Betty ya había entrado oficialmente a los seis meses de su embarazo, su panza seguía creciendo y las ganas de su novio de sobreprotegerla también. La hija de ambos se movía mucho más que antes, ya tenía más peso y por eso algunas molestias habían aumentado.
Faltaban aún tres meses para que la futura hija de Betty y Jughead naciera, pero en tres meses podían pasar muchas cosas.
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El ojiazul estaba en su oficina, resolviendo algo en su laptop, muy concentrado hasta que alguien tocó la puerta, pero ya conocía tan bien a la persona que había tocado la puerta que ya sabía quién era.
—Pasa amor— Ordenó, dejando de mirar su laptop y centrando su atención en la puerta.
Betty entró a su oficina y se acercó a dejar un beso en sus labios. —Hola Juggie. ¿No interrumpo nada?—
—Claro que no amor, y mucho menos si se trata de ti y de mi princesa— Contestó, poniéndose de pie y agachándose hasta quedar a la altura de su vientre. —Hola bebé revoltosa. ¿Estás ahí, traviesa?—
Betty soltó una risa, colocando una mano en su vientre. —¿Lo sentiste? Sí te escucha—
Jughead sonrió y dejó un beso en su panza para entonces ponerse de pie. —Si... Ya la sentí. Mi bebé escucha y ve cosas, reconoce la voz de mami y papi—
Betty sonrió, haciendo un silencio. —Jug... Yo... Vine a pedirte un favor—
—¿Un favor? Espera... Ven, siéntate, no quiero que estés mucho de pie— Pidió, ayudándola a sentarse sobre un pequeño sofá.
Betty tomó asiento y lo miró. —Tengo un evento en el Five Seasons ésta noche y quiero que vallas conmigo—
—¿Un evento en el Five Seasons?— Preguntó Jughead. —¿De qué?—
—Es como una gala. Ya sabes... Ahí estarán muchos amigos que hice a lo largo de mi carrera, la mayoría irán con sus parejas y todo eso. Sólo iré un rato— Aseguró. —Y quiero que vallas conmigo, eres mi novio y el papá de mi hija—
—Claro que voy contigo preciosa. Alguien debe cuidar de ti y de nuestra bebé— Dijo el pelinegro, dejando un beso en su frente.
Betty soltó una risa. —Está bien, es hoy a las siete. Te dejo para que sigas trabajando, yo también debo hacerlo—
—Está bien amor, pero si me necesitas ya sabes dónde encontrarme— Le recordó.
La ojiverde asintió, se puso de pie y se retiró de la oficina de su novio para ponerse cómoda y trabajar también desde su computadora.
Trabajaron casi todo el día hasta que la noche estaba cayendo y ya ambos se estaban preparando para el evento de ésta noche. Jughead se estaba colocando una camisa blanca frente al espejo mientras Betty estaba tras él, vistiéndose.
—Oye amor... ¿No necesitas ayuda con algo?— Le preguntó el ojiazul, terminando de abotonarse la camisa. —Amor...
Al no obtener respuesta, se giró a mirar a su novia y ella estaba sentada sobre la cama, casi lista realmente; Tenía un vestido blanco que no era ajustado y era bastante largo, pero estaba llorando en silencio mientras miraba unos tacones que tenía en mano y su novio se preocupó.
—Hey, preciosa...— La llamó, acercándose y posando una mano en su mejilla, limpiando sus lágrimas. —Bebé... ¿Qué tienes? ¿Que te pasa?—
Betty negó, dejando los tacones a un lado y limpiándose las lágrimas. —Nada... Nada... Tontas hormonas...
—Amor no tengas pena. ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras preciosa?— Preguntó.
Betty tomó aire, con la mirada baja. —Es que me siento tan mal... Ya casi nada me queda, estoy gorda, estoy hinchada... No puedo ponerme mis tacones... Estoy horrible—
Jughead suspiró, sentándose a su lado en la cama y besando su cabeza. —Creo que ya sé lo que pasa aquí. Nena... Mírame, no estás gorda ni nada de eso. Todo lo que te está pasando es totalmente normal. Tu cuerpo ahora es el hogar de nuestra bebé y ella está creciendo. Así que no estás gorda ni nada de eso, simplemente estás embarazada. Y no te preocupes, sentirse así también es normal, son tus hormonas—
Betty sonrió levemente y lo miró. —¿Cómo sabes todo eso?—
—¿Crees que no he leído el libro que me dió la doctora?— Preguntó Jughead con diversión. —Amor... ¿Aún quieres ir a ese evento?—
—Tengo que ir— Contestó la ojiverde. —¿Me ayudas a ponerme los tacones de embarazada que compré?— Preguntó con diversión.
—Pero claro mi amor— Aceptó el ojiazul, agachándose y tomando los pequeños tacones.
Le colocó los tacones a su novia, la ayudó a peinarse y hasta a maquillarse y luego los dos salieron de la mansión, tomados de manos hasta llegar al auto.
Si Jughead de por sí ya era protector y atento con su novia, ahora con su estado de embarazo lo era aún más hasta el punto de a veces exagerar.
Subieron al auto, Jughead condujo hasta el Five Seasons y al llegar él bajó del auto y le abrió la puerta a su novia.
—Esta noche no habrá tiroteos ni nada de eso... ¿Oh sí?— Preguntó Betty mientras bajaba del auto.
—No preciosa, lo prometo— Aseguró Jughead, besando su mano y cerrándole la puerta del auto. —Estoy aquí para protegerlas a ti y a mi niña—
Betty sonrió y lo tomó de la mano. —Vamos—
Entraron al evento en el Five Seasons y era una gala muy lujosa en la que estaban los millonarios más importantes del momento, de diferentes partes del país y fuera de él, con una decoración y vestuarios muy exclusivos.
—Valla... Aquí están los grandes magnates del país y fuera de él— Admitió Jughead, sin soltar la mano de su chica.
—Estoy nerviosa, creo que pude haberme vestido mejor, pero por mi embarazo no tengo muchas opciones— Se quejó.
—Pero nena... Tu estás deslumbrante. Además eres la persona más joven de ésta gala, creeme— Aseguró Jughead, divertido.
Betty sonrió y en ese momento se le acercó un señor mayor de traje.
—Elizabeth... Sí viniste, me da mucho gusto verte. Veo que sí estuviste ocupada— Admitió el señor.
Betty soltó una risa. —Si, he estado ocupada. Es un placer verle, él es mi pareja y padre de mi bebé, Jughead Jones— Lo presentó.
—Un placer señor Jones, ya he oído hablar sobre usted— Dijo el mayor, estrechando su mano con la del ojiazul. —Soy Ramón Gómez—
—El gusto es todo mío señor Gómez, también he oído hablar sobre usted— Admitió Jughead.
—Es usted muy afortunado señor Jones. La señorita Cooper es una jovencita excepcional— Aseguró el señor, tomando la mano de Betty y besándola.
Betty sonrió y Jughead asintió, incómodo. Les esperaba una noche larga y Jughead no sabía si iba a ser capaz de manejar sus celos cuando su chica estaba siendo halagada por tantos hombres.
¿Escena de celos aproximándose?
Samy ❤️
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PROHIBITED
FanfictionJughead Jones, un millonario frío, orgulloso y sin sentimientos que un día podría correr peligro... De enamorarse y enfrentar un romance prohibido.