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Dos días se quedaron Betty y Jughead en California, compartiendo con los Cooper hasta que les tocó regresar a Riverdale, en donde más trabajo y responsabilidades les esperaban.

Betty estaba ocupada con sus proyectos y su empresa y Jughead estaba ocupado en sus negocios.

Solo que en el caso de Jughead, sus enemigos lo estaban acechando.

En el cuarto de control, todos estaban monitoreando las ventas y los movimientos desde las computadoras en silencio, pero había un Jughead que usaba su celular con tranquilidad hasta que llegaron unos mensajes sospechosos.

Un número desconocido le envió unas fotos suyas y de Betty en varios lugares, juntos, las últimas veces que estuvieron saliendo a lugares públicos.

Y junto a unos mensajes.

En los mensajes...

Desconocido
Forsythe
¿Crees que escapándote a California con tu novia vas a evadirme?
Ya te advertí, si no me entregas lo que me pertenece, tu novia va a pagar las consecuencias

Fin del chat.

Jughead bufó, molesto y tiró el celular a otro sofá, haciendo que los demás de su equipo se dieran cuenta.

—Jughead... ¿Que pasa?— Le preguntó Cheryl, mirándolo.

—¿Hay algun problema?— Preguntó Sweet pea.

—¿Se trata de Penny?— Preguntó entonces Toni.

Jughead suspiró, pasándose una mano sobre el rostro. —Es Penny. Quiere que le entregue todo. No puedo hacer eso. Nosotros hacemos nuestro trabajo sin herir a nadie. Ella no, si ella toma el control del pueblo, el pueblo se irá a la mierda—

—Tenemos que hacer algo Jughead— Opinó Fangs.

—Si... Vamos a vigilarlos de cerca, identificar sus debilidades, los lugares que frecuentan y los atraparemos y los venceremos— Sentenció Reggie.

Cheryl rodó los ojos. —Como si fuera tan fácil. Esa maldita perra multiplicó a su grupo de imbéciles—

—Algo tenemos que hacer, no podemos quedarnos de brazos cruzados— Opinó Toni.

—Toni relájate. Ella no puede atacarnos directamente, eso nos dará tiempo para pensar— Aseguró Jughead, poniéndose de pie. —Tengo que ver a Betty, tengo que pensar en como protegerla y alejarla de todo esto—

Los demás estuvieron totalmente de acuerdo con que había que hacer lo que fuera para que Betty se mantuviera alejada de todo ese problema, porque su seguridad estaba en riesgo.

Jughead salió de la mansión, subió a su auto, pero cuando iba conduciendo dos autos viejos y antiguos empezaron a seguirlo.

El miraba por el espejo retrovisor y supo de inmediato quien lo estaba siguiendo, por lo que se apartó del camino y detuvo el auto a una orilla desierta en la que se detuvieron los dos otros autos.

Cuando Jughead bajó de aquel auto, la persona que bajó de uno de los viejos autos que lo seguían fue Penny, con los demás integrantes de su banda criminal.

—Ya me estás hartando Penny— Se quejó Jughead, soltando un suspiro.

—La que se está cansando soy yo, Jughead— Contestó Penny, acercándose. —Podemos ahorrarnos muchos problemas si me entregas el pueblo completo—

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