Llegó un nuevo día y Betty y Jughead se sintieron los seres más afortunados del mundo al despertar abrazados uno con el otro bajo las cobijas, viendo la leve claridad entrar por la ventanilla.
Sintieron como el otro despertaba y entonces se miraron a los ojos con una sonrisa.
—Buenos días— Murmuró Jughead, acariciando su cabello desordenado sin parar de mirarla. —¿Cómo haces para verte tan hermosa desde temprano?—
Betty sonrió, sonrojada. —No digas eso, me veo terrible pero gracias, Jughead. Te amo—
—Y yo a ti amor— Respondió el ojiazul, dejando un beso en su frente. —¿Nos levantamos?—
—Tenemos dos hijos y entre ellos hay un bebé que podría despertar en cualquier momento y nuestra hija que tiene que ir al colegio. Hay que levantarnos— Aseguró la ojiverde con diversión.
Jughead soltó una pequeña risa y se sentó sobre la cama. —¿Nos bañamos juntos?—
Betty asintió, sentándose sobre la cama también. —Pero no haremos nada—
—¿Ni un rapidín?— Preguntó Jughead.
—Ni un rapidín— Advirtió Betty.
Betty le advirtió, pero la historia fue totalmente diferente cuando estuvieron solos en el baño, metidos en la bañera, totalmente desnudos.
—Ay Jug... Sí... Sí... Más...—Gimió la ojiverde, cerrando los ojos con fuerza y al borde del orgasmo.
—No quiero escuchar nada más que tus gemidos preciosa...— Gruñó el ojiazul, mordiendo levemente el cuello de su esposa y penetrándola con más violencia.
Ella casi gritó mientras su esposo la golpeaba, ambos metidos en la ducha con agua tibia, salpicando con cada estocada que él le daba a su mujer hasta que obtuvo su orgasmo y su esposo llegó con ella, corriendose.
Al salir de la ducha y vestirse con el mejor humor del mundo después de ese mañanero, Betty y Jughead estaban en la cocina mientras Jughead servía el desayuno.
Betty lo abrazó por detrás, el sonrió, se giró para quedar frente a ella y la atrapó en un abrazo que se transformó en un dulce beso. Luego se juntaron en la mesa para desayunar pan con mantequilla, fruta y café con leche y entonces el monitor del bebé empezó a emitir el quejido del pequeño.
—El deber llama, mi bebé me necesita— Dijo Betty, poniéndose de pie.
—No amor, yo voy por él— Se ofreció Jughead, poniéndose de pie frente a ella y besando sus labios con dulzura. —Tu ve a despertar a nuestra niña—
Betty asintió y fue a la habitación de Luna mientras Jughead iba a la habitación del bebé, encontrándolo a punto de llorar en su cuna.
—Shh... Ya hijo, estoy aquí— Avisó Jughead con una sonrisa, tomando al bebé en sus brazos y alzandolo. —Buenos días campeón. Me parece que necesitas un cambio de pañal—
El bebé sonrió, contento de ver a su papá y Jughead le dió un pequeño baño a su hijo, le puso los pañales, lo vistió con un mameluco azul cielo con dinosaurios y cuando bajó al primer piso y llegó a la mesa, Luna ya se encontraba desayunando con su madre.
Pero la nena no se veía muy animada.
—Buenos días familia— Saludó Jughead, acercándose a besar la mejilla de su hija. —Hola mi princesa. ¿Qué tienes mi amor? ¿Por qué tan callada?—
Luna miró a su papá, preocupada. —Es que soñé que un monstruo me atrapaba y tengo miedo papi—
—Ay amor... Ya te dije que papi y yo no vamos a dejar que nada malo te pase— Aseguró Betty, acariciando el cabello de la niña.
—Si amor, papi te protege— Dijo Jughead, acercándose a besar su cabeza. —¿Ya le diste un besito a papi y a tu hermanito?—
Luna sonrió, besando la mejilla de su padre y luego la del bebé. —Te amo papito. A ti también hermanito bebé—
—Dame— Exigió Betty, tomando al bebé de los brazos de Jughead y llenándolo de besos. —Mi dulce principe hermoso...
—Estoy celoso— Bromeó Jughead con diversión.
Después del desayuno, Betty y Jughead fueron a llevar a su pequeña al colegio. Allá Jughead bajó del auto solo para darle a su hija un abrazo fuerte antes de dejarla ir por un par de horas.
Y es que ellos tenían una conexión que sólo ellos entendían, una conexión única y especial de un padre y una hija.
—Mi niña hermosa... Anda, papi te ama demasiado— Aseguró Jughead, dejando varios besos en su carita.
Luna soltó una risa. —Papi ya, nos vamos a ver cuando salga de la escuela—
Jughead suspiró. —Si... Hasta pronto bebé—
—Hasta luego papito— Se despidió la pequeña, dándole la espalda y caminando hacia la escuela.
Jughead la observó mientras se iba al colegio y es que amaba a esa niña con cada parte de su ser. Después de todo era su sangre, su hija.
Betty tocó el claxon del auto desde el asiento del conductor. —Ya vámonos guapo, tenemos una reunión pendiente—
—Ya voy preciosa— Avisó Jughead, retirándose hacia su auto nuevamente.
Betty fue quien condujo de regreso a la mansión, pero lo que tenían pendiente era una reunión en la misma mansión con los chicos para hablar sobre los cambios en la seguridad.
—Tenemos un pequeño robot volador con forma de ave que graba todo, tenemos de esos robots ubicados en el colegio de Luna y en el trabajo de Betty— Explicó Sweet pea, con las imágenes de los robots en la pantalla.
—Y hay muchos guardias cuidando a la niña y que cuidarán de Betty en todo momento— Aseguró Fangs.
—Hasta Caramelo estaría protegido si saliera— Dijo Toni, con el minino en sus brazos.
Jughead asintió. —Tambien veo que el sistema de seguridad de la mansión está mil veces más protegido. Felicidades chicos—
—Son el mejor equipo— Dijo Betty con una sonrisa, mirando a su alrededor. —Oigan... ¿Quien tiene a mi bebé?—
—La mejor tía del mundo— Presumió Cheryl, acercándose con el bebé en brazos. —Ahora éste hermoso príncipe me pertenece—
Jughead soltó una risa. —Pobre de mi hijo. Preciosa... Ven aquí— Le pidió a su esposa, tomando su mano.
Betty lo miró. —¿Qué pasa?—
—Sigueme mientras nuestro hijo está con sus tíos...— Murmuró el ojiazul contra su oído.
Capitulos finales y mucho caos 👀
Amores ya escribí el final de la historia y también el capítulo extra, comenten para editar el final y que sean mencionad@s 😘
Otra cosa... Sé que siempre lo digo pero puede que me retire un poquito de ésta plataforma, tengo ideas Pero no las he puesto en orden y necesito un tiempo para organizarme.
Cualquier otra cosa la estaré informando por aquí, les amo mucho ❤️
Samy ❤️
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PROHIBITED
FanfictionJughead Jones, un millonario frío, orgulloso y sin sentimientos que un día podría correr peligro... De enamorarse y enfrentar un romance prohibido.