En el apartamento de Betty, la mencionada estaba acompañada de Verónica, Kevin y Archie mientras se revolcaba del dolor en el sofá y se quejaba mientras Verónica la abrazaba.
—B... Vinimos desde que nos dijiste que te sentías mal, pero estoy empezando a creer que no es emocionalmente— Opinó Verónica, abrazando a la rubia.
—Sí me siento mal emocionalmente, es solo que creo que ya voy a tener mi período, me duele mucho— Admitió Betty, haciéndose bolita en el sofá.
—¿Estás segura que es solo eso?— Preguntó Kevin, preocupado. —Te ves muy mal. ¿No quieres que te llevemos al hospital?—
—Kevin cálmate, y eso que no has visto como se pone Verónica con los cólicos— Aseguró Archie, mirando entonces a Betty. —¿Qué fue lo que pasó?—
—Tuve una cita y fue un asco. Entonces Jughead estaba afuera del edificio esperándome y después me siguió hasta la maldita cafetería— Se quejó la ojiverde.
—¿Jughead? Valla... Ese chico sí es insistente— Admitió Kevin.
—Betty... ¿Por qué no hablas con el?— Le preguntó Archie. —Si después de un mes sigue queriendo arreglar las cosas es porque te quiere—
—Archie tiene razón— Lo apoyó Verónica, tomando la mano de Betty. —Betty... Di algo. Betty...
Betty se agarró el abdomen con fuerza, gritando del dolor. —Me duele V... Me duele muchísimo...— Murmuró.
—Esto no es normal, tenemos que hacer algo— Exigió Kevin, poniéndose de pie.
—Vamos al hospital ya— Sentenció Archie.
Verónica asintió, acariciando el cabello de la rubia que se revolcaba del dolor. —B... ¿Qué pasa? ¿Qué más te duele?—
La ojiverde no respondió con nada más que con un grito de dolor desgarrador, estaba sufriendo y eso ya no era normal, por lo que sus amigos se encargaron de llevarla con urgencia al hospital.
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Jughead estaba en la mansión y estaba perdiendo el control; Estaba en su oficina y estaba destruyendo lo primero que encontraba. Había roto un jarrón, el cojín de uno de los sofás y tomó una libreta de apuntes vacía, arrancando las páginas una por una, furioso.
Cheryl se acercó y entró a la oficina, rodando los ojos. —Jughead ya basta. ¿Ahora que te pasa?—
—¿¡Por qué!?— Gritó Jughead, tomando otro cojín para despedazarlo. —¿¡Por qué no quiere ni verme y sale con el!?—
Cheryl suspiró. —¿Ahora qué pasó? ¿Fuiste a acosar a Betty al trabajo otra vez? Ya te dije que esa no es la manera—
—¿¡Cuál es la maldita manera entonces!? ¡Ella no quiere verme, no quiere hablar conmigo y no se que más hacer!— Exclamó Jughead, soltando un grito de ira.
—¡Jughead basta!— Exigió Cheryl, tomando su rostro entre sus manos. —Basta. Te estás comportando como un animal inmaduro otra vez—
Jughead suspiró y abrazó a la pelirroja, arrepentido. —Lo siento. No sé qué más hacer, no tengo ningún rumbo sin ella Cheryl—
Cheryl le siguió el abrazo y luego se separó. —Lo se, se que duele no estar con quién amas, pero creo que debes darle un poco más de tiempo—
Jughead hizo un silencio y luego dejó un beso en la frente de la pelirroja. —Ya vuelvo, tengo que ver a Betty, tengo un mal presentimiento—
Cheryl lo miró con confusión mientras este salía de la oficina y desaparecía por el pasillo. —Jug... Jughead... ¡Jughead vuelve aquí!—
El ojiazul no hizo caso, estaba tan decidido que no escuchó a Cheryl para nada y simplemente subió a su auto y condujo hasta el apartamento de Betty.
Tenía una presión extraña en el pecho y necesitaba verla con urgencia para comprobar si estaba bien.
Al llegar a la puerta del apartamento de Betty, tocó la puerta y no obtuvo ninguna respuesta. —Betts... Betty abreme, sé que estás ahí—
—Buenas tardes joven— Lo saludó una señora, acercándose.
Jughead la miró. —Buenas tardes. Disculpe... ¿De casualidad no sabe si Betty está en casa?—
—¿Elizabeth? A Elizabeth se la llevaron sus amigos al hospital de urgencia, está muy mal— Aseguró la mayor.
Jughead sintió un peso y un miedo enorme caer sobre el. —¿Que? Pero... ¿Está hablando de mí Elizabeth? ¿Mi Betty?—
—Ella misma, al parecer sí está realmente mal— Opinó la señora.
Jughead asintió. —Está bien, gracias por informarme, pase feliz resto de la tarde— Le deseó, largándose a correr.
Con el corazón a mil por hora, Jughead regresó como una bala a su auto y condujo rápidamente hasta el hospital, sintiendo un miedo tan intenso que nunca sintió jamás con la simple idea de que algo muy malo podría estar pasándole a Betty.
Al llegar, bajó del auto, corrió a la recepción y cuando preguntó le dieron la dirección de la habitación en la que estaba Betty y ahí estaban sus amigos, esperando.
—Miren quien llegó— Habló Kevin, enojado.
—¿Qué haces aquí?— Le preguntó Verónica.
Jughead tomó aire, nervioso. —Fui al apartamento de Betty y me dijeron que ustedes la habían traído de urgencia al hospital. ¿Qué le pasó?—
—Es que nosotros no sabemos— Contestó Archie. —Estamos esperando aquí desde hace como dos horas—
Jughead se pasó una mano sobre el cabello, frustrado. —Voy a esperar aquí el tiempo necesario y no me iré hasta saber qué tiene—
¿Que pasaba dentro de esa habitación? Betty abrió lentamente los ojos, sintiendo molestia por la luz de la habitación y se sintió mareada de inmediato, confundida y aturdida.
—Que bueno que despiertas Elizabeth— Admitió la doctora morena de afro, acercándose.
Betty la miró, confundida. —Hola. Estoy en el hospital... ¿Verdad?—
—Así es— Afirmó la doctora. —No se por donde empezar con usted. Según sus análisis de sangre su nivel de glóbulos rojos es muy bajo, no ha estado consumiendo los nutrientes que su cuerpo necesita y hoy no se ha alimentado bien y tampoco ha tomado suficiente agua, por lo que también está deshidratada—
Betty suspiró. —Pero me dolía muchísimo el abdomen y la espalda... ¿No era mi período?—
La doctora negó. —No, no era su período y si sale de ésta no lo va a tener por varios meses—
Betty la miró, asustada. —¿Qué? ¿Que está diciendo?—
—Señorita... Usted está embarazada— Anunció.
¡Pum! ¿Será que tendremos bebé Bughead?Último, adiossss
Samy ❤️
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PROHIBITED
FanfictionJughead Jones, un millonario frío, orgulloso y sin sentimientos que un día podría correr peligro... De enamorarse y enfrentar un romance prohibido.