Una semana más tarde, Betty ya se había ido a vivir con Jughead y realmente casi nada había cambiado, porque de todos modos pasaban más tiempo juntos que separados.
Solo que ahora vivían bajo el mismo techo, desayunaban juntos, almorzaban juntos, cenaban juntos, dormían juntos todas las noches y despertaban juntos también. Y eso para ellos era un sueño hecho realidad.
Y aún se encontraban en la dulce espera de su primer bebé, que aunque llegó de una manera muy inesperada y sin buscarlo, ya sus padres lo amaban tanto que estarían dispuestos a cualquier cosa por esa vida.
Entonces hoy tocaba cita con la obstetra, Jughead se levantó temprano, pero su novia seguía profundamente dormida y aunque él amaba verla así, tenía que despertarla.
—Nena...— La llamó, llevándole el rostro de besos y acariciando su cabello. —Amorcito, despierta—
Betty se quejó y se cubrió la cara con la cobija. —Amor... Tengo mucho sueño—
—Lo se preciosa, pero en una hora tenemos que estar en el consultorio de la doctora mi amor. Vamos, veremos a nuestro bebé— Le recordó, aún acariciando su cabello.
Betty suspiró, sentándose sobre la cama y mirando a su novio. —Está bien, solo por mi bebé—
Jughead sonrió y dejó un beso en su frente. —Te espero abajo con nuestro desayuno preciosa. Verónica me dijo que irá a buscar el papel con el sexo del bebé—
Betty asintió. —Esta bien, estoy muy emocionada y nerviosa—
—Yo también amor. Nos vemos en veinte— Dijo Jughead, retirándose de la habitación.
Betty se levantó, fue a tomar una ducha con agua caliente, lavarse los dientes y luego bajó a compartir un desayuno con su novio para entonces ambos salir al hospital.
Les encantaba ir a ver a su bebé, aunque por el momento era solo a través de ecografías. Entonces subieron al auto y el ojiazul condujo directo al hospital, siendo recibidos de inmediato por la doctora que le hizo a Betty los chequeos de rutina y luego la ecografía.
Miraban con claridad a su bebé por la pantalla mientras la doctora pasaba ese aparato sobre su vientre abultado de cinco meses y escuchaban su corazón.
—Felicitaciones futuros papis, es un bebé muy sano, ese corazoncito se escucha de maravilla— Los felicitó la doctora. —¿Ven a su bebé?—
—Ahora sí lo veo con claridad— Admitió Betty, con los ojos cristalizados. —¿A quien irá a parecerse mi bebé?—
—Estoy seguro de que es un niño, será un niño— Aseguró Jughead, mirando la pantalla con una sonrisa. —Y será un bebé muy apuesto—
—Hola, buenos días y disculpen la tardanza— Se disculpó Verónica, entrando al consultorio.
—Descuide señorita Lodge, llega justo a tiempo— Aseguró la doctora, tomando un papel y tendiéndoselo a la morocha. —Ahí está escrito el sexo del bebé—
—Yo no hubiese podido tenerlo— Admitió Betty, divertida, mirando a la morocha. —Gracias V—
—Gracias Verónica— Dijo Jughead, mirándola mientras sostenía la mano de Betty.
—No fue nada, esto era todo lo que necesitaba— Aseguró Verónica, con el papel en mano y mirando la pantalla con una sonrisa. —Mi sobrino o sobrina va a tener la mejor fiesta de revelación de sexo—
Poco después Verónica se retiró, Betty estuvo un rato más en sus chequeos de rutina y efectivamente su bebé estaba muy bien de salud y Betty estaba llevando un embarazo muy sano.
Salieron del hospital, entraron al auto y ahí Jughead tomó su mano y la besó, mirándola a los ojos.
—Estás haciendo un buen trabajo mi amor, te felicito— Dijo Jughead, mirándola. —Estas manteniendo con vida a nuestro bebé y lo haces muy bien—
Betty sonrió, sonrojada. —Tengo que hacerlo, soy su mamá. Pero también es gracias a ti. Nos estás cuidando desde que supiste que estaba embarazada, aguantas mis cambios de humor, mis antojos raros a media noche...
—Tengo que hacerlo, soy el papá— Contestó Jughead, sonriente, encendiendo el auto. —¿A dónde vamos ahora bebé?—
—Tengo hambre— Dijo Betty. —Quiero donas de chocolate y picante—
—¿Qué?— Preguntó Jughead con diversión. —¿Es enserio amor?—
—Muy enserio— Aseguró la ojiverde.
Jughead soltó una risa, empezando a conducir fuera del hospital para ir directo al Pop's. Si, la rubia pidió sus donas con picante como ella quería y su novio solo se dedicó a mirarla con diversión.
Betty lo miró mientras se tomaba su malteada. —¿Qué miras?—
Jughead negó. —Nada mi amor. Solo pienso que este bebé tendrá el apetito de papi—
Betty sonrió. —Al parecer si—
—Entonces... ¿Ya estás satisfecha? ¿Qué quieres hacer ahora?— Le preguntó.
—Quiero... Quiero... No sé. Quiero pollo pero también quiero pastel— Se quejó Betty, frustrada.
—Amor... Si quieres las dos cosas no pasa nada. ¿Bien?— Propuso Jughead.
—Es que también quiero helado de chocolate con mermelada de fresa, pero también quiero helado de Oreo— Se expresó.
Jughead soltó una risa. —Pide lo que quieras nena. No importa qué tan raro sea... ¿Si?—
Betty estaba indecisa, tenía tantos antojos juntos que no sabía qué pedir primero, por lo que estuvieron un rato largo en el Pop's.
Luego fueron de regreso a la mansión y Betty se tiró a la cama, algo cansada.
Jughead se acercó a ella con un vaso lleno de agua y un par de pastillas. —Bebé... Hora de tus vitaminas, para que el bebé siga estando así de sano mi amor—
Betty se sentó sobre la cama, se tomó sus pastillas y volvió a acostarse. —Tengo una videoconferencia ésta tarde y solo quiero dormir— Admitió.
Jughead se sentó en la cama a su lado y acarició su cabello. —Entonces descansa mientras tanto mi amor. Activa una alarma para que no se te pase la hora—
Betty asintió, acomodándose en la cama hasta que dió un pequeño salto de la impresión. —Valla... Yo quiero dormir, pero parece que bebé no quiere—
Jughead soltó una risa. —¿De verdad?— Preguntó, colocando una mano sobre su vientre y sonriendo. —¿Por qué tan inquieto bebé? ¿Emocionado por tu fiesta de revelación de sexo?—
—Parece ser— Contestó Betty, acariciando su vientre con una sonrisa. —Amorcito... Mami tiene sueño y quiere dormir, estate quieto o quieta—
Amamos a bebé Bughead ❤️
Maratón 2/3 🔥
Samy ❤️
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PROHIBITED
FanfictionJughead Jones, un millonario frío, orgulloso y sin sentimientos que un día podría correr peligro... De enamorarse y enfrentar un romance prohibido.