Axel Vega Lazcano
Mexicali, Baja California, México
Lo que dijo mi hermosa Amaia, me aceleró como nunca los latidos del corazón. Era hora ciertamente de reencontrarnos como la enamorada pareja que éramos y que nunca íbamos a dejar de ser, lo supe desde el momento en que hice mía a Amaia por primera vez. Había algo en su piel, en ella y en todo lo que teníamos juntos, que me tenía retenido, enamorado y cautivo y que no me dejaba ir de su lado y nunca dejaría que lo hiciera. Amaia se sentó en mis piernas como siempre hacía y empecé a besarla como siempre, con amor, con ternura, con deseo y con pasión y más que nada con todas las ganas reprimidas, pues desde el día que llegué a Mexicali, no la había podido hacer mía. Ella necesitaba espacio y necesitaba pensar las cosas y yo, le di ese tiempo hasta que ahora ha sido ella la que ha sugerido que nos reencontremos y yo, por supuesto, no me voy a resistir.
–Mi rey, ¿Te podrás resistir a mis encantos? – Preguntó ella dulcemente, rompiendo ese momento del beso – Espero que no, porque no quiero que lo hagas.
Por supuesto que no me iba a resistir, si eso era lo que había estado pidiendo a gritos, estar de nuevo en sus brazos, hacernos el amor como nunca lo habíamos hecho, estaba seguro de que no se iba a arrepentir de haberme dado el sí.
–Ni yo lo quiero hacer, preciosa. Nunca me pude resistir a ti – Le confesé – Desde el momento en que me dijiste que tú solo querías hacerme feliz.
Había sido el hombre más feliz de la tierra y quiero seguir siendo el más afortunado, con ella he encontrado la felicidad que no sabía que estaba buscando, y que encontré en los brazos de esta hermosa mujer. Ella me ha hecho feliz siempre.
–Porque eso ha sido lo que siempre he querido – Admitió – Espero haberlo logrado y si no lo he hecho del todo, espero, al menos, haberme acercado mucho al ideal que tú tenías de felicidad.
Estoy enamorado de mi mujer y eso me hace muy feliz, no quiero volver a separarme de ella nunca más, Amaia es lo que siempre soñé sin saberlo, y sé que sin ella no soy nada. Todo el tiempo que estuvimos separados me hizo mucha falta, no estuve completo sin ella.
–El ideal que yo tenía de la felicidad, atrás ha quedado desde que me enamoré de ti Amaia. Eso ha sido, para mí, la más absoluta y plena felicidad. Por eso aquí me tienes, porque me di cuenta de lo que supe desde siempre, que solo contigo puedo ser feliz y no me importa que pase lo que tenga que pasar, sé que siempre buscaremos el modo de estar juntos.
Somos el complemento, el uno del otro, sé que nuestro destino ya está escrito y no nos vamos a separar, y si eso llega a pasar de nuevo, buscaremos la forma de volver a encontrarnos. Nada ni nadie nos va a poder separar.
–Claro que lo buscaremos, mi rey. Yo te amo, por ti es que soy lo que soy y por ti es que me he atrevido a llegar yo sola hasta Mexicali, algo que no hubiera hecho sin ti, sin tus enseñanzas y sin tu amor.
Ella siempre ha tenido la capacidad de sobrevivir a todas las adversidades que se han presentado, es la mujer más fuerte que he tenido la dicha de conocer. Yo solo le he dado ese empujoncito que necesitaba para que supiera que es una guerrera, que nada va a poder hacerla menos.
–Yo solamente te ayudé a que abrieras los ojos y a que tú misma descubrieras de lo que eres capaz, cariño.
Amaia ya no me dejó hablar, ella me besó con dulzura, con mucha ternura y más que nada con mucho amor y yo me dejé llevar por esos besos de mi hermosa mujer que me llevaban con destino al paraíso y con los que tocaba el cielo cada vez que estábamos juntos, después de consentirnos un rato besándonos como si no hubiera un después, levanté a Amaia en brazos y entramos a la recámara del departamento que compartíamos juntos y en la que en ese momento haríamos el amor, por primera vez después de lo que parecía una eternidad sin hacerlo, porque eso en cierta forma, lo fue.
–Axel, mi amor ya no puedo más – Sus ojos brillaban de deseo – Hazme tuya, que ya no puedo esperar.
En las mismas condiciones me encuentro yo, ha pasado tanto tiempo, que siento que ya no puedo respirar si no la hago mía y si ella no me hace suyo. Nos pertenecemos mutuamente y cada uno sabe lo que necesitamos. La deseo con todas las fuerzas de mi alma, Amaia es la mujer de mi vida y quiero que nunca lo olvide.
–Ni yo tampoco, cariño. Claro que lo haré, haré lo que tú me pidas que haga, sabes que mi amor y todo mi ser te pertenecen.
Soy todo suyo y ella no lo debe dudar ni por un momento, quiero que sepa que estoy aquí por ella, por mí, por nosotros, para que lo nuestro sea lo más hermoso posible.
–Te amo, Axel. Gracias por luchar por mí, por nosotros.
Siempre voy a luchar por esto, que es lo más bello que me ha tocado vivir y que me alegro mucho que ha sido a su lado. Con ella he aprendido muchas cosas, soy un hombre diferente desde que nos hemos dado esta oportunidad y desde luego que yo también quiero hacerla feliz todos los días de nuestra existencia.
–Nunca dejaré de hacerlo, te amo Amaia.
No la dejé decir más y la fui despojando de sus prendas entre beso y beso hasta que su ropa y la mía convivieron en el piso de la habitación y yo me centré en ella y en hacerla feliz, tanto como ella me ha hecho serlo a mí. Me posicioné encima de ella y la besé con ternura para después separar sus piernas con amor y ella las colocó alrededor de mi cintura, para así darme acceso y me introduje poco a poco en ella, sintiéndome tan loco como en nuestra vez primera.
Me moví al compás de nuestros cuerpos, como conociéndonos de nuevo, explorándonos en una montaña de nuevos sentimientos unidos a los que ya sentíamos el uno del otro. Nos miramos fijamente y volvimos a conectar nuestras almas.
Ella me fue regalando uno a uno sus orgasmos y yo, me preparé para en el último llegar con ella al cielo y volar juntos hasta tocar el firmamento como siempre que estábamos juntos. Claro que ahora, era diferente, pero no por eso dejó de ser una entrega celestial, era una promesa, una reconciliación, un sueño de seguir juntos para siempre y estaba seguro de que lo íbamos a conseguir. Nos amamos y contra eso no existe nada, ni nadie, nuestro amor es mucho más fuerte.
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El socio de mi padre Cap 199 en adelante
Romancecontinuación del socio de mi padre a partir del capitulo 199 hasta llegar al fin