Capítulo 235

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Amaia Domínguez García

León, Guanajuato, México

Las cosas cada vez se ponían peores, me dolía mucho haberme peleado con mi hermana por esto de lo mío con Axel y muy a mi pesar, tenía que reconocer que Ale estaba fuera de sus casillas y fuera de todo razonamiento lógico posible. Ella no tenía por qué ponerse así, en especial cuando Axel nunca le había dado esperanzas, pero nunca entendería del todo el actuar de mi hermana.

Axel y yo, apenas llegamos a nuestro departamento y sentí como un mareo muy fuerte, por poco hace que me cayera al piso. No entendía que era lo que me estaba pasando, pensé que me iba a desmayar.

–Amaia, ¿Qué tienes, cariño? – Axel se preocupó – Vamos a la recámara para que te acuestes.

–Sí, mi rey. Me sentí de pronto demasiado mareada, yo creo que es por todo lo que está pasando.

Tantos pleitos y tantas cosas que estaban pasando que me tenían demasiado estresada, así no se podía vivir con tranquilidad. Aunque ahora nos podíamos mostrar sin ocultarnos de nadie, las cosas se habían puesto muy tensas con mi hermana.

–Sí, preciosa debe ser eso. Vamos a descansar un rato, esto no va a poder con nosotros, yo no dejaré que esto nos destruya o nos desanime. Nosotros somos más fuertes que esto, más fuertes que todo lo que pase.

–Tienes razón, mi amor.

Axel me llevó en brazos a nuestra recámara y me recostó en la cama. Él se iba a levantar por algo, pero no lo dejé. Necesitaba abrazarlo, sentirlo y relajarme por completo en la paz de los brazos del hombre al que amo y es lo que iba a hacer, estar en brazos del hombre de mi vida, algo que ahora ya podíamos hacer con toda libertad, era lo único bueno de este asunto, de que se hubiera sabido todo lo nuestro.

–Me acostaré contigo, cariño – Axel se quitó el saco y se metió conmigo a la cama – Estás helada, preciosa. Te pasaré calor, necesito que estés bien. No quiero que te vayas a enfermar.

Ahora no me podía enfermar, estábamos pasando por una situación muy difícil. No podíamos ir con mi padre y con nadie más porque el dinero ya no lo teníamos, no dejaría que pidiera prestado para que me atendieran.

–No me puedo dar el lujo de enfermarme, amor – Dije muy triste – No tenemos dinero y no quiero que te preocupes por mí, si llego a enfermar es mejor que me dejes que fallezca.

Yo era la que lo había puesto en esta situación, bien podía irse y dejarme con mis problemas, que no se preocupara si caía enferma, y me moría en el proceso, ahora seré un lastre para él.

–No preciosa, ¿Cómo crees que yo haré eso? – Axel me envolvió por completo en sus brazos – Te amo, nada de dejarte morir. Te necesito más viva que nunca, necesitaré mucho de ti y de tu ayuda para que salgamos de esta prueba tan difícil en la que nos ha puesto la vida.

Era la verdad, Axel me iba a necesitar demasiado en todo esto que se nos venía encima, en especial a él. Cecilia no se iba a quedar en paz, hasta dejar al hombre al que amo en la calle y me dolía saber que era por mi culpa que esa mujer destruiría todo lo que Axel, tardó varios años en construir. Axel me infundía calma estando recostados en la cama, pero con todo y eso mis temores se manifestaron,

–Axel, yo te ayudo en lo que tú quieras, mi amor – Le dije a mi rey – Yo quiero que te recuperes lo antes posible de todo lo que pasará. Cecilia no se detendrá hasta quitarte todo.

Eso ya lo sabemos, esa mujer no descasará hasta no verlo en la total ruina, ella también es abogada y se valdrá de sucias tretas con otros abogados para sacarle hasta el último centavo como bien lo ha dicho ella, su venganza será esa, y lo ha gritado a los cuatro vientos.

–Que lo haga, ella podrá quitarme todo y sé que nada la detendrá de hacerlo, pero ahora más que nunca sé, que tu mente prodigiosa y tu memoria eidética nos van a servir de mucho.

Desde luego que eso nos va a ayudar de mucho, mi memoria es lo que me ha salvado de muchos problemas, tanto en la vida cotidiana como en la académica y la he puesto en práctica durante toda mi vida, por eso me han dicho que soy una sabelotodo

–Cuentas conmigo para todo y no lo creas, que desde que supe la que se nos venía encima yo, empecé a sacar nombres de clientes tuyos de antes y todos ya los tengo localizados por nombre, apellido y teléfono.

Yo siempre tengo que ir un paso adelante de las adversidades, por lo que ya tengo una agenda con todos los clientes de Axel, él no se iba a ir con las manos vacías y por eso me tomé el derecho de hacer la agenda para protegerlo.

–Amaia, por eso te amo, cariño. Eres además de preciosa, muy inteligente y sé que te basta con haber visto a mis clientes una sola vez, como para que recuerdes todo lo referente a ellos.

Mi deber es permanecer a su lado y ayudarlo en todo lo que pueda, si por mi culpa él iba a perder todo lo que había logrado hasta el momento, de la misma forma lo iba a recuperar porque yo no me iba a quedar con los brazos cruzados de ver como esa mujer lo dejaba sin nada.

–Sí, mi amor. Claro que lo recuerdo y verás que eso nos va a servir para levantar tu carrera, cuando ella haga lo que amenaza con hacer.

De algo me tenía que servir el ser una chica genio y claro que lo iba a aprovechar para ayudar en todo lo que fuera necesario al hombre al que amo, no dejaría que Axel sufriera por nada, si yo podía evitarlo. Él es todo para mí y se lo demostraré en cada momento de mi vida, así se me queme el cerebro con tanta información que tengo ahí, de todos sus clientes, de los casos que ha llevado desde que él y yo éramos amigos.

–Te amo, Amaia. Nunca me voy a cansar de decírtelo y no me arrepiento de nada de lo que nos ha traído aquí – Dijo mi Axel – Al contrario, me siento feliz de todo lo que hemos recorrido juntos.

Yo lo voy a apoyar toda la vida, lo amo demasiado como para dejarlo ahora en este tremendo problema, mi hermana Ale, se equivocaba rotundamente, yo a Axel lo amo por sobre todas las cosas y mi apoyo lo va a tener durante toda la vida, por eso tengo que aprovechar mi memoria para sacarlo adelante.

–Yo también, me siento feliz y hoy me sentí muy afortunada por entrar tomada de la mano contigo a la firma, a pesar de lo que pasó con Ale.

El socio de mi padre Cap 199 en adelanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora