¿Qué pasó en todo ese tiempo? Mejor empecemos con la pequeña y dulce Betty.
En California, Betty empezó el último año de secundaria y terminó graduándose con honores, siendo la mejor estudiante de todo ese instituto.
Al terminar la secundaria fue aceptada en la universidad del mismo California, por lo que permaneció con sus padres hasta que se graduó de la carrera de arquitectura, especializándose en la elaboración de planos de construcciones diversas.
Se graduó de la universidad con honores, excelentes calificaciones porque aunque nadie lo supiera esa era su carrera soñada y lo había hecho por el.
Porque eso era lo que él quería.
Entonces vamos con nuestro chico malo; Jughead no fue un chico malo cuando Betty se fue, porque la extrañó demasiado y su despedida con ella lo había afectado más de lo esperado.
Al cortar cualquier tipo de comunicación con ella, no volver a saber nada más de ella fue como una daga en el pecho para el. No dormía, empezó a tomar más alcohol de lo normal a un punto en el que llegaba a quedarse casi inconsciente.
Siempre estaba de mal humor, siempre era más frío de lo que ya normalmente era con todos y hasta su humor negro había desaparecido.
Y estuvo así durante casi un año a pesar de que sus amigos intentaron levantarle el ánimo hasta que por fin se redimió.
Volvió a ser el y más feroz que nunca en sus negocios, sus trabajos sangrientos, en ser el dueño único y absoluto del pueblo de Riverdale y acabar con cualquiera que quisiese interponerse en su camino.
Sí, muchas cosas pasaron esos cinco años, ya ninguno de los dos eran los mismos, pero cosas aún más grandes estaban a punto de pasar.
En el pueblo de Riverdale, ya casi nadie le llamaba pueblo; Había tenido un desarrollo monstruoso, pero todo eso era lo que se podía ver de manera superficial.
Porque en verdad, lo que se movía en Riverdale era más turbio de lo que todos podrían imaginar. El narcotráfico reinaba allí, pero Jughead era el dueño de ese negocio, así como de un par de negocios multimillonarios más.
Por eso, si alguien se metía en sus "negocios" él simplemente acababa con ellos como mejor lo sabía hacer.
Pero en ésta ocasión, Jughead quedó de juntarse con sus amigos en una fiesta de apertura en un gran hotel nuevo y muy lujoso, enorme.
Simplemente irían a investigar si sus supuestos nuevos enemigos realmente tramaban meterse con ellos.
Todos los del equipo ya estaban ahí, menos Jughead, que aún no había llegado. La fiesta tenía música clásica en vivo, comida y bebidas alcohólicas y no alcohólicas a montones, un enorme escenario, flores de todo tipo y color y sobre todo mucho, mucho lujo.
—¿Por qué Jughead aún no llega?— Preguntó Toni, mirando su reloj y rodando los ojos.
—Descuiden, ya va a llegar— Aseguró Sweet pea.
—A ti nadie te está hablando Sweet pea— Lo calló Cheryl.
—Oigan... Vamos a calmarnos— Pidió Fangs.
—Uh Fangs... ¿Ahora eres el mediador aquí?— Le preguntó Reggie con diversión.
—Shhh... Silencio, me está llamando— Avisó Cheryl, levantando su celular con una llamada de Jughead en la pantalla.
¿Dónde estaba Jughead realmente? Iba manejando su auto deportivo tranquilamente cuando llamó a Cheryl y ésta tomó la llamada de inmediato.
En la llamada...
—Cheryl... ¿Que hay? ¿Por qué tanto escándalo?— Preguntó el ojiazul, usando la pantalla del auto para hablar en la llamada.
—Pitufo insufrible... ¿Acaso no piensas llegar?— Le preguntó.
—Ya voy en camino Cher— Aseguró Jughead con mucha calma. —De hecho, me estoy estacionando en el parqueo del hotel justo ahora. Nos vemos allá—
Fin de la llamada.
Él no esperó que Cheryl hablara con la única intención de hacerla enojar y cuando estacionó su auto, salí del mismo y entró al hotel como dueño y señor de todo.
Porque él se sentía invencible, único, una especie de dios griego al que nadie podía tocar.
Supo de inmediato en dónde estaban sus amigos y cuando se les acercó, estos se le quedaron mirando, especialmente Cheryl.
—Grandísimo infeliz idiota... Hasta que te da la maldita gana de llegar a la maldita fiesta— Se quejó la pelirroja, cruzando los brazos.
Jughead se acercó a ella con una sonrisa cínica. —Yo también te quiero Cher— Miró a los demás. —Entonces... ¿No han visto nada raro?—
—No, no hemos visto al señor Victorino en ningún lado— Negó Toni.
—Ni a su gente— Agregó Fangs.
Jughead apretó el puño, molesto. —Maldición... Vamos a buscar en todas partes, yo estaba seguro de que él iba a estar aquí vendiendo esos "dulces"— Dijo, haciendo comillas con los dedos.
—Vamos a dividirnos— Dijo Toni. —Reggie, Fangs... A los baños de hombre, Cheryl y yo a los de mujeres. Sweet pea y Jughead permanecen en el centro de la fiesta y Marc y los demás muchachos revisan las habitaciones, hay que estar bien atentos—
Reggie soltó una risa y miró a la morena. —¿Desde cuándo tu das órdenes?—
—Preguntale a Jughead— Respondió Toni con una sonrisa de superioridad.
Jughead se encogió de hombros. —Las mujeres son más organizadas, a trabajar—
Tal y como los dividió Toni, todos empezaron a buscar por todo el hotel alguna señal del objetivo de esa noche, pero no había absolutamente nada, todo estaba normal.
Entonces volvieron a reunirse en el centro de la fiesta sin resultados.
—No está aquí— Aseguró Toni. —Buscamos en todas partes además de las áreas que nos tocaron—
—Y no hay señales de alguna venta ilegal, definitivamente no está aquí— Reafirmó Sweet pea.
Jughead suspiró. —Pero si de algo estoy seguro, es que él está en Riverdale y hay que cazarlo antes de que nos caze a nosotros—
—Atencion todos— Habló el dueño del hotel, con el micrófono en el escenario. —Les agradezco a todos por estar aquí ésta noche en la gran apertura de este maravilloso hotel que en primer lugar fue construido gracias a una persona a la que realmente le quiero agradecer infinitamente por el modelo tan asombroso de ésta infraestructura—
Sweet pea soltó una risa. —Como si a alguien le importara— Los demás lo miraron mal y él se encogió de hombros. —¿Qué?—
—Elizabeth Cooper— La mencionó el señor sobre el escenario. —Suba aquí por favor—
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