta con respecto a mi defensa. Mi amiga, Ivanna, es una de las mejores abogadas y es implacable en la corte, pero desgraciadamente cuando se enoja arde algo más que Troya y es a lo que yo le estaba temiendo a que ella, en un momento de ira, hiciera algo que perjudicara el caso y que eso hiciera que me fuera peor de lo que ya me había ido.

–Axel, debes estar tranquilo – Me dijo mi amiga – Tenemos que empezar a armar tu caso, no podemos dejar nada por fuera, cimentar las bases de tu defensa y asegurar que este caso lo vamos a ganar.

–Claro, Ivanna. Es solo que me da temor que no cumplas tu palabra, sobra decir que yo ya no quiero más problemas. Quiero paz y tranquilidad.

Para que todo lo demás saliera bien, ella se tenía que centrar solo en el caso, no querer vengarse de Cecilia por lo de su abuelo, eso nos va a perjudicar en el juicio.

–Pues no creo que vayas a tener mucha paz que digamos, pero lo vamos a intentar el que salgas lo mejor librado posible de esto.

–Amaia y Cris nos pueden ayudar también, aunque no quisiera que ella se presione más con todo lo que se nos viene encima. La van a llamar a declarar a la corte y no sé, sí, ella esté preparada para ese tipo de presión.

Yo quiero protegerla de todo, Cecilia se va a ir directo a su yugular, los abogados que ha contratado de seguro son muy traicioneros, ellos van a querer sacar su buena tajada, no sé cuánto les habrá ofrecido Cecilia para que la defiendan.

–Amigo, Amaia es hija de Mauricio y toda la vida ha estado rodeada de ese ambiente legal, además mírala – Ivanna veía a Amaia – Estoy segura de que ella, de haber estudiado derecho, hubiera sido una digna sucesora de su padre.

–Sí, tienes razón güera. Supongo que es solo mi instinto protector el que quiere protegerla de todo y de todos.

Y principalmente de Cecilia, ella no va a tener la más mínima conmiseración, si ha sido capaz de amenazar de muerte, en el juicio será aún peor, debemos estar más que preparados, no podemos fallar en nada, debemos ir un paso delante de esa loca mujer.

–Siempre la has querido proteger de todo, ¿Te acuerdas de la primera vez que me contaste de ella?

–Claro que sí, eso no se me va a olvidar nunca.

Inicio de flashback

Ese día que le iba a contar a mi amiga por primera vez de Amaia, había quedado de ir a comer con ella y no pude llegar a tiempo, por lo que tuve que llamarla para decirle que sería cena en lugar de comida. Mauricio, de última hora, me había pedido que pasara por Amaia a una fiesta en la que estaba y que la llevara a casa de Ale.

–Axel, qué bárbaro, tú no tienes nombre – Me reclamó la güera – Pensé que iríamos a comer y más bien, iremos a cenar, te has demorado las horas, eso no me lo hubiera esperado de ti, tú un hombre tan puntual.

Como me hubiera gustado no estar ahora aquí, sino con Amaia, en cualquier otro lugar, esa mujer me trae muy interesado, desde hace ya varios años, todo empezó con una linda amistad, pero yo ahora la veo como la mujer preciosa que es. He llegado a pensar que puedo tener alguna posibilidad con ella cuando esté libre y cuando yo lo esté también.

–No te quejes, güera. Mejor vámonos, no vaya a ser que en lo que llegamos al restaurante, surja otra cosa con la hija de Mauricio y además no te puedes enojar, yo te avisé con mucha anticipación.

Por eso le había llamado para avisarle que en vez de comida sería una cena, no tenía previsto que Mauricio me mandara a buscar a su hija, yo ya estaba listo para irme con ella a comer.

–Eso lo sé, amigo que sí me avisaste y menos mal o si no, ya sabes que te cuelgo de donde pueda colgarte y mejor estaciónate bien, he ordenado de cenar y cenaremos aquí, en mi casa. Claro, si eso no te molesta.

–Sabes que no, a mí casi no me gusta salir. Me parece excelente tu plan.

Pasé a la casa de mi amiga y ella sirvió vino en unas copas, al poco tiempo, llegó la cena y al ser comida china, nos sentamos en unos cojines de la sala, nos pusimos cómodos y empezamos a cenar. Ivanna volteó a verme queriendo saber algo, por algo es mi mejor amiga, ella me conoce mejor que nadie.

–Y bien, cuéntame Axel de la hija de Mauricio – Ivanna empezaba con un sutil interrogatorio – ¿Cómo te va con ella?

El trabajo con la hija de Mauricio va más o menos, no niego que hacemos un excelente equipo, pero ahora estamos pasando por un caso que en verdad se está poniendo un poco difícil y Ale es muy inquieta y quiere que el caso lo resolvamos, aunque en estos momentos no podamos, debemos esperar a que el juez regrese de vacaciones.

–Ale, es ya sabes... Ale – Respondí – Tú la conoces, está un poco alterada porque tenemos un caso atorado en la corte y el juez, está de vacaciones convenientemente.

Alejandra, la hija mayor de Mauricio, tenía su carácter, pero muchas veces me impacientaba, ella quería que las cosas se hicieran como ella quería, pero esta vez tenía que tranquilizarse, no podíamos avanzar si quería imponer algo que no estaba dando resultados.

–Qué mal por Alejandra, pero no me refiero a ella – Mi amiga me guiñó un ojo – Hablo de la otra, de la que va en el Tec, de Amaia por la que has cancelado el comer con tu mejor amiga.

–Amaia, es única – Me metí a pensar en ella – Es tonto ¿Sabes? Ella se ha puesto muy hermosa con el paso de los años, ya no es esa chiquilla que conociste la primera vez que me visitaste en la firma ¿Te acuerdas?

Amaia, estaba creciendo de una manera asombrosa, de niña estaba pasando a ser una mujer muy interesante, me gustaba de una manera tranquila, pero algo me detenía, yo soy un hombre casado y la diferencia de edades es muy grande y no creo que yo le guste, soy demasiado viejo para ella.

–Sí, cuando eras ese pasante tonto de 23 años – Se reía la güera – Cuando eras el que le llevaba los trajes a la tintorería a Mauricio, pero eran otros tiempos, ella tenía entonces ¿6?

–7 en realidad, nos separan 15 años – Dije con pesar – Eso y que no soy libre, pero eso no me impide que ella me guste. No la has visto últimamente, está preciosa.

No podía dejar de admirar lo linda que se había puesto, Amaia, a sus 18 años, ya es toda una mujer, ha crecido delante de mis ojos.

El socio de mi padre Cap 199 en adelanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora