Capítulo 302

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Axel Vega Lazcano

León, Guanajuato, México

Es el colmo con esta mujer y me da incluso pena su caso, ella no entiende y al parecer, jamás podrá entender que no la quiero y que nunca lo haré. Pero es más su necedad que ninguna otra cosa, me molesta demasiado el tener que estar con ella hasta en una llamada telefónica y tenía que ver la forma que ya nos dejara en paz, así que le tendí una trampa.

–Dame pruebas, Alejandra, del contenido que según tú vas a negociar conmigo – Le dije enojado – Somos abogados y no esperaras que te vea, si no me das una prueba que me conviene negociar contigo.

No voy a ser uno más de sus juegos sucios, en cuanto tenga esas pruebas veré qué hago si es que de verdad existen. Este tipo de personas pueden hacer hasta lo inimaginable con tal de sacar algo y ella de mí no va a obtener absolutamente nada, si es lo que quiere, ni a la fuerza los zapatos entran.

–Está bien, Axel. Mira tú correo, te he mandado algo – Dijo enojada – Tengo todo preparado y sabía con lo que tú me ibas a salir a mí. Así que me adelanté. Adelante, revisa el contenido y te espero en la línea.

Ya no sé qué es lo que voy a hacer, ni siquiera el haber hablado con Mauricio había servido, ella se va a valer de lo que sea y yo no sé lo voy a permitir. De preferencia desearía irme con mi preciosa Amaia lejos de aquí cuando acabe todo esto y cuando ella termine todo lo de su carrera.

–Claro, no tardo.

Lo revisé más por coraje que por otra cosa, era increíble como antes pude trabajar más que bien con esta mujer a la que ahora no aguantaba ni oírla hablarme por teléfono. Me dolía mucho la cabeza del estrés que ella me generaba con solo oír lo nefasto de su voz, pero no podía hacer nada más. Revisé ese contenido y me quedé horrorizado, era un video de Amaia con su exnovio haciendo el amor y de inmediato, retomé la llamada.

–No te atrevas a subir esto en ningún lado, Alejandra – La amenacé – Te recuerdo que le puedo decir a tu padre lo que pretendes hacer.

Tenía que volver a insistirle a Mauricio, su hija ya no estaba muy bien de la cabeza y no se podía poner a estar exhibiendo a Amaia con ese vídeo, soy capaz de llevarla a la cárcel por distribución de ese tipo de contenidos en redes sociales.

–Ay Axel, no me trates de amedrentar – Dijo riéndose – No le tengo miedo a nada y menos a ti, ya sé dónde es tu punto débil y si no nos vemos mañana este contenido estará en internet desde hoy a media noche.

Debo tener ese material en mis manos a como dé lugar, si me va a pedir dinero debo asegurarme de que es lo único que existe, no voy a ser su banco personal cada vez que quiera extorsionarme.

–Alejandra no seas insensata, por favor. Yo no puedo verte mañana, podemos vernos hoy mismo y además ¿Quién me garantiza que solo tienes este material? – Le pregunté – No pienso pagarte para que me salgas después con que hay más.

Tenía que haber una garantía para eso, si ella a fin de cuentas lo distribuía, Mauricio me iba a tener que perdonar, pero Alejandra, tendrá que pagar por lo que haga. No le voy a permitir que enlode el nombre de mi amada Amaia.

–Es un riesgo que tendrás que correr, te enviaré un mensaje para decirte donde nos vemos esta noche y tienes que asegurarte de venir tú solo.

–Está bien, mándalo y ahí nos vemos a la hora que digas.

–Así me gustas, Axel que tengas disponibilidad para mí.

Alejandra ya estaba rayando en la estupidez y ahora mismo me sentía muy preocupado. Ella seguramente grabó ese video de Amaia de una forma vil para usarlo cuando le sirviera, ese video tenía ya demasiado tiempo, el mismo tiempo que Amaia no ha estado con su ex, pero esto puede dañar seriamente la reputación de mi mujer. La dejé dormida y me salí del departamento ese día más tarde, en cuanto Alejandra me mandó la dichosa dirección, era en un hotel. Así que llegué allá enojado y ella me esperaba con unas bebidas alcohólicas.

–Axel, qué guapo – Me dijo y me quiso besar – Siéntate, que no muerdo. Bueno, a ti no, ya me has dejado claro que no quieres que te muerda.

–Alejandra, dime ¿Cuánto quieres por el contenido que tienes? – Dije molesto – Anda dame un precio.

Todos siempre llegan a tener un precio y por su silencio estoy dispuesto a pagar lo que me pida, pero ella no se espera el final que va a tener todo este asunto, por eso había venido sin objetar. Alejandra no me conoce y me alegro de que nunca le dejé ver lo que en realidad soy, nunca voy a dejar ver ese lado mío a nadie. Si quieren jugar por ese lado, yo me sé todas las jugadas.

–No lo sé, Axel. Primero quiero una noche, que brindes conmigo y solo quiero que tengamos sexo, por favor. No te puedes negar, ya sé que solo a eso puedo aspirar contigo, nunca me harás el amor.

Alejandra no sabía que yo estaba grabando todo eso, la que iba a caer en mi trampa era ella y además de eso, había citado a Mauricio en ese lugar y él ya no iba a tardar en llegar. A mí, ella no me iba a estar amenazando y si eso pretendía que se fuera olvidando de hacerlo, ella estaba dándoselas de muy inteligente y diciendo tonterías cuando llegó ahí su padre. La sorpresa era mayúscula, pues no se iba a salir con la suya y mucho menos pretender que me acostara con ella.

–Buenas noches, Axel – Dijo Mauricio – Lamento, la tardanza y los problemas que te está causando Alejandra, por eso estoy aquí.

Alejandra nunca se esperó que yo actuara de esta manera, al ver a su padre, el enojo fue muy claro en su rostro, ahora se le estaba cayendo el teatro que montó, según para que me rindiera a sus deseos.

–Papá, lo siento – Dijo Alejandra – No quiero problemas contigo, es solo que Axel me debe esto, por él mi matrimonio se acabó y es lo menos que me merezco.

Está completamente fuera de sus cabales, una mujer con sesos no actúa de esa manera, no se pone a estar culpando a otros de sus fracasos, nada he tenido que ver con que su matrimonio se fuera a la basura, ella con su mal proceder tiene el resultado que merece, no me iba a poner la mano en el corazón con gente como ella.

–Axel no te preocupes, puedes irte – Dijo Mauricio – De mi cuenta corre que Alejandra no hará nada contra Amaia, ni contra ti, a menos que quiera quedarse sin herencia y sin nada.

El socio de mi padre Cap 199 en adelanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora