Betty tragó saliva, nerviosa. —Me... Me llaman Betty pero... ¿Ahora a dónde me llevarán?— Preguntó con miedo.
—Supongo que a casa— Contestó Sweet pea.
—Cuando Jughead salga de ahí nos iremos a su casa, pero está tardando mucho— Se quejó Toni.
—Ya lo conoces— Le recordó Cheryl a la morena, mirándola. —Debe estar cogiendo como un loco ahí adentro—
—¡Cheryl!— La regañó Fangs, mirándola mal. —Hay menores de edad aquí—
—Cierto... Perdóname linda Betty, no soy así— Se disculpó la pelirroja, mirando a la menor con un puchero.
Pero Cheryl no se equivocaba; Jughead estaba en una habitación del bar, con una de las nueve mujeres en cuatro en la cama mientras él le daba y la penetraba con rabia, ira. Le estaba dando tan duro que la cama temblaba y la mujer gemía y gemía tan fuerte que parecían gritos.
Aún con rabia, él dió sus últimas embestidas en el interior de la mujer hasta que se liberó en el condón que usó con ella. Entonces salió de ella, se deshizo del condón y se vistió como si nada para salir de ahí como si nada hubiese pasado.
Para él las mujeres solo eran para eso: Para usarlas hasta aburrirse o conseguir algo mejor.
Entonces salió por fin de aquel bar y entró a la limosina que lo esperaba frente al edificio con sus amigos y con Betty dentro.
—Hasta que llegas, vago— Admitió Cheryl, viendo al ojiazul entras a la limosina y sentarse junto a Fangs.
—Cállate, ya nos vamos— Contestó Jughead, soltando un suspiro.
—Oye, no le hables así a mi novia— Exigió Toni, mirándolo mal.
—Ella empezó. Ahora hagan silencio— Exigió Jughead.
—Y aquí vamos de nuevo— Murmuró Fangs, rodando los ojos.
En el camino a la "casa" de Jughead, hubo charlas entre sus amigos, pero aunque Jughead los escuchaba solo podía mirarla a ella.
Solo podía mirar a esa adolescente de dieciséis años y se preguntaba cómo esa niña pudo haber llegado ahí. Betty podía sentir la mirada del ojiazul sobre ella y ella solo jugaba con sus dedos para evitar mirarlo.
Su mirada intimidaba, el miraba con intensidad, con frialdad. Miraba a sus víctimas fijamente a los ojos y solo daba miedo.
Llegaron a un terreno que a Betty la maravilló mucho aunque estaba demasiado asustada, nunca había visto tanto lujo en su vida; Jardines grandes, hermosos y repletos de flores de todo tipo y colores, una fuente en medio del enorme jardín y una mansión tan grande y amplia que parecía un castillo.
Al llegar, todos bajaron de la limosina, Betty bajó con ayuda de Sweet pea, porque temblaba tanto que apenas se podía mover.
Entonces Jughead se acercó a Cheryl y Toni. —Lleven a la chiquilla esa a la habitación número seis de huéspedes. Esa habitación está preparada y hay ropa que le queda muy grande a mi hermana, esa la puede usar ella, está en el closet de esa misma habitación—
—Entendemos pero... ¿Qué harás con ella?— Le preguntó Cheryl, preocupada.
—Es solo una adolescente— Le recordó Toni.
Jughead rodó los ojos. —Lo sé, pero después averiguo qué hago con esa mocosa. Por lo tanto no puede salir de aquí, es menor de edad. Ustedes hagan lo que les dije y ya—
—Agh... Amargado imbécil— Contestó Cheryl, rodando los ojos y retirándose. —¡Vamos Tt!—
—Hueles a alcohol, ve a bañarte— Le pidió Toni al ojiazul para entonces seguir a su novia.
Jughead rodó los ojos y sacó un cigarro y un encendedor de su bolsillo para entonces irse a fumar un poco.
Cheryl y Toni se acercaron a Fangs y Betty antes de que entraran a la mansión y los detuvieron.
—Linda, tu vendrás con nosotras— Le dijo Cheryl a Betty, tomando su mano.
—Gracias Fangs, ahora nosotras nos encargamos— Dijo Toni con una sonrisa, rodeando a Betty con su brazo.
Las dos chicas guiaron a Betty al interior de la mansión y era enorme y lujosa, con una enorme cocina, sala y antesala, balcón y unas grandes escaleras que llevaban al segundo piso.
—Toni y yo te vamos a guiar a la habitación en la que vas a estar, querida— Avisó Cheryl mientras subía con ella las escaleras.
—Y en el closet hay ropa que puedes usar. Está todo preparado— Aseguró Toni, deteniéndose frente a la puerta de una habitación y abriéndola. —¿Te gusta?—
Betty se asomó al interior de la habitación y estaba pintada de blanco solamente, con un espejo, una mesita de noche con una pequeña lámpara, una cama grande con tres almohadas, muy bien organizada y una puerta que era la entrada al baño. El closet era grande y tenía espejos en frente y al lado había un estante con algunos libros.
—Se quedó sin palabras, asumo que le gustó— Opinó Cheryl, emocionada.
—Te daremos tu espacio para que te pongas cómoda. Creo que todos pasaremos la noche aquí. Así que si necesitas algo puedes hablar con nosotras— Aseguró Toni con una sonrisa.
Betty asintió, mostrando la mejor sonrisa que podía mostrar en aquel momento y entonces Cheryl y Toni se retiraron, cerrando la puerta con cuidado.
Al bajar, Jughead estaba entrando a la mansión después de haberse fumado un cigarro y se encontró con esas dos.
—Hicimos lo que nos pediste— Anunció Cheryl.
—Parece que le gusta la habitación pero... ¿No crees que tenga hambre?— Preguntó Toni.
—De hecho, todos tenemos Toni— Aseguró Cheryl.
Jughead rodó los ojos. —Como sea... Le pediré a mis chefs que hagan algo de cenar para todos y quiero que ustedes le lleven comida a la chiquilla. Mañana, cuando esté más sobrio pensaré que hacer con ella—
—Si... Apestas a alcohol, Jones— Admitió Toni, divertida.
—Cállate Toni— Exigió Jughead, mirándola mal. —No estoy de humor—
—Nunca lo estás— Aseguró Cheryl.
En un rato estuvo la cena, pero antes Cheryl y Toni subieron a la habitación en la que estaba Betty.
Subieron para pasarle la cena, pero la menor ya estaba totalmente dormida sobre la cama con una pijama de gatitos.
—Se durmió, se ve cansada— Admitió la morena con la bandeja de la cena en mano.
Cheryl suspiró, viendo a la rubia dormir. —Espero que al menos ésta vez Jug haga lo correcto —
¿Y que sería lo correcto en ésta situación?Samy ❤️
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PROHIBITED
FanfictionJughead Jones, un millonario frío, orgulloso y sin sentimientos que un día podría correr peligro... De enamorarse y enfrentar un romance prohibido.