Betty estaba en la empresa, finalizando una reunión. Ya casi era de noche y apenas a esa hora iba saliendo.
—Ya saben, nos vemos el lunes— Avisó la ojiverde con una sonrisa.
—Hasta pronto señorita, un saludo a la niña de nuestra parte— Pidió una secretaria.
—Está bien, adiós— Se despidió Betty con una sonrisa.
Tras despedirse, Betty salió del salón de conferencias, subió al ascensor, bajó al primer piso y salió del edificio cuando se encontró con un hombre alto, apuesto, de ojos cafés, cabello negro peinado hacia atrás y amarrado en una cola de caballo y una bonita y barba de candado.
—Elizabeth Jones...— Dijo el hombre, haciéndole una reverencia. —He oído maravillas sobre usted, señorita—
Betty sonrió levemente, un tanto confundida. —Disculpe... ¿Le conozco caballero?—
—Oh, pero que mala educación la mia— Dijo el hombre, estrechando su mano con la de Betty. —Soy Marco Guzmán, mucho gusto—
—Es un placer, Marco— Contestó Betty. —Me quedó más que claro que no hace falta que yo me presente—
—Pues claro que no. Debo decir que usted posee una belleza exagerada, más de lo que me describieron— Admitió Marco.
Betty sonrió levemente. —Gracias. Entonces usted es... ¿Es de la nueva comisión proveniente de Francia?—
—Así es— Contestó. —Nos vamos a ver con frecuencia señorita—
Betty asintió. —Me parece que si. Entonces... Nos vemos luego Marco, fue un placer—
—El placer es todo mío bella Elizabeth, hasta el lunes— Se despidió el hombre.
Betty subió al auto y justo cuando lo iba a encender, vió una figura que le resultó muy conocida.
Vió a un hombre que estaba encapuchado, pero que su abrigo tenía un logo que ella conocía muy bien.
Las iniciales de su esposo.
Ella inmediatamente intuyó lo que estaba pasando, por lo que bajó del auto y fue directo a dónde estaba aquel encapuchado.
Éste quiso huir, se largó a correr, pero Betty ya sabía quién era.
—¡Franky alto, ya sé que eres tu!— Le gritó Betty, deteniéndose.
El hombre se detuvo en seco y suspiró, girándose a mirar a Betty. —Señorita... No es lo que...
—Jughead te envió para que me espiaras... ¿Verdad?— Preguntó, firme.
—Usted es muy lista, ya me descubrió— Admitió Franky. —No se enoje conmigo, solo estoy haciendo mi trabajo—
—Descuida, el problema lo tengo con mi esposo— Aseguró Betty. —Tu quédate tranquilo, hasta luego—
—Hasta luego señorita— Contestó.
Betty subió a su auto nuevamente, lo encendió y primero fue a comprar una pizza para regresar a casa.
Pero su esposo estaba en problemas, ella no iba a dejar eso así.
Al llegar, la mansión estaba en total silencio y Betty bajó del auto, entró, dejó la caja con pizza en la cocina y empezó a buscar en la sala.
—Hija... Jughead...— Los llamó, mirando a su alrededor. —Luna... ¿Estás por ahí amor?—
Quien respondió fue el gatito, saliendo al encuentro de Betty. La ojiverde lo tomó en sus brazos con una sonrisa.
—¿Dónde están mi hija y mi esposo mi amor?— Le preguntó Betty al minino, empezando a subir las escaleras con él en sus brazos.
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PROHIBITED
FanfictionJughead Jones, un millonario frío, orgulloso y sin sentimientos que un día podría correr peligro... De enamorarse y enfrentar un romance prohibido.