—Me encantaría que lo fuera, pero no— Negó Sweet pea, sacando su celular con su mano libre. —Jughead... Reinaldo volvió— Avisó.
Jughead sintió una presión en su pecho, su corazón acelerarse y su respiración alterarse. Hacía ya mucho tiempo que no sabía nada de aquella persona que tanto daño le hizo a él y que tanto daño le había hecho a su ahora esposa cuando ésta era solo una adolescente.
—Jughead...— Lo llamó Sweet pea, mirándolo. —Mira... Sé que estás en shock... Pero Reinaldo ha regresado y tengo pruebas— Aseguró, mostrando su celular.
Jughead tomó el celular de Sweet pea y pudo ver unas fotos de cámaras de seguridad y también unos videos en los que se podía ver a un hombre con otros hombres de traje detrás.
Era Reinaldo sin duda, solo que mucho más viejo e incluso con sus manos mutiladas, ya que sus dedos en las manos habían sido cortados por Reggie años atrás, antes de que Reinaldo escapara.
—No...— Negó Jughead, tembloroso, aún mirando aquellas fotos. —No, Sweet pea, no— Lo miró, devolviéndole el celular. —Ese tipo está loco. Le hicimos un montón de cosas y aún así escapó. ¿Te imaginas de lo que sería capaz? Si llega a tener acceso a mi o a mi familia nos destruirá sin pensarlo dos veces—
—Lo se Jughead, por eso te avisé— Aseguró Sweet pea, tomando su celular nuevamente. —Jughead... Tienes que colocar a los guardaespaldas a cuidar a Betty y a la niña. Si algo es seguro, es que este tipo está aquí en Riverdale y que no se quedará de brazos cruzados—
Jughead suspiró, tomando su celular rápidamente. —Tengo que buscar a Betty y a mi hija y mantenerlas a salvo—
Jughead hizo una rápida llamada, comunicándose con Reggie, quien era el cabecilla de todos los guardias y guardaespaldas que trabajaban para el ojiazul.
En la llamada...
—Hey viejo... ¿Que hay?— Preguntó Reggie.
—Reggie, no hay tiempo— Advirtió Jughead, desesperado. —Necesito que envíes diez guardaespaldas al colegio de mi hija y otros diez a vigilar a Betty. Están en peligro—
—Ya mismo— Aseguró Reggie, algo confundido. —Pero... ¿Ésto a qué se debe? ¿Qué ocurre?—
—Despues te explico— Contestó Jughead. —Si ven algo extraño me avisan—
—De acuerdo— Aceptó Reggie.
Fin de la llamada.
—Jughead cálmate o no te daré al bebé— Pidió Sweet pea, aún con el niño en su regazo.
—¿Tu estarías tranquilo sabiendo que tu familia probablemente corra grave peligro?— Preguntó Jughead, poniéndose de pie. —Dame a Oliver, iré por mi mujer y si es posible también por mi hija—
—Jughead ten cuidado— Advirtió Sweet pea, poniéndose de pie aún con el bebé en sus brazos. —Andas con un bebé—
—Lo se, tengo que ponerlos a salvo ya mismo— Aseguró Jughead, tomando en sus brazos a su hijo y saliendo rápidamente del Pop's.
Sweet pea lo siguió sigilosamente para asegurarse de que nadie lo estaba siguiendo y así fue hasta que el ojiazul llegó a la empresa de Betty, en dónde habían un montón de guardaespaldas escondidos, vigilando a la rubia.
Jughead bajó del auto con su hijo y entró al edificio, caminando directamente hacia el ascensor y dirigiéndose a la oficina de su mujer.
Betty trabajaba tranquilamente con su computadora, en su oficina cuando Jughead entró sin tocar con el bebé en brazos y ella lo miró, confundida y extrañada.
—Juggie... Qué sorpresa— Admitió Betty, mirándolo. —Aun me falta como media hora para salir de aquí. ¿Qué pasa?—
—Betty, vámonos ahora mismo— Exigió, demandante.
Betty alzó una ceja. —Jughead... ¿Qué pasa? Yo aún no termino. ¿No puedes...?—
—Betty ya después te explico, tenemos que irnos ahora, nuestros hijos están en peligro— Advirtió Jughead, desesperado. —Vámonos, tengo que ponerlos a salvo—
—Jughead será mejor que me expliques qué está pasando— Exigió Betty, poniéndose de pie y tomando al bebé en sus brazos.
—¡No tengo tiempo de explicarte nada, tenemos que irnos, tengo que poner también a nuestra hija a salvo!— Exclamó Jughead, tomando aire para calmarse. —Vámonos Betts, vámonos, te lo ruego—
Betty no dijo nada más y aunque tenía mil preguntas en su cabeza y estaba muy confundida, salió del edificio con su hijo de tres meses y con su esposo, ambos subiendo al auto y dejando al bebé en su asiento, atrás.
—Te juro que te explicaré lo que está pasando, pero antes debo poner a mi hija a salvo— Dijo Jughead, encendiendo el auto.
Betty no tenía palabras, pero justo en ese momento Jughead recibió una llamada de Fangs, la cuál no iba a ignorar.
En la llamada....
—Fangs... ¿Qué ocurre?— Preguntó Jughead, tenso.
—Jughead llévate a Luna en éste momento, están tras ella— Advirtió Fangs. —O yo puedo llevarla a casa yo. Lo importante es que esa niña no esté más en ese colegio, no está segura ni con todos los policías que están ahí—
—Ya voy de camino, asegúrense de que no le toquen ni un pelo a mi hija— Pidió Jughead.
Fin de la llamada.
Tras finalizar aquella llamada, Jughead pisó el acelerador y Betty lo miró, asustada.
—Jughead escuché que hablaban de mi hija— Dijo Betty, mirándolo. —Jug...
—Amor después te explico— Aseguró Jughead, tenso, conduciendo lo más rápido posible.
Llegaron al colegio de Luna en pocos minutos, Jughead dejó a su esposa y al bebé bajo el cuidado de Fangs y sus hombres y fue a buscar a su hija para sacarla lo más rápido posible del colegio.
Jughead corrió con ella en brazos hasta el auto, la ayudó a entrar a los asientos traseros y luego fue al asiento del conductor inmediatamente.
—Papi... ¿Por qué me sacaste del colegio tan temprano? Hoy íbamos a practicar natación— Se quejó la niña.
—En casa te explico bebé— Respondió Jughead, pisando el acelerador.
Jughead empezó a conducir lo más rápido que podía con una mujer y dos niños pequeños en un auto hasta que se escucharon disparos.
Empezaron a disparar contra su auto.
—¡Papi!— Gritó Luna, empezando a llorar y abrazando al bebé que también lloraba, ambos aterrados.
—¡Jughead nos están atacando!— Exclamó Betty, moviéndose a los asientos traseros para proteger a los niños mientras su esposo aún conducía.
Se pondrá todavía más grueso 💀
Samy ❤️
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PROHIBITED
FanfictionJughead Jones, un millonario frío, orgulloso y sin sentimientos que un día podría correr peligro... De enamorarse y enfrentar un romance prohibido.