Tres meses después...
Fue muy difícil las primeras semanas, pero Betty y Jughead estaban aprendiendo a ser padres y lo estaban haciendo muy bien, porque amaban demasiado a su bebé y estaban dispuestos a todo por ella.
La pequeña Luna Jones Cooper, para haber sido bebé prematura, tenía ya tres mesesitos de edad, gozaba de mucha salud y obtuvo bastante peso, pues tenía un apetito voraz.
Eso sí, estaba rodeada de amor, pero el simple hecho de ser hija de la mayor mente criminal de Riverdale la ponía a ella y a su madre en inminente peligro.
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Un día cualquiera de la semana, el equipo de Jughead estaba trabajando en el cuarto de control hasta que el ojiazul entró a dicho lugar con alguien muy especial en sus brazos.
—Pero miren quien llegó— Celebró Cheryl, corriendo hacia Jughead. —Dame a mi bebé, dámela—
Jughead soltó una risa, mirando a su hija y besando su mejilla. —Deja que ella decida si irse o quedarse con su papi—
—Ven amor, ven con tu tía Cheryl bebé preciosa— Pidió Cheryl, sonriéndole a la menor.
La bebé sonrió y fue a los brazos de la pelirroja, entonces ésta la tomó y sonrió con superioridad.
—Pequeña traidora— Se quejó Jughead, divertido.
—Despues nos la llevaremos a casa para que juegue con Dale— Aseguró Toni, acercándose y abrazando a Cheryl por detrás y besando la mejilla de la bebé.
Jughead sonrió y se acercó a los demás chicos mientras éstos usaban las computadoras. —Muchachos... Vine a ver si todo estaba en orden, voy a buscar a mi chica a su trabajo y me llevaré a mi hija—
—Todo bien, desactivé las cámaras de seguridad de la esquina en la que se están haciendo las ventas— Avisó Sweet pea.
—Y aún las personas creen que Brett está desaparecido, pero ni una mosca salió a buscarlo— Informó Fangs.
Reggie soltó una risa. —Ese infeliz no tenía a nadie—
Jughead rió. —Era un completo...
—Jug, si traes a la bebé no puedes decir palabrotas— Exigió Toni, acercándose con la pequeña en brazos.
—Oigan... Dejen que los tíos se despidan de la pequeña versión femenina de Jughead— Pidió Reggie, acercándose a tomar a la pequeña en sus brazos.
La bebé disfrutaba tener la atención de sus tíos, estaba rodeada de gente que movería cielo, mar y tierra si cualquier cosa pasaba y el primero era su padre.
Luego Jughead salió de la mansión con su hija, la dejó en su asiento para bebés en la parte trasera del auto y el se fue al asiento del conductor, para ir en busca de Betty.
Betty, por su parte, había finalizado una exitosa reunión para organizar la inauguración de la construcción de unos edificios en el lado sur y estaba feliz de volver al trabajo después de todos esos meses ausente por su cesárea y su bebé.
Mientras esperaba a su novio, hablaba con su mejor amiga en el pasillo.
—Te ves radiante B. No parece que hayas tenido una bebé hace tres meses— Admitió la morocha.
Betty soltó una risa. —Por favor... Me veía mejor antes de que me abrieran la panza para sacar a mi bebé, pero no me arrepiento de nada—
Vero sonrió. —Si... Hablando de eso... Adivina quién está en la dulce espera—
Betty alzó una ceja. —V.... No me digas que...
—Archie y yo seremos papis— Presumió, contenta.
Betty se cubrió la boca para no gritar tan fuerte y abrazó a su amiga. —¡Ay por favor V que gusto me da oir eso!— Exclamó, separándose. —¿De cuánto tiempo estas?—
—La edad de mi sobrina— Respondió. —Es que mi período es irregular y no me di cuenta hasta que empecé a sentirme rara y Archie me compró una prueba de embarazo—
—Hola chicas— Saludó el pelirrojo, dejando un beso en la mejilla de su esposa y abrazando a Betty. —Se ven fantásticas hoy—
—Si claro... Lo dicen los hombres que no quedan embarazados y no se ponen gordos— Se quejó Verónica, divertida.
—¿Hay una reunión familiar y no nos avisaron ni a Luna ni a mi?— Preguntó Jughead, acercándose con la bebé en brazos.
—Mi amor... Bebé...— La llamó Betty, acercándose y tomándola en sus brazos para llenarla de besos.
—Entonces para la persona que te hizo a esa bebé no hay nada— Se quejó Jughead.
—Perdon Juggie— Se disculpó Betty, acercándose a besar sus labios.
—Oye viejo... Habrá compañero o compañera para mí sobrina— Avisó Archie, acariciando el vientre de Verónica
Jughead abrió los ojos como platos. —¿Qué? Archie, Verónica... ¿Enserio?—
Verónica asintió. —Asi es, torombolo—
Jughead sonrió. —Oigan... ¿Y si vamos al Pop's a celebrar?—
Los cuatro fueron al Pop's a pasar un rato agradable entre amigos y bebé y conversaban mientras Archie complacía a su esposa con sus típicos raros antojos de embarazada.
—Tranquila V, a mi también se me antojó donas y picante en el embarazo— Aseguró Betty mientras tomaba malteada.
—Es que a veces se me antojan cosas raras a horas raras— Confesó la morocha.
—Como comer pizza a las tres de la madrugada— Dijo Archie.
—Amigo, tu solo complácela y no te quejes— Aconsejó Jughead, divertido mientras daba biberón a su hija. —En unos meses estarás como yo. Cambiando pañales y oliendo a vómito de bebé—
Rieron y pasaron un rato agradable hasta que cada quien se fue a casa. Ya casi era de noche y cuando Jughead entró a la habitación de su pequeña, Betty estaba sobre el sofá, amamantando a su hija mientras ésta iba quedándose dormida.
—Ya se durmió...— Murmuró Betty, guardándose el pecho que le estaba dando a su hija con una sonrisa.
Jughead sonrió y la tomó en brazos para dejarla con cuidado en la cuna, con una sonrisa. —Mi dulce niña hermosa... Descansa mi amor—
—Vamos a la cama— Murmuró Betty, acercándose a su oído.
Jughead sonrió con maldad y besó sus labios con pasividad, pero con su toque de lujuria.
Fueron a su habitación, cerraron la puerta con seguro y se abalanzaron uno al otro, besándose con lujuria, fuego y deseo. Jughead tuvo miedo de tener relaciones con su novia después de la cesárea y recién habían recuperado algo de su vida sexual.
Por eso iban a aprovechar.
Fuego y drama a la vuelta de la esquina 😏🔥🔥
Samy❤️
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PROHIBITED
FanfictionJughead Jones, un millonario frío, orgulloso y sin sentimientos que un día podría correr peligro... De enamorarse y enfrentar un romance prohibido.