Betty ya le había dado la bienvenida al séptimo mes de embarazo, pero no sabía cómo iba a aguantar hasta el parto. Su panza estaba mucho más grande, los movimientos de su bebé eran más agresivos, tenía problemas para poder dormir y todo eso sin mencionar lo mucho que ya le dolía la espalda y demás partes del cuerpo.
Jughead no se salvaba, estaba sobreviviendo a su novia embarazada, aguantando unos terribles cambios de humor que por momentos lo hacían creer que ella lo odiaba. Pero nunca la dejaba sola, siempre estaba pendiente a ella y a la bebé, nunca faltaba a ninguna cita prenatal... Siempre estaba ahí con ella y para ella.
Y si, le estaba yendo mucho mejor desde que empezó con su terapia del control de ira, las sesiones con la psicóloga y algunos ejercicios para controlar la ira le estaban ayudando mucho, todo por ser lo que Betty y su hija necesitaban y también por él mismo.
Era miércoles y los últimos días Jughead y Betty estuvieron muy ocupados pintando y decorando la habitación de su bebé; Ya estaba cada vez más cerca de nacer, le habían comprado la mayoría de las cosas que iba a necesitar y no cabían de la emoción.
Se iban a convertir en papás.
Ya habían pintado las paredes de la habitación de un azul muy claro, un color muy fresco y otras zonas se quedaron solo de color blanco. Había una alfombra rosa en medio de la habitación, en el piso.... Ya estaba el sofá rosa claro con almohadas cómodas y que tenía en dónde colocar los pies, las cortinas eran del mismo color del sofá, una mecedora blanca con almohadas cómodas también, una pequeña lámpara en forma de mariposa encima de una mesita de noche, el armario lleno de ropa y accesorios de bebé...
Ya habían muchas cosas en la amplia habitación, estaba casi lista, solo faltaban detalles muy pequeños y la cuna de la bebé estaba en la habitación de Betty y Jughead, ya que la pequeña dormiría cerca de ellos mientras estuviera recién nacida.
—Me encanta— Admitió Betty, entrando a la habitación y mirando a su alrededor, con los ojos cristalizados de la emoción. —No puedo creerlo. Hace unos meses no creí estar decorando la habitación de mi bebé—
Jughead, quien estaba acomodando las almohadas de la mecedora y el sofá se giró a mirarla con una sonrisa. —Amor... ¿Estás bien?—
Betty asintió, limpiándose una lágrima. —Si... Es la emoción y creo que también es el hecho de que me duele cada parte del cuerpo—
Jughead suspiró y se acercó a ella, ayudándola a sentarse sobre el pequeño sofá. —La doctora te dijo que mientras menos tiempo estés de pie, mejor—
—¿Y qué pretendes? ¿Qué me quede sentada todo el día sin hacer nada?— Preguntó Betty.
—Si— Afirmó Jughead. —Es que no te gusta estar quieta. Mira... Estuve leyendo que durante este mes nuestra hija ya puede hasta abrir los ojos—
Betty sonrió, acariciando su vientre. —Si... Por eso se despierta y se mueve cuando hay luz. Jughead... Aún no tenemos un nombre—
—Amor... Es que los nombres que tenía pensados eran para niño. Para nuestra princesa no se me ocurre nada— Admitió Jughead.
Betty suspiró. —Yo... No sé, quiero que mi hija tenga un nombre que no todas las niñas tengan... Un nombre no tan común... Pero no se me ocurre nada—
—¿Buscamos en internet?— Propuso Jughead.
Betty negó con una sonrisa. —No será necesario—
Jughead la miró. —¿Ya se te ocurrió algo?—
Betty asintió, sonriente. —Luna—
—Luna...— Repitió Jughead, con una pequeña sonrisa. —¿Y por qué?—
—Luna significa la que brilla, la que ilumina— Empezó a explicar la rubia. —Y yo siento que ésta bebé trajo luz a mi vida en mi momento más oscuro—
Jughead sonrió, agachándose para besar el vientre de su novia. —Esta bebé trajo luz a la vida de ambos amor, nos unió cuando más lo necesitábamos. Así que si nuestra bebé tendrá por nombre Luna Jones Cooper, estoy muy feliz con eso—
Betty sonrió y con dificultad se inclinó un poco para darle un beso a su novio en la cabeza. —Amorcito... ¿Me ayudas a bajar?—
—Claro amor, pero volveré a subir, tengo que terminar algunas cosas— Avisó, poniéndose de pie y ayudando a su novia a hacer lo mismo.
Jughead ayudó a Betty a bajar las escaleras, la dejó en la sala de estar y luego volvió a subir a lo que estaba haciendo en la habitación de su hija cuando en ese mismo momento Betty recibió visitas.
—Mamá... Papá...— Los llamó Betty, mirándolos frente a ella mientras ella permanecía sentada en un sofá. —¿Qué hacen aquí?—
—Dijimos que íbamos a venir de sorpresa antes de que dieras a luz mi amor— Le recordó Alice.
—Por favor hija... No nos digas que no te da gusto vernos— Dijo Hall, sentándose al lado de su hija y besando su mejilla. —Mi nieta está creciendo—
Betty asintió con una sonrisa. —Será una bebé fuerte, estoy segura—
—Amor aquí están tus vitaminas, ya te tocan— Avisó Jughead, acercándose con un vaso con agua y una pastilla y deteniéndose a mirar a sus suegros. —Hey... Qué sorpresa... ¿Que tal?—
—Hola Jughead, que gusto verte— Admitió Alice, acercándose a darle un abrazo.
—Veo que el futuro papá está tomando su tarea enserio— Dijo Hall, poniéndose de pie y saludando a su yerno con un abrazo.
Jughead sonrió. —Es mi deber cuidar de ellas. Amor toma tu pastilla, debo seguir trabajando, ya vuelvo—
—Gracias guapo— Contestó Betty, tomando la pastilla y el vaso con agua.
—Es tan buen hombre... Es muy atento— Aseguró Alice.
—Cuida mucho de mi hija y mi nieta, me cae bien— Admitió Hall. —Pero hija... Otra razón por la que vinimos es porque queremos proponerte algo—
Betty los miró atentamente después de tomarse su pastilla. —Los escucho—
Alice suspiró. —Linda... Tu padre y yo estamos preocupados y queremos que te vallas con nosotros a California para que des a luz allá, cerca de nosotros. ¿Qué dices?—
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¡Chin! Algo me dice que a Jughead no le gustará esto..
Les regalé este capítulo para compensar cierta ausencia 😂 pues como saben ya me gradué pero en este país te gradúan y no te dan trabajo. Por lo tanto, estoy buscando la manera de hacer dinero por internet y aprender 👌🏽
