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—No es tu culpa— Negó Jughead, separándose y tomando su rostro entre sus manos. —No sabías que estabas embarazada, por eso no tuviste cuidado. Pero irte no es la forma de resolver tus problemas. Betty... Te amo y no he dejado de amarte. Ahora que sé que vamos a tener un bebé juntos estoy dispuesto a hacerme cargo. Lo único que quiero en este momento es que tú y mi bebé estén bien—

Betty sonrió levemente y dejó caer su cabeza sobre su hombro. —Estuve de muy mal humor, no quería escucharte y llegué a pensar que te odiaba.

Jughead suspiró, besando su cabeza. —Bebé... Fue chantajeado por una enemiga— Admitió.

Betty lo miró. —¿Qué?—

—Presta atención — Pidió Jughead, mirándola fijamente. —Penny Peabody fue una enemiga mía hace años. Cuando tenía veinte ella quiso tomar el pueblo y la derroté. Entonces semanas atrás ella volvió y me dijo que si no le daba el pueblo te haría daño a ti—

—Jug... ¿Por qué no me dijiste eso?— Preguntó Betty, horrorizada.

—No querías hablar conmigo mi amor. Pero eso no es lo importante. Ella amenazó con herirte y como yo no hice caso... Ella mató a nuestro gato— Anunció.

Betty negó, con las lágrimas bajando por sus mejillas. —No... No...

—Shh... Nena mírame— Pidió, tomando su rostro entre sus manos. —No te pongas así. Si te pones mal vas a perder a nuestro bebé. ¿Quieres eso?—

—No...— Negó Betty.

—Respira, cálmate— Pidió Jughead, acariciando su cabello. —Ya, tranquila—

Betty tomó una profunda respiración y se calmó, mirando al ojiazul. —Entonces... ¿Por eso me dejaste?—

—Si... Si no lo hacía ella iba a hacerte mucho daño y tenía que mantenerte alejada de mi hasta que ideara un plan para derrotar a Penny. Cuando lo logré fui a buscarte para pedirte perdón, pero ya no querías saber nada de mi hasta ahora— Dijo Jughead.

Betty suspiró y lo abrazó con fuerza. —Te creo Jug. Solo querías protegerme, perdón por no querer escucharte— Se separó. —Pero lo que me dijiste me afectó mucho, pensé que era cierto. Yo... Yo la pasé muy mal. Dejé de comer, dejé de dormir y por eso ahora mi bebé está en peligro—

—Shh... Nena... Lo único que importa en éste momento es tu bienestar y el de nuestro bebé. Mira... Se que las cosas entre nosotros no están bien, pero lo resolveremos después. Por el momento enfócate en ti, en cuidarte y así cuidarás también de nuestro bebé. ¿Bien?— Propuso Jughead.

Betty asintió y volvió a abrazarlo. —Lo único que quiero en éste momento es estar contigo, no te vallas Juggie...

Jughead la abrazó con cuidado y plantó un beso en su cabeza. —No me iré si eso es lo que quieres. Además... Tengo que cuidar a mis dos bebés—

Betty sonrió y en eso su celular emitió una alarma y ella se puso de pie, bostezando. —Mis vitaminas... Tengo que tomarlas—

Después de que Betty se tomó las vitaminas, se quedó profundamente dormida, estaba muy cansada. Jughead aprovechó que era temprano, le hizo algo sano para cenar que estaba en su dieta, ella se levantó para alimentarse y luego se volvió a dormir, no hizo nada más que dormir.

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Betty despertó y se dió cuenta de que ya era de día cuando vió la claridad de la luz del sol entrar a su habitación y miró a su alrededor, confundida.

—Buenos días dormilona— La saludó Jughead, entrando a la habitación con una bandeja que contenía pan tostado, fruta y un vaso con jugo de naranja, también dos píldoras.

PROHIBITEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora