Disparos, gritos desesperados y el llanto de la bebé era lo único que Betty podía escuchar mientras solo se centraba en proteger a su hija con su propio cuerpo, Fangs protegiéndolas a ambas.
Ella no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba pasando, pero solo le importaba proteger a su hija a toda costa.
Finalmente los disparos y gritos cesaron, dejándose escuchar únicamente el llanto de la bebé y Fangs se puso de pie, ayudando a Betty a hacer lo mismo con la pequeña llorando en sus brazos.
—¿Están heridas?— Preguntó Fangs.
Betty negó, temblorosa, abrazando a su bebé y aún en shock. —No lo creo—
En eso un auto que Betty conocía perfectamente bien se detuvo en el estacionamiento y de ese auto bajó Jughead, extremadamente preocupado, corriendo a ellas.
—Betty...— La llamó el ojiazul, corriendo hasta ellas y abrazándolas a ambas. —Amor... ¿No les pasó nada? ¿No salieron heridas?— Preguntó, alarmado.
Betty negó, arrullando a la bebé en sus brazos mientras ésta lloraba, aterrada. —No... Creo que estamos bien. Jughead tengo mucho miedo. ¿Qué acaba de pasar?—
—Oigan, hablen después— Exigió Fangs. —Betty, tu y la niña deben salir de aquí de inmediato, no están seguras—
—Vengan conmigo, ahora— Exigió Jughead, rodeando a Betty y a la bebé con su brazo. —Fangs, lleva el auto de Betty hasta la mansión, estarán más seguras conmigo, mi auto está blindado—
Fangs asintió, Betty le entregó las llaves de su auto y junto a su bebé se fue con su novio.
Jughead estaba muy tenso, todo el ambiente estaba tenso, algo malo estaba pasando y Betty claramente podía darse cuenta, pero aún podía sentir cómo su corazón golpeaba con fuerza su pecho por el reciente susto de los tiroteos.
Al llegar a la mansión, bajaron inmediatamente del auto y Betty, Jughead y la bebé se adentraron a la mansión.
Jughead suspiró y miró a Betty, nervioso. —Betts... Tengo que sacarlas a ti y a la bebé de aquí. Ve a tu habitación, empaca tus cosas y yo trataré de empacar las cosas de nuestra hija—
—Jug...— Lo llamó, confundida. —Necesito saber qué pasa—
—Despues habrá tiempo de explicarte todo mi amor. Pero tú y mi hija corren peligro y tienen que irse de aquí ya. Ve a empacar tus cosas y yo me encargo de la bebé— Exigió Jughead, tomando a la pequeña que aún lloraba. —Ya pasó bebé, ya pasó. Papi está aquí princesa—
Betty subió a su habitación y en una maleta empezó a empacar sus cosas mientras Jughead empacaba las de la bebé. La tensión estaba al millón, fuera de la mansión todos los guardias y demás personal estaba dando vueltas y discutiendo.
—Amor... ¿Ya estás lista?— Preguntó Jughead, acercándose a la puerta de la habitación con una pañalera con cosas de la bebé y con la bebé.
Betty asintió, cerrando su maleta. —Juggie... ¿A dónde vamos?—
—No puedo decirlo, pueden estar espiándonos— Aseguró Jughead.
—¿Quienes?— Preguntó Betty, confundida. —¿O quién?—
—Mi amor después hablamos, vámonos de aquí. Toma a nuestra hija y dame esa maleta. Fangs tiene a nuestro gato y lo llevaremos— Pidió, acercándose.
Jughead llevó las cosas de Betty y su hija a su auto y la ojiverde llevó a la bebé y luego al gato. Subieron y el ojiazul empezó a conducir sin más, solo él sabía a dónde las iba a llevar, Betty no sabía nada.
En el camino solo hubo silencio mientras Jughead conducía y Betty iba de copiloto, con la bebé dormida en sus brazos, nadie decía nada.
Jughead tomó aire, aún conduciendo, con su mirada fija en el camino. —Betts... Iremos a una cabaña que está como a dos horas de aquí, fuera del pueblo. Nos están atacando—
Betty asintió, nerviosa. —Si no fuera por Fangs... Le habrían hecho daño a mi bebé—
—Querian lastimarlas, quieren lastimarlas— Aseguró Jughead. —Por suerte Sweet pea me llamo a tiempo. Se metieron en nuestro sistema, quieren acabarnos. Pero aún no se quién o por qué. Antes de investigar tengo que ponerlas a salvo—
—Espera... ¿Qué harás?— Preguntó Betty, asustada.
—No soy un cobarde, no voy a esconderme— Aseguró Jughead, con su mirada fija en el camino. —Si se meten contigo y con mi hija son hombres muertos—
—No quiero que te lastimen Juggie— Contestó Betty, mirándolo con miedo.
Jughead suspiró y con una mano acarició la mejilla de su novia y la cabeza de su bebé. —Eso no pasará amor—
No volvieron a decir nada más hasta que después de casi dos horas de camino y subir una montaña llegaron a una hermosa cabaña. Tenía piscina, tres pisos, balcón, unos columpios, muchas hermosas flores, ventanas transparentes, puertas corredizas, en el jardín habían cómodos sofás con una mesa pequeña de madera en el centro y un área de fogatas.
Al llegar, bajaron del auto, Jughead llevó el equipaje al interior de la cabaña y Betty se quedó mirando a su alrededor, encantada con tan hermosa cabaña a la cuál rodeaban los árboles, proporcionando sombra.
Luego Betty entró a la cabaña y Jughead se encontraba en el segundo piso. Cuando Betty subió, aún con la bebé dormida en sus brazos, el ojiazul estaba armando una cuna de madera, colocándole un cómodo colchón, un peluche y una pequeña almohada.
Cuando Jughead terminó de armar la cuna, tomó a la bebé en sus brazos y notó que ella se movía, incomoda.
—Shh... Ya amor, aquí está papi mi vida, vuelve a dormir— Le pidió, meciéndola lentamente entre sus brazos y besando su cabeza.
Betty lo miró con una sonrisa y cuando la bebé volvió a quedarse completamente dormida, Jughead la dejó sobre la cuna y luego se acercó a su novia, besándola.
La besó, tomando su rostro entre sus manos, uniendo sus lenguas. La besó de una manera lenta y cariñosa.
Al terminar de besarse, se separaron y se miraron a los ojos con una pequeña sonrisa.
—Me voy— Anunció Jughead en voz baja, mirándola. —Tengo cosas que resolver en Riverdale, solo tenía que ponerte a ti y a mi hija a salvo primero—
Se pondrá fuerte el asunto 💥💀¿Teorías?
Samy ❤️
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PROHIBITED
FanfictionJughead Jones, un millonario frío, orgulloso y sin sentimientos que un día podría correr peligro... De enamorarse y enfrentar un romance prohibido.