—Su pareja tiene razón señorita. Un parto normal no es posible en estos momentos. Si su bebé no nace hoy no podrá sobrevivir— Explicó la doctora.
—Nena por favor... No hay otra manera de salvar a nuestra niña, solo esa— Advirtió Jughead, tomando su mano y besándola.
Betty tragó saliva, nerviosa y con los ojos cristalizados. —No quiero que le hagan eso a mí cuerpo, me va a doler por muchos días, hasta años y voy a tener una horrible marca. ¿De verdad no hay otra manera de tener a mi hija?—
—No señorita, o es eso o su bebé no podrá vivir más tiempo en su vientre. Y no se preocupe, ya somos expertos en partos por cesáreas, haremos el procedimiento con el mayor cuidado posible— Aseguró la doctora.
—Amor, voy a estar contigo, lo prometo— Dijo Jughead, besando su mejilla. —Te amo, no tengas miedo—
Betty tomó aire y miró a la doctora. —Si es la única manera de salvar a mi bebé entonces lo haré, haga lo que sea necesario para salvar a mi niña—
—Esa es la actitud— La felicitó la doctora, sonriéndole. —En veinte minutos la llevaremos a la sala de partos por cesárea, la prepararemos y llevaremos a cabo el procedimiento, no se preocupe, su pareja va a estar con usted en todo el proceso—
Betty asintió, nerviosa. —Está bien, gracias—
La doctora se retiró y Betty empezó a llorar en silencio por el miedo tan intenso que le causaba el hecho de que la vida de su bebé estuviera en riesgo y que para salvarla tuvieran que abrir varias capas de la piel y dejarle una cicatriz que probablemente no se quitaría nunca.
—Bebé cálmate— Pidió Jughead, acariciando su mejilla. —Vas a estar bien, lo prometo—
—No... No estaré bien, lo dices porque no te abrirán todas las capas de la piel ni estarás todo el postparto con esos horribles dolores de cirugía— Sollozó.
—Shh... Es que no hay otra opción amor, pero voy a estar contigo día y noche, voy a cuidar de las dos, lo prometo mi amor— Aseguró el ojiazul, dejando un beso en su frente.
—B... Ay por Dios que susto— Dijo Verónica, acercándose a ella con Cheryl y Toni.
—Estaras bien linda, tu y tu bebé— Aseguró Cheryl, acercándose a acariciar su cabello.
—Eres fuerte, lo lograrás— La animó Toni.
Betty sonrió levemente. —Tengo tanto miedo chicas... Gracias por estar aquí—
En dieciséis minutos más, Betty fue trasladada a la sala de partos para tener a su bebé por una cesárea y estaba muy nerviosa, estaba asustada.
Le aplicaron anestesia epidural y su miedo solo crecía y crecía mientras más se acercaba el momento, pero por suerte Jughead estaba con ella además de estar rodeada de enfermeros y la doctora.
Le colocaron monitores, la dejaron con el oxígeno, pusieron una pantalla delante de ella para que no viera cuando le sacaran a su bebé y empezó el proceso, solo que ella afortunadamente no sentía nada por la anestesia y Jughead estaba a su lado, con el corazón en la mano.
Sin esperarlo, su bebé ya iba a nacer, pero antes del tiempo correcto.
Además tenían miedo de lo que podría pasarle a su hija por hacerla nacer antes del tiempo.
La cirugía duró casi una hora y cada minuto que pasaba ponía a Betty y a Jughead aún más nerviosos. Aunque Betty no sentía nada, sabía que le iba a doler después.
Jughead se mantuvo a su lado, tomando su mano y de vez en cuando diciéndole palabras que podrían calmarla para que estuviera menos nerviosa.
—La tenemos— Avisó la doctora, sacando a la niña del vientre de su madre, pero ésta no lloraba.
—¿La tienen? Quiero verla, quiero ver a mi hija— Pidió Betty, desesperada.
—Pero... ¿Por qué no está llorando? Debería estar llorando— Opinó Jughead, nervioso.
En ese mismo momento se escuchó un leve llanto, pero un llanto de bebé muy débil, como si hiciera el intento de llorar pero apenas pudiera lograrlo.
—Mi bebé... Está llorando...— Admitió Betty, con los ojos cristalizados.
Jughead se asomó para ver a la bebé mientras le sacaban liquido amniótico de la boca y nariz y empezó a llorar, no sabía si de la felicidad o de la impotencia que sentía al ver que su bebé se vió obligada a nacer tan pequeñita.
Muy, pero muy pequeña y frágil, de piel rosa y sensible a la vista, con una fina cabellera negra que le hizo saber de inmediato que se parecía a él y lloraba, pero con algo de dificultad.
—Es una preciosa niña— Avisó la doctora, acercándola a la ojiverde.
Betty miró a su bebé y empezó a llorar de la felicidad. —Bebé... Soy yo, soy mami mi amor—
—Es hermosa amor, mírala, se parece a mi— Presumió Jughead, orgulloso, mirando a la pequeña mientras también lloraba.
—Muy bien, nos la llevaremos de inmediato, parece que tiene una dificultad respiratoria y lo más probable es que tenga que permanecer en la unidad de cuidados intensivos neonatales por un tiempo— Avisó la doctora.
—¿Qué?— Preguntó Betty, asustada. —No... No se la lleven. ¿Le está pasando algo malo a mi hija?—
—Amor, nuestra hija nació muy pronto, por eso se la llevarán. Todavía no estaba preparada para nacer, pero te prometo que todo estará bien— Aseguró Jughead, dejando un pequeño beso en su frente.
Se llevaron a la bebé a la unidad de cuidados intensivos neonatales y después le cerraron la cirugía a la ojiverde, le limpiaron la herida y luego la cubrieron con un vendaje. Después de todo eso la trasladaron a una habitación de recuperación y Jughead no se fue ni un minuto de su lado.
Pero los dos estaban preocupados, nerviosos. Su pequeña bebé indefensa y recién nacida estaba lejos de ellos y para completar a Betty se le estaban desapareciendo los efectos de la anestesia y estaba sintiendo mucho dolor.
—Juggie... Quiero a mi bebé— Pidió Betty, mirándolo con esos ojos cansados.
Jughead suspiró, tomando su mano y besándola. —Nena... La bebé no puede estar con nosotros ahora, primero se tiene que recuperar igual que tú, por lo que necesito que te quedes tranquila y no te estreses—
Él estaba muy ocupado con su novia y su hija recién nacida, pero si algo era seguro, era que iba a hacer que Brett pagara todas éstas dificultades que estaban ocurriendo.
Pronto tendremos un Jug muy violento 😈 el Brett la tiene que pagar
Tenemos baby Bughead aunque su llegada a éste mundo no fuera la mejor 😭👶🏻❤️
Samy ❤️
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PROHIBITED
FanfictionJughead Jones, un millonario frío, orgulloso y sin sentimientos que un día podría correr peligro... De enamorarse y enfrentar un romance prohibido.