Al día siguiente, Betty dormía tranquilamente en su cama después de que la noche anterior Jughead le gritara.
Pero ella sentía que era su culpa por apresurarse a hacer cosas sin su consentimiento.
Todos esos pensamientos se desvanecieron cuando ella se quedó dormida la noche anterior y más aún después de la sorpresa que le planearon.
—¡Despierta pequeña dormilona!— Exclamó Cheryl, entrando a la habitación de la rubia con un globo del número diecisiete.
Betty se sentó sobre la cama lentamente, bostezando hasta que vió a Cheryl. —Cheryl... ¿Qué pasa?—
—¡Éstas son las mañanitas que cantaba el rey David, a las muchachas bonitas te la cantamos a ti!— Cantó Fangs, entrando a la habitación de la ojiverde con Sweet pea y Reggie tras el, todos con globos rosas en mano.
—¡Despierta Betty despierta, mira que ya amaneció!— Cantó Toni, entrando a la habitación con una sonrisa. —¡Ya los pajaritos cantan, la luna ya se metió!—
—¡Feliz cumpleaños Betty!— Exclamaron todos los presentes al unísono.
En eso Jughead fué el último en entrar a la habitación, pero lo hizo con un pequeño pastel de glaseado rosa y blanco, el número diecisiete de colores múltiples encima y dos pequeñas velas.
—Feliz cumpleaños mocosa— Dijo Jughead, acercándose y dejando el pequeño pastel en las manos de la adolescente.
Betty sonrió, mirando a su alrededor con una sonrisa. —Wow chicos... No lo puedo creer, esto fue hermoso. Gracias—
—No fue nada pastelito— Contestó Cheryl con una sonrisa, rodeando a Toni con su brazo.
—Te mereces todo esto y mucho más— Aseguró Fangs.
—Aquí tienes— Habló Jughead, tendiéndole a la rubia su tarjeta de crédito. —Vas a ir de compras con Verónica, te comprarás todo lo que quieras, pero antes desayuna algo porque no quiero que te pase nada por salir con el estómago vacío—
Betty sonrió, dejó el pastel a un lado y lo abrazó. —Gracias—
—No hay de qué— Respondió el ojiazul, separándose y mirándola. —Oye... Recuerda que tú y Verónica estarán vigiladas todo el tiempo—
—Si, ella ya entendió— Aseguró Cheryl, rodando los ojos. —Ahora vámonos todos, ésta niña se va de compras—
Todos dejaron la habitación y ahí la ojiverde aprovechó para prepararse y salir de la mansión con su mejor amiga Verónica y luego se sumó Kevin.
Entonces los demás aprovecharían para preparar la fiesta sorpresa de Betty.
Betty, junto a Verónica y Kevin se habían pasado todo el día de compras, tal y como lo había ordenado Jughead.
Habían pasado tienda por tienda, comprando todo lo que veían y les quedaba lindo, pero ya el hambre empezaba a sentirse.
Y Betty y Verónica se dieron cuenta porque Kevin ya se estaba quejando mientras esperaba a Betty junto a la morocha, ambos sentados frente a un vestidor.
—Vámonos al Pop's, tengo hambre— Se quejó Kevin.
—Shh... Hasta que la cumpleañera no lo diga, nadie se va— Exigió Verónica, mirándolo, seria.
—Estoy lista— Avisó Betty, saliendo del vestidor.
Kevin y Verónica la miraron y no pudieron creer lo que veían; La rubia salió con un hermoso vestido rosa pastel que le quedaba por encima de las rodillas y sin tirantes, de una tela de seda que hasta brillaba.
Kevin se puso de pie y se acercó a Betty. —No es eso. Es que te ves hermosísima—
—Estás preciosa B— Aseguró Verónica con una sonrisa.
—Si, ahora ya vamos a comer— Suplicó Kevin.
Betty soltó una risa. —Yo también tengo algo de hambre. ¿Vamos al Pop's?—
Los tres fueron al Pop's a comer hamburguesas, papas fritas y malteada y en un rato se irían a casa, en dónde Jughead estaba preparando algo especial y ella no sabía.
En la mansión, todo era un caos; Jughead estaba como loco dando órdenes para que la fiesta de cumpleaños de Betty fuera un éxito y cada vez faltaba menos para que la rubia llegara.
—¡Más globos color rosa, a ella le gusta el maldito color rosa!— Les gritó Jughead a Fangs y Sweet pea mientras colgaban más globos.
—Sabemos que le gusta el rosa Jughead, cálmate— Pidió Fangs, divertido, terminando de colgar los globos.
—Todo tiene que quedar perfecto, ya falta muy poco para que Betty regrese con sus amigos— Advirtió Jughead.
—Faltan pocas cosas, todo estará listo a tiempo— Aseguró Cheryl.
Tal y como dijo la pelirroja, terminaron los últimos detalles de la decoración de la fiesta de cumpleaños de Betty; Globos rosas por dónde quiera, un pastel enorme, los bocadillos, bebidas, el número diecisiete en romano en un pequeño escenario y globos que formaban el nombre de la ojiverde colgados, de color dorado.
Y todos ya estaban listos para la llegada de Betty, cuando Sweet pea la viera a través de su celular y avisara.
—¡Ahí viene!— Gritó Sweet pea, corriendo hacia los demás.
—¡Formense como les enseñé!— Exigió Cheryl.
Todos se agruparon para prepararse y gritarle feliz cumpleaños a Betty hasta que escucharon la puerta principal de la mansión abrirse y las voces de los chicos.
—Parece que no hay nadie— Admitió Betty, entrando a la casa.
—Pero... ¿A dónde se habrán ido todos?— Preguntó Verónica, caminando al lado de la rubia.
—¿Durmiendo?— Preguntó Kevin, divertido.
Pero cuando los tres llegaron a la sala principal, se encontraron con la sorpresa.
—¡Sorpresa!— Exclamaron todos los demás al unísono.
Betty dió un pequeño salto del susto y se maravilló cuando vió a Jughead, Cheryl, Toni, Fangs, Sweet pea, Reggie y hasta a Archie ahí reunidos en medio de todos esa maravillosa decoración.
En eso Jughead se acercó a Betty mientras ésta seguía en shock y tomó su mano. —Permítame llevarla por la alfombra roja señorita—
Betty sonrió y Jughead la guió tomada de manos por la alfombra roja en medio de toda la decoración, en dónde todos y cada uno la abrazaban y le felicitaban.
—No se que decir, gracias por todo esto— Dijo Betty, con los ojos cristalizados. —Pero no tengo puesto lo más adecuado para la fiesta—
—No importa, pero si quieres sube a ponerte lo que quieras para tu fiesta— Sugirió Jughead. —Te lo mereces pequeña—
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