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Betty y su hija estuvieron casi una semana en el hospital: La bebé tenía que respirar por sí sola y Betty estuvo aprendiendo como cuidarse y cuidar a su hija con la herida de la cirugía.

Jughead siempre estuvo con las dos, pendiente a ellas día y noche hasta que por fin pudieron irse a casa.

Estaban tan contentos de por fin poder irse a casa con su hija después de tantos problemas... Pero eso no terminaba ahí, ahora iban a casa con una recién nacida que además estaba nacida antes del tiempo y era otro reto.

 

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Betty llegó a la mansión cansada y abrumada al estar sintiendo tantas cosas al mismo tiempo... Pero al llegar, sus amigos le tenían una sorpresa preparada y eso mejoró su día.

La mansión estaba llena de globos color rosa, peluches, regalos y un letrero enorme que decía "Bienvenida, Luna". En medio de todo esto estaban sus amigos, los Cooper e incluso los Jones, que llegaron de sorpresa y sin avisar.

Betty se sentía cada vez más agradecida por los amigos y la familia que tenía, que ya amaban mucho a su bebé también. Entonces se dedicaron a admirarla mientras la pequeñita se mantenía en los brazos de la ojiverde. Pocos se atrevieron a sostenerla en brazos, tenían miedo porque la bebé era demasiado pequeña.

Rato después todos dejaron a la pareja solo con sus padres y estos se dedicaron a sostener y a admirar a su nieta.

—Soy abuelo...— Murmuró Fp, con la pequeña en sus brazos, emocionado. —Soy abuelo... ¿Pueden creerlo? Soy abuelo—

—Somos abuelos— Lo corrigió Hall, acercándose para mirar a su nieta en brazos de Fp. —Y es la nietecita más linda—

—Gracias por hacerme tía por fin, hermanito— Le dijo JB, abrazándolo para luego acercarse a su padre. —Papá... ¿Puedo cargarla?—

—Con mucho cuidado hija— Pidió Fp, dejando a su nieta en brazos de su hija.

JB sonrió, tomando a la pequeñita en brazos. —Estábamos muy asustados contigo pequeña traviesa. Cuando seas grande vas a ir de compras conmigo y conoceremos chicos lindos—

—Jellybean...— La llamó Jughead, en advertencia. —El único hombre en su vida voy a ser yo, también sus abuelos, sus tíos y después nadie mas—

—Juggie... ¿Apenas nace la bebé y ya estás celoso?— Preguntó Betty con diversión.

—Ay linda déjalo. ¿Recuerdas cómo era tu papá contigo desde que cumpliste doce?— Le preguntó Alice.

Hall se encogió de hombros. —Apoyo a mi yerno. Le dije que en cuanto tuviera una hija me iba a entender—

Más tarde, Jughead y su suegro ayudaron a Betty a subir las escaleras para que fuera a su habitación a descansar y a alimentar a su pequeña. Los Cooper y los Jones iban a estar ahí unos días para ayudar a la pareja de padres primerizos en lo que hiciera falta.

Betty estaba en la privacidad de su habitación, sobre la cama, con su bebé al lado y la admiraba con una sonrisa.

Al verla tan pequeña y tan frágil, teniéndola por fin con ella supo que tanto dolor sí valió y seguía valiendo la pena.

—Hola hermosas— Saludó Jughead, entrando a la habitación con una bandeja que tenía fruta y un vaso de jugo de fresas. —Amor, espero que tengas hambre—

Betty suspiró. —No... Me duele hasta la respiración— Confesó.

—Tómate los antibióticos para que no te duela más, anda, yo me encargo de ésta pequeña— Pidió Jughead, tendiéndole la bandeja.

Betty suspiró, tomando la bandeja y sentándose sobre la cama con mucho cuidado. —Lo intentaré—

Jughead se sentó al borde de la cama y tomó con muchísimo cuidado a su hija en brazos, sonriendo. —Hola bebita. Papi no ha tenido mucha oportunidad de sostenerte, pero quiero que sepas que estoy orgulloso, eres toda una guerrera, igual que mami— Miró a Betty.

Betty lo miró con una pequeña sonrisa mientras intentaba alimentarse y Jughead estaba embobado con su pequeña hija, totalmente enamorado de su creación con su novia.

—Betts... Mira, está queriendo abrir los ojos, eso creo— Avisó Jughead, acercando a la bebé a su novia.

Betty la miró mientras se tomaba su jugo de fresas y sonrió. —Mi bebé... ¿De que color tiene los ojitos?—

—Es difícil saberlo, está muy pequeña— Contestó Jughead, sin parar de mirar a su hija. —Pero creo que serán como los de papá—

—¿Qué?— Preguntó Betty, mirándolo mal. —Ya tengo suficiente con que tenga tu cabello y tu nariz. Qué al menos tenga mis ojos—

—Tenias que no odiarme durante el embarazo mi amor— Dijo Jughead, acercándose a besar su mejilla cuando el débil llanto de la niña los separó. —Valla... Se puso de malhumor, parece que no quiere que le dé besos a su mamá—

—Es hambre, genio— Aclaró Betty, dejando la bandeja ya vacía a un lado. —Dámela, voy a darle pecho—

—Aliméntate bien mi princesa, así vas a ponerte fuerte— Le dijo Jughead a su bebé, dejando un delicado beso en su frente para entonces dejársela a Betty.

Jughead fué a la cocina a dejar la bandeja y los platos que usó su novia y en el camino hacia las escaleras se encontró con Sweet pea.

—¿Hicieron lo que pedí?— Preguntó Jughead.

—Todos estos días que tú y Betty estuvieron sufriendo en el hospital, él también estuvo sufriendo, mucho— Aseguró. —Reggie le cortó los dedos de uno de sus pies, ojalá lo hubieras escuchado gritando—

Jughead sonrió con superioridad. —Que sufra, que sufra tanto que desee morirse. Gracias al cielo Betty y mi hija están aquí conmigo. Pero lo que hizo le saldrá caro, lo juro—

—¿Lo vas a matar tu mismo?— Le preguntó Sweet pea.

—Si lo mato le estaría haciendo un favor. Yo les aviso cuando valla, por ahora estoy un poco ocupado, ya sabes—

Sweet pea sonrió. —Descuida, entiendo. Un beso a mi sobrina de mi parte—

Jughead sonrió. —Está bien, hasta luego—

Tras despedirse de Sweet pea, Jughead subió las escaleras y cuando volvió a entrar a la habitación, Betty estaba casi dormida mientras aún le daba el pecho a su bebé.

—Nena, no te duermas— Pidió Jughead, acercándose y sentandose al borde de la cama a su lado. —Cuando la bebé deje de tomar leche puedes dormirte, tranquila—

—Primero quiero tomar una ducha— Contestó Betty, frotándose un ojo.

—Está bien, yo me encargo de la bebé— Se ofreció.














Al Brett nomás no lo mata el Jug porque está ocupado 👶🏻❤️🥴

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Al Brett nomás no lo mata el Jug porque está ocupado 👶🏻❤️🥴




Samy ❤️

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