Jughead había ido al Pop's y se reunió con su amigo Archie, pero mientras éstos conversaban, en realidad Jughead no prestaba nada de atención.
Su matrimonio se estaba derrumbando y para él eso era inevitable.
—Entonces no es lo mismo porque Verónica y yo tenemos ahora dos hijos. La pequeña es más traviesa, creo que tiene el carácter de Verónica— Opinó Archie, mirando a Jughead mientras éste estaba distraído. —Jughead... ¿Estás bien?—
Jughead suspiró, jugando con su vaso de malteada. —No lo sé. Simplemente no lo sé, últimamente parece que nada tiene sentido. Creo que lo único que me mantiene cuerdo es mi bebita—
Archie sonrió. —Te entiendo. Tengo dos, tengo al pequeño Freddy y a Camila, que ya tiene dos añitos, pero ahora se lo que se siente tener un príncipe y una princesa, pero también una reina—
Jughead bajó la mirada cuando recordó que para él Betty era y seguía siendo una reina y su hijita una princesa, pero ese reinado de amor estaba a punto de terminar.
—¿Me vas a contar qué te pasa?— Le preguntó Archie, preocupado.
Jughead tomó aire. —Mi matrimonio está en peligro, ya no sé que hacer. No sé que pasará con nosotros, con nuestra hija... Archie yo la amo, no quiero perderla, es la mujer de mi vida—
Archie lo miró, atónito. —Valla... Yo... No sabía nada de eso. Escucha... Mi esposa y yo también tenemos problemas y no quiero comparar. Pero creo que lo que me estás diciendo a mi debes decírselo a ella—
—¿Tu crees que eso funcione?— Preguntó Jughead, tomando de su malteada, nervioso. —Temo perderla. ¿Qué me asegura que aún no es demasiado tarde?—
—Amigo... La mayoría de las relaciones terminan cuando no existe comunicación entre las parejas. La falta de comprensión, comunicación, respeto... Él no hablar las cosas a tiempo y con amor destruyen cualquier relación. ¿Entiendes?— Preguntó.
Jughead hizo un silencio y luego asintió, mirando al pelirrojo. —Eres la persona más sensata que conozco Archie. Lo voy a intentar, ella lo vale—
—Hey, cuidado. Ella es mi amiga y más vale que no lo arruines— Advirtió Archie.
Jughead asintió, poniéndose de pie y dejando varias palmadas en la espalda del pelirrojo. —Descuida, trataré de hacer bien las cosas—
Tras esas palabras, Jughead salió rápidamente del Pop's, se despidió de Archie y subió a su auto para ir rápidamente a la mansión, en dónde se suponía que aún estaba su esposa.
O eso él creía.
Al llegar a la mansión, notó que todos los empleados estaban muy inquietos y que había mucha tensión, obviamente algo había pasado.
Jughead bajó de su auto y se acercó a una de sus amas de llaves. —Lucianita... ¿Qué está pasando? ¿Por qué tanto alboroto?—
La señora dió un pequeño salto del susto y lo miró. —Señor Jones... Hola. Yo... No lo sé. No creo ser la persona indicada para decirle...
Jughead la miró con confusión y temor a la vez. —Luciana... ¿Dónde está mi esposa?—
—Señor Jones... Elizabeth se fue— Contestó la mayor, bajando la mirada.
Jughead soltó una risa. —Claro, tiene que irse al trabajo y así—
—No señor, me parece que se fue... De verdad— Aseguró la mayor.
Jughead alzó una ceja. —¿Qué? Espera... Lo investigaré por mi mismo— Avisó, retirándose.
Jughead entró a la mansión y aún ahí adentro estaba el alboroto. Él miró a su alrededor, pero no vió nada.
Se acercó a uno de sus cocineros y lo miró fijamente. —¿Dónde está mi mujer?— Preguntó.
—Señor.... Elizabeth se fue— Respondió.
Jughead suspiró, preocupado. —De acuerdo, ya varias personas me han dicho lo mismo y estoy empezando a preocuparme. La buscaré en nuestra habitación antes de suponer cosas...
Eso hizo, fue a su habitación y lo que encontró no le gustó nada; Ninguna prenda de Betty estaba ahí, los cajones y el closet que tenía su ropa y zapatos estaban vacíos, todo.
Su corazón empezó a latir con fuerza y entonces Jughead fué a la habitación de su pequeña, pero ésta estaba vacía.
La habitación de Luna estaba vacía, no están su ropa, accesorios, zapatos, juguetes... Solo estaba su cama. Ni siquiera el gato estaba ahí y entonces Jughead supuso que tampoco estaba en la mansión.
No había mucho que hablar, evidentemente Betty se había ido, estaba hablando enserio cuando dijo que lo haría.
Jughead miró a su alrededor y no lo podía creer, pasó otra vez por la habitación que compartía con Betty, viéndola casi vacía porque ya las cosas de su mujer no estaban.
Su esposa se fue, se llevó a su pequeña, a su gato... Él no sabía cómo procesar aquello, no sabía que hacer.
Jughead finalmente tomó aire, bajó las escaleras y se encontró cara a cara con uno de sus guardias. —¿Por qué permitieron que mi esposa e hija se fueran? ¿A dónde se fueron?— Preguntó.
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Por otra parte, Betty estaba de regreso a su apartamento con su hija y su gato; Si, había tomado la decisión de irse de la mansión de su esposo y volver al apartamento con su hija y su mascota solamente.
Empezar de nuevo, pero no sola, con dos acompañantes.
No estaba dispuesta a quedarse un minuto más ahí. O más bien no estaba dispuesta a seguir en el mismo espacio que Jughead.
—Y éste es mi último peluche, ya terminé de poner todo— Dijo contenta la niña, colocando el peluche sobre su nueva cama.
Betty entró a la habitación con el gato en sus brazos y con una sonrisa. —Muy bien amor. Yo ya me organicé también, Pero tú me ganaste—
Luna sonrió, presumida. —Soy la mejor— Hizo un silencio. —Mami... ¿Y dónde está mi papá? ¿Va a venir?—
Betty se quedó inmóvil, callada y sin saber que responder a esa pregunta. La intención era vivir sin Jughead y ahora sentía que había cometido un error al tomar esa decisión sin decirle la verdad a la pequeña de antemano.
—Mami...— La llamó la menor, esperando una respuesta.
Betty suspiró, dejando al gato en el piso y mirando a su hija. —Bebé... Papi no va a...
—¡Betty!— La llamó Jughead, furioso, tocando la puerta con insistencia desde el exterior del apartamento. —¡Abre la puerta en éste instante y déjame ver a mi hija Betty!— Exigió.
Se pondrá feo el asunto 💀😳
Samy ❤️
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PROHIBITED
FanfictionJughead Jones, un millonario frío, orgulloso y sin sentimientos que un día podría correr peligro... De enamorarse y enfrentar un romance prohibido.