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Al día siguiente, el primero en despertar fue Jughead, porque el chico casi siempre despertaba temprano.

Pero no despertó solo, Betty estaba a su lado y más que eso, estaba abrazada a él, por lo que él tuvo que ingeniarselas para salir de la cama sin despertarla.

Pero antes de retirarse y ducharse, él la admiró sabiendo que ese día en la tarde no iba a poder tenerla asi, en su cama, con el.

La admiraba sabiendo que sería la última vez que iba a verla dormir y amaba ver lo tranquila, dulce y vulnerable que se veía así, durmiendo con tanta tranquilidad.

Sonrió y entonces tomó valor para dejar de mirarla dormir e irse a tomar una ducha, porque hasta el simple hecho de verla dormir era algo que amaba hacer.

Más tarde, cuando Jughead estaba abajo, sentado sólo en la mesa, leyendo un libro y tomando café, él escuchó unos pasos aproximarse y era Betty.

Levantó la mirada para verla mejor y llevaba jeans azules, camiseta rosa con un unicornio y su coleta, casi siempre llevaba su coleta.

—Buenos días Juggie— Lo saludó Betty, acercándose a dejar un beso en su mejilla.

—Buenos días pequeña, hay waffles con miel de maple y fruta en la cocina, también hay café por si...

Jughead se vió interrumpido cuando Betty de repente lo atrapó en un abrazo para nada común; Fue probablemente el abrazo más puro y más sincero.

Entonces él le correspondió y besó su cabeza. —Pequeña... ¿Qué ocurre?—

Betty negó y lo abrazó más fuerte. —Nada... Simplemente gracias por todo Juggie, una parte de mi no se quiere ir, me gusta estar aquí contigo, me gusta este pueblo, me gusta pasar tiempo con mis amigos, con Cheryl, Toni, con Sweet pea y los demás de tu equipo...

—Nena, escúchame— Pidió Jughead, separándose y tomando su rostro entre sus manos. —A nosotros nos encanta tenerte aquí y tampoco queremos que te vallas, pero lo correcto es que estés con tus padres. Aún eres una menor de edad, te arrebataron de tu casa y es injusto. Tu debes estar con ellos, ellos deben estar contigo. ¿Entiendes?—

Betty asintió, con las lágrimas bajando por sus mejillas y volvieron a abrazarse, ésta vez más fuerte.

—Ya, suficiente sentimentalismo por hoy— Contestó Jughead, separándose. —Ve y toma tu desayuno para que vallas a la escuela—

Betty asintió con una pequeña sonrisa y desayunó junto a el, el no se apartó de su lado ni un momento. Después del desayuno, Betty fue con él hasta el auto y él la llevó a la secundaria.

Al dejarla frente a la secundaria, la miró con una sonrisa. —Ten un buen día pequeña, cuídate—

Betty sonrió y dejó un beso en su mejilla. —Nos vemos Juggie— Salió del auto.

Tras despedirse, Jughead condujo de regreso a la mansión para organizar lo que sería el reencuentro de Betty con sus padres, para mantenerla segura en todo momento y evitar exponerla a algún peligro.

Eso lo estaba organizando en el cuarto de control junto a su equipo.

—Bien... Para cuándo los padres de Betty lleguen, habrá guardias por todos lados, por cielo, tierra y mar— Avisó Jughead. —Yo la entregaré personalmente—

—Son ellos— Dijo Sweet pea, mostrando dos fotografías, una de la madre de Betty y otra del padre.

Jughead asintió. —Hay que verificar si son ellos cuando lleguen—

—Dijeron que llegan a las seis de la tarde— Anunció Cheryl.

—Perfecto, todos pendientes para cuando esa hora llegue— Pidió Jughead.

PROHIBITEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora