Capítulo 312

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Amaia Domínguez García

León, Guanajuato, México

Axel y yo pasamos un rato que no supe ni de cuánto tiempo fue caminando en el estacionamiento y era increíble como él siempre tenía razón. Me sentí más tranquila y más confiada y pronto dejé de darle vueltas a todo el asunto del examen, estaba preparada para hacerlo. Axel se dio cuenta cuando me tranquilicé y me llenó de besos y de abrazos y ya que tuve todo en calma, nos fuimos al Tec. Afortunadamente me sentía mucho mejor y al llegar allá, me sorprendí al ver que estaban muchos de mis amigos, incluso los que no iban a presentar su examen ese día, solo para apoyarme y eso me dio muchos ánimos y además de ellos estaba ahí mi mamá, Carmen.

–Hola hija, pensé que por poco y no iba a llegar a tiempo – Ella me abrazó – Lo bueno es que hasta te he ganado en llegar.

Me alegraba al ver a esta mujer que ha sido muy importante en mi vida, a ella siempre la voy a considerar como si fuera mi verdadera mamá. Siempre voy a contar con su preciada presencia, la mejor de todas las madres. La amo demasiado y ella me demuestra ese mismo amor. Me hace ser una hija muy orgullosa de sus consejos.

–Carmen, no sabes la alegría que me da que estés aquí – La abracé – Estoy feliz de ver que sí has podido venir.

Carmen es una mujer muy cariñosa y me ha tomado a su cuidado, me trata como a la hija que nunca tuvo y lo mismo me pasa a mí, la considero la madre que nunca tuve. Es la verdad prefiero estar al lado de Carmen que de la mujer que me dio la vida.

–Claro que iba a venir hija, es el día más importante de tu vida y yo tenía que estar presente, ¿Cómo te sientes?

No le iba a mentir a mi mamá, estoy todavía un poco nerviosa pero ya con un poco más de confianza. Esa caminata me ha ayudado mucho, le agradezco a Axel el que haya tenido esa grandiosa idea. Si logró calmar un poco mi ansiedad.

–Muy nerviosa si te soy sincera, pero sé que todo estará bien. Espero que no me toque muy difícil el examen.

–Eso no pasará, eres muy inteligente hija y aquí estaré afuera para poder festejar cuando salgas y digas que todo salió bien.

–Gracias, mamá. Nos vemos a la salida.

Me despedí de Carmen y después me abracé con mis amigos más cercanos con los que no iban a presentar el examen. Todos estaban deseándome a mí y a los amigos que sí presentarían el examen conmigo mucha suerte y ya que me despedí de ellos, me separé un poco de todos para tener un momento a solas y en privado con mi adorado Axel, antes de entrar a hacer el examen.

–Amaia, cariño todo está en tu mente prodigiosa – Me dijo él – Te amo, mi reina. Hoy todo va a salir muy bien y sólo te pido que confíes en ti y en tus conocimientos.

–Gracias, mi amor. Espero que los nervios no me vayan a traicionar, mi rey. Porque me da miedo estar ahí dentro y regarla.

Ya en la recta final era que me estaba acobardando, pero tenía a todos mis amigos y seres queridos apoyándome en este momento tan difícil de mi vida. Pero les voy a demostrar que no les voy a fallar, porque me estaría fallando a mí misma.

–No, eso no pasará – Axel me dio un muy buen beso – Te amo, mi reina. Aquí estaré esperándola, ingeniera.

–Gracias, amor. Todavía no, lo soy, pero gracias.

Axel y yo nos despedimos con una sesión de unos muy buenos besos y después, me metí con mis amigos y compañeros con los que íbamos a hacer el examen ese día. Empezaron todos uno a uno a exponer sus tesis y después vino mi turno, me levanté muy segura de mi asiento y los sinodales empezaron a hacerme demasiadas preguntas de todo lo que vi en mi paso por la carrera. Aunque al principio me sentía un poco insegura, después eso desapareció y respondí a todas y a cada una de las preguntas que me hacían y finalmente cuando todo acabó, nos dijeron quienes sí habíamos aprobado y quiénes no.

–Felicidades, Amaia – Dijo uno de mis mejores amigos – Nosotros la libramos, pero tú te has lúcido, te has graduado con mención honorífica.

Estaba teniendo terminado uno de los sueños y que mejor manera que una calificación excelente. Aunque en un comienzo pensé que iba a regarla, he salido muy bien librada del examen. Me alegra que mis amigos, Carmen y mi Axel, permanecieron siempre a mi lado.

–Muchas gracias, Luis Miguel – Respondí emocionada – Apenas si me la creo, estaba que mis nervios no me dejaban hacer nada. Estaba muy preocupada.

Pero ya después me pude sobreponer y aquí estoy con una muy buena nota. Es lo que se espera al final de toda esta lucha por tener el título en la mano. Yo no iba por menos, y en el examen les demostré que sigo siendo la mejor alumna de todo el Tec. Me siento orgullosa de mí.

–No tienes nada de lo que debas preocuparte ya, todos hemos pasado y debemos salir a dar la buena noticia.

Afuera nos estaban esperando las personas que habían puesto toda su confianza en nosotros y estábamos cumpliendo con nuestra parte. Por lo que esto es para dar la noticia en grande. Habíamos pasado el examen y ya teníamos nuestros títulos en las manos.

–Sí, vayamos.

Salí del examen llena de felicidad y llorando, pero de emoción abracé a Carmen y a mis amigos y junto con mi amigo Luis Miguel celebramos que nos habíamos recibido. La güera y Cris ya habían llegado y estaban ahí con Axel, esperándome y al verme me abrazaron y me felicitaron, ellos tenían mucha fe en mí y lo mejor fue al último cuando mi hombre perfecto me abrazó y me entregó un ramo de mis flores amarillas y un peluche gigante.

–Cariño, muchas felicidades – Dijo mi Axel – No sé qué más decirte, además que estoy orgulloso de ti. Ahora sí, felicidades ingeniera, la amo.

Estaba esperando esas palabras de mi hombre hermoso, siempre me sorprendía con sus sorpresas, sabía lo que me gustaba y lo tenía a la mano, las flores amarillas sabe que son mis favoritas. Mis girasoles adorados que siempre han estado presentes en los momentos más memorables y en todas las ocasiones muy especiales.

–Gracias, licenciado. Yo también lo amo y mucho.

Amo a este hombre, me hace la vida muy feliz, no voy a dejarlo nunca, ni que nadie se interponga en nuestro camino. Lo amo a pesar de todas las cosas que hemos pasado. Nada podrá contra nosotros, juntos somos invencibles, ni siquiera la loca de Cecilia nos puede separar, ya que había sido su intención no lo va a lograr.

El socio de mi padre Cap 199 en adelanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora