Al día siguiente, Betty cumplió con no molestar a Jughead para nada y se limitó a estar en la habitación.
Jughead, por su parte, empezó el día muy temprano para empezar a investigar junto a Fangs y Sweet pea en el cuarto de control sobre los padres de Betty y qué había pasado en realidad.
—Es muy raro. No hay información de ella en internet, no hay nada— Admitió Fangs, pegado a una computadora en el cuarto de control.
—Ni siquiera aparece alguna noticia del incidente con sus padres o del secuestro— Avisó Sweet pea, pegado a otra computadora. —Es muy raro, de verdad—
Jughead apretó la mandíbula, usando una laptop, sentado en un pequeño sofá. —Maldicion... Al parecer una persona quería hacerle daño específicamente a ella y borró todo de internet—
—Jughead... ¿Aún tienes esa memoria USB con los códigos que le pasé?— Preguntó Sweet pea, mirándolo.
Jughead asintió, aún pegado a su laptop. —Está en mi oficina. ¿La necesitas justo ahora?—
Sweet pea asintió. —Si... Voy a intentar acceder a información oculta—
Jughead se puso de pie y los miró. —Ustedes sigan viendo si encuentran algo. Ya vuelvo—
El ojiazul salió del cuarto de control que estaba debajo del último piso de la mansión, subiendo unas escaleras. Subió otras escaleras para subir al segundo nivel de la mansión y cuando abrió su oficina, Betty se le acercó.
—Jug... Jughead...— Lo llamó Betty, con algo de miedo.
Jughead soltó un largo suspiro y se giró a mirarla. —¿No te dije que no me molestes cuando trabajo?—
Betty tragó saliva. —Si... Pero yo...
—Pero nada— La interrumpió Jughead, firme. —Estoy muy ocupado y no quiero que me molestes o me interrumpas. Así que vete a mirar las nubes al jardín o algo así—
—Esta bien, lo... Lo siento— Se disculpó Betty, dándole la espalda.
Jughead también le dió la espalda y cuando iba a entrar a su oficina, escuchó un golpe que hizo su sangre arder. —Esta mocosa...— Se giró a mirarla. —¡Te dije que...!
Automáticamente dejó de hablar cuando se encontró con una Betty que estaba tirada en el piso, inconsciente y apenas con respiración.
—Esto no es divertido, sé que quieres llamar mi atención— Dijo Jughead, acercándose a la chica, pero sin obtener respuesta alguna. —Hey, niña... Maldición... Lo que me faltaba— Se quejó, tomándola entre sus brazos.
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Betty abrió los ojos e inmediatamente el resplandor le molestó. Cuando estuvo totalmente despierta, se dió cuenta de que estaba en su habitación, pero con una vía intravenosa en la mano derecha.
Entonces vió que le estaban pasando un medicamento a través de las venas y en ese momento un hombre algo mayor y con una bata blanca se le acercó.
—Que bueno que despiertas Elizabeth— Le dijo el doctor con una sonrisa. —¿Cómo te sientes?—
—Me duele un poco la cabeza, estoy mareada pero... ¿Qué pasó?— Preguntó Betty, aún algo aturdida.
—Sufriste un desmayo Elizabeth— Aclaró el doctor. —Tus glóbulos rojos están muy bajos, hay deficiencia de hierro en tu organismo—
—¿Ya despertó?— Preguntó Jughead, entrando a la habitación y mirando al doctor. —¿Qué es lo que tiene?—
—Anemia señor— Contestó el doctor, mirando al ojiazul. —Tiene un volumen de glóbulos rojos muy bajos y hay que atender esa deficiencia ya. El desmayo fue por esa razón—
—Haga lo que tenga que hacer para que se recupere— Exigió Jughead. —¿Qué necesita? ¿Alguna medicina o algo así?—
—Posiblemente necesite suplementos ricos en hierro, pero tengo que averiguar más a fondo las causas para determinar un tratamiento realmente efectivo— Dijo el doctor. —Voy a buscar los resultados de los exámenes de sangre—
Jughead asintió. —De acuerdo, gracias—
El doctor le sonrió levemente y se retiró. Entonces Jughead se acercó a Betty una vez más con esa expresión seria y la miró, fijo.
—Lo siento— Se disculpó Betty, mirándolo. —Yo...
—¿Por qué no me avisaste que estabas enferma?— Preguntó Jughead, serio.
—Porque... Porque cuando quise avisarte que me sentía mal me pediste que me fuera y que no te molestara— Contestó Betty.
Jughead maldijo por lo bajo, sabiendo que la chica tenía razón. —Es verdad. Escucha... Ahora lo que quiero es que te recuperes. Es posible que te indiquen suplementos, pastillas y esas cosas. Tienes que hacer todo lo que te diga el doctor y te tienes que alimentar porque veo que no comes. ¿Me oíste?—
Betty asintió. —Si... Perdón—
—Y aún no quiero que me molestes cuando trabajo, pero si se trata de algo tan importante como el hecho de que te sientas mal o algo así, me puedes decir. No me busques a menos que sea una emergencia. ¿Entiendes?— Preguntó Jughead.
—Si, entendí— Afirmó Betty.
Jughead suspiró, aún mirándola. —Mira... Has todo lo que te diga el médico y empieza a alimentarte bien, mocosa— Exigió, dándole la espalda y retirándose de la habitación.
Betty lo miró con confusión hasta que el doctor regresó. Jughead parecía un monstruo, pero en ese preciso momento pareció no serlo.
Ella podría jurar que él estuvo preocupado en ese momento aunque lo ocultara.
Jughead regresó al cuarto de control y se sentó de nuevo en el pequeño sofá, soltando un profundo suspiro.
—Valla... Hasta que regresas— Admitió Fangs, mirándolo.
—Cierto... ¿Dónde estabas?— Preguntó Sweet pea, mirándolo también. —¿Trajiste la memoria?—
Jughead suspiró. —Cierto... Perdón. Es que Betty sufrió un desmayo y tuve que llamarle a un doctor—
—¿Que?— Preguntó Sweet pea, mirándolo. —¿Qué le pasó?—
—No tiene nada grave... ¿O sí?— Preguntó Fangs.
Jughead negó. —Anemia, eso dijo el doctor. Pero... ¿Cómo no va a tener anemia si no come nada? Esa mocosa...
Sweet pea y Fangs se miraron, extrañados.
—¿Será que te estás preocupando por ella?— Preguntó Sweet pea, divertido.
Jughead lo miró mal y negó. —Para nada, claro que no—
—No hay problema, es muy tierna— Aseguró Fangs.
—No lo es— Negó Jughead. —Es insoportable, exasperante como todos los chiquillos de su edad—
—¿Entonces por qué no te deshaces de ella?— Preguntó Sweet pea.
—Ella no sobreviviría dos minutos allá afuera y ustedes lo saben— Les recordó Jughead, ya enojado. —Además, hay que seguir investigando que fue lo que pasó realmente—
¿Alguna teoría sobre lo sucedido con Betty?
Samy ❤️
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PROHIBITED
FanfictionJughead Jones, un millonario frío, orgulloso y sin sentimientos que un día podría correr peligro... De enamorarse y enfrentar un romance prohibido.