Dejaron a su hija dormir con el gatito, pero ahora sí empezaba el verdadero reto; Los dos solos en su habitación con muchas cosas qué decirse.
—Betts espera— La llamó Jughead, tomando su mano antes de que ella se metiera a la cama. —Tenemos que hablar —
Betty se giró a mirarlo y suspiró. —Jug... Estoy cansada, hablaremos después. ¿Si?—
—No— Se negó el ojiazul, firme. —Betts, el momento de hablar es ahora. Siempre que me quiero comunicar contigo tienes algun pretexto y ya me cansé. Vamos a hablar quieras o no—
—¿De qué, Jughead?— Preguntó Betty, dando unos pasos mas cerca de el, mirándolo fijamente. —¿De qué? ¿De que tú siempre eres la víctima y tienes la razón? Ya me sé esa historia, no tengo ganas de discutir—
—Es que no quiero discutir. Pero ese tipo no respeta nuestro matrimonio— Se quejó.
—¿Cuál tipo?— Preguntó Betty con una ceja alzada. —Espera... ¿Acaso estás hablando de Marco?—
—Es un idiota, ojalá vieras como te mira. Claro que quiere algo contigo— Aseguró el pelinegro.
—Marco es mi amigo Jughead. Es mi amigo así como lo son Archie, Kevin, Sweet pea, Fangs y los demás. ¿Oh acaso no puedo hablar con ninguno de ellos ahora?— Preguntó Betty, enojada.
Jughead la cayó con un beso que no fue para nada inocente; Fue un beso feroz, un beso hambriento que la dejó un tanto sorprendida y sin tiempo de reaccionar.
—No...— Negó Betty, separándose, agitada. —No lo harás...
—Una cosa es lo que diga tu mente y otro muv diferente es lo que pide tu cuerpo— Murmuró Jughead contra su oído, empezando a morder la delicada piel de su cuello. —Te voy a follar tan duro que vas a llorar y a temblar del placer—
Betty soltó un profundo suspiro cuando sintió las manos de su esposo sobre uno de sus pechos mientras éste besaba su cuello y entonces supo que ya era tarde.
Ya había caído en los encantos y trucos de Jughead Jones.
Porque el era el hombre al que ella amaba demasiado, él hombre al que ella deseaba día y noche y que no tenía que tocarla para volverla loca.
Él empezó a desvestirla, quitándole la remera de su pijama y encontrándola sin sostén, por lo que se relamió los labios cuando los vió. Dejó de amamantar a su hija cuando la pequeña tenía un año y medio, pero sus pechos se quedaron con un tamaño muy irresistible.
Jughead se separó para quitarse la camiseta y guió a su mujer a la cama, en dónde se colocó encima de ella y la besó mientras apretaba uno de sus pechos con una mano.
Empezó a bajar, besando su cuello, haciéndola jadear del placer y empezó a chupar sus pechos con energía, pasando su lengua por sus duros pezones.
Ella ya estaba tan excitada que sin él tocarla aún, ella gemía en voz baja; Esa excitación creció cuando él continuó bajando sus besos hasta el abdomen de su esposa y se detuvo en dónde estaba su marca de cesárea, llenándola de besos mas cariñosos en esa zona.
Le quitó el pantalón de la pijama y así mismo sus bragas para entonces meter su lengua entre su feminidad, estimulandola y haciéndola gemir, tremendamente excitada, loca del placer.
Él se separó antes de hacerla venir para venirse con ella, dejándola con esa sensación en su estómago, pero luego él se quitó el pantalón, la ropa interior y no quedó con nada más que con esa gruesa erección afuera.
El se acercó a ella, se posicionó en su entrada y la penetró, haciéndola gemir más fuerte. Tan fácil que fue deslizarse en esa húmeda, caliente y estrecha entrada... El empezó a entrar y salir de ella duro, sin piedad. Hacía rato que le quería dar como cajón que no cierra.
Golpes y más golpes en el interior de su esposa... Sus gemidos excitándolo más a él hasta que el orgasmo de su esposa hizo que él suyo llegara y que dejara salir todo dentro de ella.
Ella temblando en el orgasmo, cerrando los ojos con fuerza y el sin soltarla hasta no vaciarse en su interior hasta que terminó su oleada de placer.
Tras ésta ronda de sexo, simplemente se acostaron uno sobre el otro, Jughead acariciando el cabello de su esposa mientras ella descansaba sobre su pecho y lo abrazaba.
Tenían muchos días sin dormir así y así se quedaron dormidos.
Al día siguiente, Betty escuchó su alarma y cuando abrió los ojos su esposo no estaba a su lado, si no que iba saliendo del baño con una toalla cubriendo su desnudez y el cabello húmedo.
Betty se sentó sobre la cama y lo miró con un puchero. —Yo me quería bañar contigo. ¿Por qué no me despertaste?—
—Eres dormilona— Contestó el ojiazul, acercándose a besar su frente. —Buenos días preciosa. ¿Cómo dormiste?—
—Me abrazaste, por eso dormí bien— Aseguró Betty con una sonrisa, poniéndose de pie y tomando una toalla para cubrirse.
La rubia también fue a tomar una ducha caliente y luego bajó a la cocina, en dónde su esposo estaba sirviendo el desayuno en la mesa.
Caramelo se acercó a ella, maullando y ella lo tomó en sus brazos con una sonrisa. —Hola gatito. ¿No estabas durmiendo con Luna?—
—Es dormilona como la madre— Aseguró Jughead, llevándose un sándwich de queso a la boca. —En media hora hay que despertarla para llevarla al colegio—
Betty asintió con diversión y dejó al gatito en el piso. Fue hacia un cajón de la cocina, tomó un frasco de pastillas y lo abrió.
Jughead la vió y corrió a ella. —Espera... No te bebas eso—
Betty lo miró, confundida. —¿Por qué? Son los anticonceptivos—
—Si... Pero... Pero come algo primero— Pidió.
—Juggie... No será la primera vez que me los tomo sin tener nada en el estómago, está bien— Aseguró la ojiverde.
—Amor por favor come algo primero, no quisiera que te hicieran daño— Suplicó Jughead, mirándola. —Nena por favor...
Betty rodó los ojos con diversión. —Está bien—
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Las cosas están y estarán más raras...
Holaaa 😘 no había aparecido porque estuve muy ocupada y cuando no lo estaba, ya quedaba muy cansada y me dormía 😔 pero no abandonaré la historia, tengo muchos borradores y en esos borradores trataré de darle fin 🥺
Les amo, por favor voten y comenten mucho, su apoyo vale más de lo que imaginan ❤️
