Brett suspiró, viéndola irse. —Hoy, mañana o cuando sea, pero vas a ser mía Elizabeth—
Betty no escuchó lo que Brett dijo y tampoco le importó; Simplemente salió del edificio, pero encontró una sorpresa que definitivamente no esperaba.
Era Jughead, frente a ella con un ramo de tulipanes amarillos en mano y una sonrisa. —Betts... Hola—
Betty sonrió, sin saber qué decir. —Hola Juggie. Yo... ¿Qué haces aquí?—
—Vine a verte, a entregarte este ramo de flores e invitarte a salir de aquí— Respondió el ojiazul, tendiéndole las flores.
Betty tomó el ramo de flores con una sonrisa y se acercó a besar su mejilla. —Jug... Esto es muy lindo, gracias. ¿A dónde quieres invitarme a salir?—
—Te tengo una sorpresa en mi mansión— Contestó, mirandola a los ojos. —Preparé algo para ti. ¿Quieres ir conmigo a la mansión?—
Betty sonrió y asintió. —No podría decir que no. Pero... No recuerdo en dónde está tu mansión—
—No tienes que recordarlo porque yo te llevo, sígueme— Pidió, tomando su mano.
Betty tomó la mano del ojiazul y éste la guió hasta su auto deportivo negro, el cuál abrió las puertas por si solo, Betty entró al asiento del copiloto y Jughead al asiento del conductor.
Mientras Jughead iba conduciendo, Betty miraba por la ventanilla, encantada.
—Este pueblo es tan lindo... Te juro que me enamoré desde que empecé a conocerlo— Admitió la ojiverde con una sonrisa.
Jughead la miró de reojo y sonrió por lo plena y contenta que se veía. —Algo me dice que este pueblo también te extrañó a ti, Betts—
Betty lo miró, sonrojada y el recorrido continuó hasta que por fin llegaron; esa enorme puerta se abrió y una ráfaga de recuerdos inundó a Betty de tal manera que no sabía cómo procesar tantos recuerdos y emociones que ese lugar le traía.
Finalmente, Jughead estacionó el auto frente a la fuente de la mansión, pero antes miró a Betty.
Sus mejillas ya estaban llenas de lágrimas y eso lo preocupó, haciendo que él tomara su mano y la besara para llamar su atención.
—Betts...— La llamó, mirándola atentamente. —¿Qué tienes?—
Betty negó, limpiándose las lágrimas. —Nada... Es solo que... Estoy teniendo tantos recuerdos en este momento que no sé cómo... No sé cómo procesar todo esto—
Jughead posó una mano en su mejilla y limpió algunas de sus lágrimas. —Lo entiendo. Viviste muchas cosas aquí y puede ser un poquito abrumador, pero aquí estoy. Y si en algún momento no te sientes cómoda y quieres irte yo...
—No— Se negó Betty, mirándolo. —Quiero ver la sorpresa. Invertiste tiempo y dedicación a eso y no es justo que sea en vano—
—¿Estás segura preciosa?— Le preguntó Jughead.
Betty asintió. —Muy segura—
Jughead besó su mano una última vez y entonces las puertas del auto se abrieron para que ambos pudiesen salir.
Al salir del auto, Jughead tomó la mano de Betty y esta le regaló una pequeña sonrisa mientras el chico la guiaba a la parte trasera del jardín.
A pesar de estar viendo que todo a su alrededor estaba exactamente igual a como estaba cuando se fue, vió un camino hecho de pétalos de rosas rojas, que era por dónde la estaba guiando Jughead.
—¿Qué es esto?— Preguntó Betty mientras seguía el camino de rosas.
—Sigue caminando y lo descubrirás— Aseguró Jughead, sin soltar su mano.
Cuando el camino de pétalos de rosas terminó, Betty no podía creer lo que estaba viendo; Era una especie de "cena romántica".
Una mesa mediana con dos bandejas tapadas, dos platos con canelones y papas a la francesa, dos copas, una botella de vino y cuatro pequeñas velas.
Habían luces colgadas que resaltaban ese toque romántico y algunos globos rojos, entre los cuales había uno grande que decía "Bienvenida".
Betty procesó todo lo que estaba viendo y luego miró a Jughead. —¿Qué es todo esto Jug?—
—Digamos que es tu bienvenida formal al pueblo de Riverdale— Contestó, con una sonrisa.
Betty no dijo nada por un momento y solo lo abrazó con fuerza y besó su mejilla. —No tengo ni tendré palabras para agradecer todo esto Juggie—
Jughead besó su cabeza aún entre el abrazo y luego se separó. —Te juro que lo hice con todo el amor y dedicación del mundo. Ahora vamos a cenar—
Jughead la guió a la mesa, la ayudó a tomar su asiento y entonces empezaron a probar los canelones rellenos.
—Mmmm no tengo palabras para describir lo deliciosos que están estos canelones, me encantan— Aseguró la ojiverde, llevándose otro pedazo de canelón a la boca.
Jughead sonrió. —Todo esto está cien por ciento hecho por mi—
Betty lo miró con los ojos abiertos como platos. —Wow Jug... Sabía que cocinabas pero no que lo hacías tan bien—
—Me parece que hay bastantes cosas que aún no sabes de mi, Betty Cooper— Aseguró Jughead mientras comía sus papas a la francesa. —El postre también lo hice yo—
El postre fue un pastel de tres leches en forma de corazón, uno pequeño, solo para ellos dos.
—El pastel también estuvo rico, me encantó— Admitió Betty mientras se tomaba un trago de vino. —Eres un increíble cocinero. Es que solo recordaba la sopa que me hiciste cuando me enfermé—
Jughead soltó una risa. —Te juro que después de que te fuiste extrañé no tener a quien regañar—
Betty rió. —Te comportabas peor que mi padre. Juggie... ¿Por qué eras tan duro conmigo y después cambiaste?—
Jughead suspiró, bajando la mirada. —No lo sé, te juro que no lo sé. Es que me cuesta demasiado sentir afecto por alguien. Eso era lo que sentía por ti y simplemente no sabía cómo manejarlo—
—¿Sentías afecto por mi o aún lo sientes?— Preguntó la ojiverde, mirándolo fijamente.
Jughead tomó las manos de la rubia por encima de la mesa. —Aun lo siento Betty. Eres demasiado importante para mí. Tanto que cuando te fuiste me sentí destruido aunque sabía que estarías bien—
—¿De verdad?— Preguntó Betty, con ilusión en su mirada.
Jughead asintió y le sonrió. —Pero te tengo aquí conmigo y ahora todo es diferente—
Algo me dice que vamos muy bien ❤️Paciencia para otro capítulo, son las 12:20am y sigo en la chamba 🥲🥲 voy a dormir tres días enteros
Samy ❤️
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PROHIBITED
FanfictionJughead Jones, un millonario frío, orgulloso y sin sentimientos que un día podría correr peligro... De enamorarse y enfrentar un romance prohibido.