Al día siguiente, temprano, Luna aún estaba profundamente dormida en su habitación cuando tocaron a su puerta.
—Buenos días mi dulce algodón de azúcar— Saludó Hall, abriendo la puerta de la habitación con cuidado. —¿Estás despierta mi niña?—
—Abuelito...— Se quejó Luna, tapándose más con las cobijas. —¿Qué hora es?—
—Hora de una sorpresa— Habló Fp, asomándose por la puerta también.
Luna se sentó sobre la cama, frotándose los ojos. —Mami... ¡Mi mami!— Exclamó, levantándose de la cama rápidamente.
—Bebé espera— Pidió JB, entrando a la habitación y acercándose a su sobrina. —Tus papás no están, se fueron anoche cuando dormías—
—Pero... ¿Por qué?— Preguntó Luna, confundida. —¿Mi hermanito nació?—
JB sonrió. —Sí amor, tu hermano nació. Alístate, vamos a verlo al hospital y de paso los traemos a casa—
Los ojos de la pequeña brillaron y ésta empezó a dar saltitos. —¡Si, si, tengo un hermanito tía! ¡Tengo un hermanito!—
—¡Y yo tengo otro sobrino mi amor!— Exclamó JB, abrazándola y luego separándose. —Ve a alistarte mi vida, vamos a ver al bebé—
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En el hospital, Betty estaba en una habitación más cómoda, terminando de amamantar a su hijo; Después del parto y de asegurarse de que su bebé nació completamente sano, la trasladaron a esa habitación con el recién nacido.
Jughead nunca se apartó y cuidó su noche, cuidó del bebé mientras su mujer descansaba y estuvo pendiente a todo, pendiente a ellos.
Entonces estaban ahí, ambos sobre la camilla, abrazados, admirando su segundo retoño que recién había terminado de tomar leche materna y descansaba tranquilo en brazos de su madre.
—Hola bebé, soy papi— Le habló Jughead, tomando la diminuta mano del bebé y sonriendo cuando el pequeño apretó su dedo. —Tienes fuerza hijito. Eres el hijo que siempre soñé tener—
Betty sonrió, mirando a su esposo y luego besando la frente de su bebé. —Eres tan guapo mi amor... Deja que tú hermana te vea, ella te adora—
—Señor y señorita Jones...— Los llamó la doctora con una sonrisa, entrando a la habitación. —Antes de ir a casa deben llenar un papeleo y aún tenemos que hacerle unos cuantos exámenes preventivos al bebé y a la madre. Pero antes... Sus familiares están afuera—
—Gracias doctora— Dijo Betty con una sonrisa, mirando a su esposo. —Juggie... Deben ser nuestros padres y nuestra hija—
—En realidad ellos vinieron a llevarte a casa— Contestó Jughead con diversión para luego mirar a la doctora. —Está bien doc, yo les aviso que pasen—
Mientras tanto, los Jones y los Cooper estaban en el pasillo, esperando, muy ansioso por conocer a su nuevo nieto y Luna ansiosa por conocer a su hermanito.
—¿Mi mami está en esa habitación?— Preguntó Luna, mirando a sus tíos y abuelos.
—Si mi amor, pero tranquila. Ya nos dirán si podemos pasar— Dijo JB, contenta.
En eso Jughead salió al pasillo y la primera en verlo fue su hija, con sus ojos brillando y una enorme sonrisa en su rostro al ver a su padre.
—¡Papi!— Chilló la menor, corriendo a él y abrazándolo.
Jughead se arrodilló, la abrazó y besó su mejilla. —Mi princesa hermosa... Papi te extrañó mucho mi vida. Ahí adentro te espera tu mamá con tu hermano—
—Quiero ver a mami y al bebé papi— Dijo la niña, feliz.
—Que valla la niña primero, nosotros vamos en un momento— Sugirió Hall.
—Si... Nuestra hija debe estar cansada— Supuso Alice.
Jughead asintió, poniéndose de pie y tomando la mano de su hija. —De acuerdo. Hija... Haz silencio porque tú hermano aún podría estar dormido y mami está muy cansada. ¿Bien?—
—Si papi— Afirmó Luna, feliz.
Betty estaba en la habitación, esperando que su esposo regresara con su hija y sus demás familiares con el recién nacido en sus brazos y una amplia sonrisa se formó en su rostro cuando su esposo entró con su hija tomada de manos.
Luna abrió los ojos como platos con una inmensa sonrisa, acercándose a su madre y al bebé. —Mami...
—Ven aquí mi dulce princesa— Pidió Betty, extendiendo su brazo para rodearla y besar su mejilla. —Mira, es tu hermano—
Luna miró al bebé con una sonrisa tan grande que no tardó en transformarse en lágrimas, con sus ojitos azules húmedos.
—Ay mi amor... Está bien— Le dijo Betty, limpiando una lágrima de la mejilla de su hija con su mano libre. —Está bien mi vida, tranquila—
—Es muy lindo mami, tengo un hermanito...— Admitió Luna, llorando de la felicidad y tomando la mano del bebé, el cuál le apretó el dedo. —Te amo mucho hermano. Voy a ser la mejor hermana mayor—
Jughead sonrió, acercándose a besar la cabeza de su hija y luego la de su esposa. —Ustedes me hacen tan feliz... Preciosa, gracias por estos regalos tan increíbles que me has dado, eres maravillosa mi amor—
La verdadera emoción empezó cuando entraron los Jones y los Cooper, también hubo lágrimas de su parte al conocer al bebé. Todos estaban muy felices de conocer al nuevo integrante de la familia.
—Es mi Elizabeth cuando era bebé...— Admitió Hall entre lágrimas, mirando a su nieto. —Es que es idéntico a ti cuando estabas así—
—Es verdad, lo recuerdo como si fuera ayer— Dijo Alice, mirando al bebé con una sonrisa. —Ya mi bebé tiene a sus bebés—
—Ya basta— Pidió Betty, sonrojada, mirando al pequeño que descansaba en sus brazos. —Ya era hora de tener un hijo que no se pareciera solo al presumido de su padre— Miró a su esposo.
Jughead soltó una risa, tomando en sus brazos a su hija. —Nuestro primer retoño se parece a mi—
—Espero que cuando Franco y yo tengamos un bebé no se parezca solo a él, o lo mato— Aseguró JB, mirando a su esposo.
—Solo procura no odiarme mientras estés embarazada— Pidió Franco.
—Jellybean está pequeña para eso— Se quejó Fp, acercándose a Betty y su nieto recién nacido con una sonrisa. —Me conformo con tener a estos dos nietos preciosos mientras tanto—
Betty con un recién nacido en sus brazos, agotada e incluso algo adolorida por el parto... Pero rodeada de sus seres queridos y con su segundo hijo sano en sus brazos, por fin con ellos.
No podía pedir nada más.
Los dejaré tranquilos un par de capitulos hasta que la historia entre en su fase final y se ponga gruesa 😼😳
Samy ❤️
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PROHIBITED
FanfictionJughead Jones, un millonario frío, orgulloso y sin sentimientos que un día podría correr peligro... De enamorarse y enfrentar un romance prohibido.