En plena madrugada, después de unas dos horas de estar dando vueltas en la sala con su pequeña hija en brazos, por fin consiguió dormirla.
No sabía que hora era, pero el sol ya estaba saliendo. Entonces él subió las escaleras hasta llegar a la habitación y vió algo que le dió una paz indescriptible.
Betty por fin estaba dormida, después de que el dolor y la molestia de la cirugía la mantuviera despierta.
Jughead sonrió y cuando se dirigía a la cuna para dejar ahí a la bebé, Betty despertó.
—Jug...— Lo llamó, mirándolo con los ojos cansados.
—Amor... ¿Te desperté?— Preguntó, preocupado.
—No... ¿Luna se durmió?— Preguntó Betty.
—Si, vine a dejarla en la cuna— Contestó.
—Dejala aquí conmigo— Pidió Betty, haciéndose a un lado en la cama.
—¿Estás segura preciosa?— Preguntó Jughead, acercándose. —¿No la vamos a mal acostumbrar?—
—Si la dejamos solita en esa cuna despertará. Juggie por favor... Quiero dormir con mi bebé— Suplicó.
Jughead suspiró. —Está bien, vamos a descansar, la cama es grande—
Eso hicieron; Se acostaron juntos en la cama con su bebita, los tres. La bebé echa bolita en el medio y Betty y Jughead cuidándola, uno de un lado y otro del otro lado.
Juntos, pero ahora con la criatura que los dos habían creado en el centro. Su hija, su sangre, creación de los dos. Entonces así se durmieron.
Jughead despertó y aunque seguía muy cansado, tenía cosas que hacer. Se levantó de la cama, dejó un beso sobre la cabecita de su hija y la de su novia y fue a asearse para entonces salir de la habitación.
Dejó a Betty y a su hija bien dormidas en la cama, juntas y salió a la cocina para tomarse una taza bien llena de café y desayunar.
—Buenos días hijo— Saludó Fp, acercándose con dos tazas de café. —Toma, me parece que lo necesitas—
Jughead asintió, tomando la taza de café para empezar a tomar. —Gracias papá—
—¿Noche difícil con una recién nacida?— Preguntó el mayor.
—Si... Realmente no sé qué tienen los bebés con llorar por las noches y no dejar dormir a sus padres. Entonces mi novia no podía dormir por esa cirugía. Valla... Qué duro debe ser para las mujeres— Admitió.
Fp suspiró. —Si... Es muy difícil para ellas. Por eso aprecio que estés asumiendo tu responsabilidad como un verdadero hombre—
—Es lo menos que puedo hacer, esa bebé es mi hija y me necesita— Dijo Jughead. —Cuando supe que Betty estaba embarazada descubrí una fuerza y un amor en mi interior que no pensé que existiera—
Fp sonrió y colocó una mano sobre el hombro de su hijo. —Ahora sabes lo que sentí por ti y por tu hermana hijo. Ustedes fueron mi fortaleza para salir adelante cuando tú madre se fue—
Jughead sonrió y en ese momento Hall y Alice entraron riendo a la mansión y luego Jellybean recién se había despertado.
Como unas dos horas después la siguiente en despertar fue Betty con la pequeñita en sus brazos, después de que ambas durmieron hasta tarde.
Jughead aprovechó que su novia estaba más que acompañada y salió al jardín de la mansión a hablar con Sweet pea.
—Entonces... ¿Lo harás?— Le preguntó Sweet pea.
—No puedo resistir, no puedo quedarme un día más sin darle a ese tipo lo que se merece— Dijo Jughead. —Nadie se mete con mi familia y vive para contarlo—
—¿Entonces nos vemos allá?— Preguntó Sweet pea.
—Si... Aprovecharé que mi chica y mi bebé están en buena compañía— Aseguró Jughead.
Sweet pea se fue primero para esperar allá al ojiazul y éste entró a la mansión, dirigiéndose a la sala de estar. Ahí estaba Betty en compañía de su madre y JB y la bebé estaba en brazos de Alice.
—Hola chicas— Saludó Jughead, acercándose específicamente a Betty. —Mi amor tengo que salir y es de urgencia. ¿Estarás bien? ¿No sientes dolor?—
Betty negó. —Hoy me siento muy bien, pero no te preocupes, mi hija y yo podemos estar sin ti un rato—
Jughead sonrió y dejó un beso en su frente para luego mirar a su hijita en brazos de su abuela materna. —Hola princesa hermosa. Papi va a salir y necesita que te portes bien. ¿Sí?—
—Jughead ya vete— Pidió JB, divertida. —Tranquilo, Betty y Luna van a estar bien sin ti un rato—
Alice soltó una risa y miró a su yerno. —Tranquilo Jughead. Mi hija y mi nieta van a estar bien—
Jughead sonrió y entonces se fue al exterior de la mansión, en dónde Hall y Fp reían y charlaban. Invitaron a Jughead, pero él tenía muy claro lo que quería hacer.
Entonces subió a su auto y condujo a un lugar al que no había ido desde hacía tiempo.
A su guarida de tortura humana.
Al llegar, bajó del auto y se reunió con Sweet pea afuera. —Sweet pea... ¿Los demás están adentro?— Preguntó.
—Solo te estábamos esperando a ti— Contestó Sweet pea.
Jughead sonrió con maldad. —Esto será muy divertido—
El entró con Sweet pea a la guarida, ahí estaban Fangs y Reggie junto a mas hombres y entonces estaba Brett, atado, todo ensangrentado, con un par de dedos de los pies menos, golpeado y con heridas que claramente le provocó el ácido del diablo.
—Excelente trabajo chicos— Los felicitó Jughead. —Déjennos solos— Pidió.
Los chicos asintieron y dejaron a Jughead y a Brett solos.
Jughead sonrió con maldad y se le acercó. —Hola, Weston—
Brett tosió. —Forsythe... ¿Qué haces aquí?—
Jughead soltó una carcajada. —¿Creiste que me iba a quedar como si nada cuando casi mataste a mi novia y a mi hija?—
—Ja... De todos modos no funcionó, hice que la niña naciera más pronto— Contestó Brett.
Jughead dejó un fuerte puñetazo en su cara. —¡Casi la matas! ¡Casi las matas a las dos, mi hija nació prematura y a mi novia le tuvieron que abrir el vientre maldita basura! ¿¡Cómo te atreves a atentar contra la vida de una mujer y una bebé inocente!?—
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