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Algo muy malo estaba pasando. Cuando llegaron al hospital, él la cargó para llevarla a emergencias de inmediato, en dónde la recibieron y la hospitalizaron de inmediato mientras un novio y futuro papá sentía que estaba pasando por el peor momento de su vida.

Había pasado ya tanto tiempo que Jughead estaba perdiendo la cuenta y también la cabeza, eso fue hasta que llegaron Cheryl, Toni y Verónica, preocupadas.

—Jughead... Ya supimos lo que pasó— Dijo Cheryl, preocupada.

—Nos dijeron en la mansión— Explicó Toni.

—Pero... ¿Qué le pasa? ¿Parto prematuro? No tiene los nueve meses todavía— Habló Verónica con preocupación.

Jughead suspiró, nervioso, pasándose una mano sobre el cabello. —Es que no lo sé. La llevé a la empresa y cuando volvimos de la nada empezó a sentirse mal, la traje de inmediato pero ya han pasado como dos horas y no me han dicho nada de ella. Siento que estoy por perder la cabeza. Si algo llega a pasarles yo... Yo no lo voy a resistir—

—Jug relájate, eso no tiene por qué pasar— Contestó Verónica.

—Betty es fuerte, no pensemos lo peor— Pidió Toni.

—Vago cálmate— Pidió Cheryl, viéndolo dar vueltas de un lado a otro en el pasillo.

—¡No, no me voy a calmar, la vida de mi novia y mi hija está en peligro!—Exclamó Jughead, con los ojos cristalizados, desesperado. —¿¡Por qué nadie viene a decirme nada!? ¿¡Por qué!?—

—Jughead cálmate ya, enserio— Sugirió Cheryl, abrazándolo con fuerza. —Tambien estamos preocupados Jughead, pero no ganarás nada poniéndote así—

—¿Pareja de Elizabeth Cooper?— Preguntó la doctora, saliendo al pasillo.

—Doc, doc... Soy yo, soy su novio— Se anunció Jughead, corriendo a ella y mirándola, asustado y ansioso. —Y ellas son mis amigas, también son amigas de mi novia—

—Estamos muy preocupados por Betty y nuestra sobrina— Expresó Cheryl.

La doctora asintió. —Por ahora solo lo necesito a él para pasarle una información, luego tendrán novedades—

Las chicas estuvieron de acuerdo y Jughead se apartó con la doctora para hablar con ella.

—Elizabeth sufrió una intoxicación por sobredosis de anticonvulsivantes— Dijo la doctora. —Son medicamentos utilizados para tratar las convulsiones—

Jughead la miró, procesándolo. —¿Qué? Pero ella no estaba tomando nada además de las vitaminas que usted misma le indicó—

—¿Cree que las haya consumido sin querer?— Preguntó la doctora.

Entonces la ira lo inundó cuando recordó aquella malteada que Brett le había regalado a Betty, estaba casi seguro de que él la había intoxicado a propósito.

—Existe la posibilidad— Dijo Jughead, tomando una profunda respiración para manejar su ira. —Pero... ¿Cómo está ella? ¿Y mi bebé está bien?—

La doctora suspiró. —Sobre eso le quiero hablar. Tras semejante intoxicación, la bebé ya no está recibiendo lo que necesita a través de la placenta. Si no nace ahora, no va a sobrevivir dentro de su madre en las semanas restantes—

—Entonces... ¿Mi bebé ya va a nacer?— Preguntó Jughead, nervioso y asustado. —Es muy pronto, apenas sí tiene ocho meses—

—Lo se, señor Jones. Pero si no nace ahora no va a sobrevivir. No nos queda otra opción que practicarle una cesárea a Elizabeth para que nazca la niña o tanto ella como su hija están en riesgo de perder la vida— Explicó la doctora.

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